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Libros 2015-08-03 20:45

Vampiros y zombies, invitados a la Sobremesa Literaria



Vampiros y zombies, invitados a la Sobremesa Literaria

· Comparte Christian Chavero los arquetipos de la literatura gótica con vecinos y visitantes del Corredor Cultural de San Pedro de los Pinos

· Lee a sus escuchas relatos inspirados, dice, en la realidad vista a través de noticias y columnas de opinión

Vampiros y zombies que se comen el alma, el cuerpo y hasta los sentimientos de las personas, llevados de la mano de Christian Chavero, fueron los protagonistas de la cuarta Sobremesa Literaria realizada la tarde de este jueves 30 de julio en la Librería El Ermitaño.

Chavero dejó fluir la literatura gótica que lo alimenta para contagiar con ella a los asistentes al encuentro que impulsa el área de Fomento a la Lectura de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México entre vecinos del Corredor Cultural San Pedro de los Pinos, en un esfuerzo por acercar la lectura y distintas actividades culturales a los vecinos y visitantes de la colonia.

Christian Chavero, representante de la literatura gótica y director de la editorial Sangre y Cenizas, abrió con la lectura del cuento El pulso de Gregorio, del libro Temor en la Ciudad de México. El cuento, el primero que escribió, habla de vampiros, pero pretende hacer un homenaje a la Ciudad de México al estar ambientado en colonias populares.

Luego, Chavero sirvió el primer capítulo de su novela Apocalipsis Zombie, en la cual, dijo, a diferencia de otras ficciones, el origen de los zombies es un misterio. Cuando otros medios sólo ven el drama, el escritor pretendió que su novela cuente el porqué y el cómo surgen los zombies, por lo cual el texto está lleno de datos, basado en hechos reales de la vida cotidiana.

“Son noticias que uno lee, del cómo sacan un producto al mercado, de la basura que comemos y hasta del cómo quiebra un país; son monstruos de la realidad que yo tomo y le pongo un poco de ficción”, compartió.

En Apocalipsis Zombie el autor aborda hechos como que una persona extremadamente rica sólo comparte el 10 por ciento de su fortuna, pero también prototipos de medicina, como un prion --aminoácidos que afectan a animales, incluido el humano, con la enfermedad de Creutzfeldt–Jakob— que provoca que pacientes con demencia y/o enfermedad neurológica de progreso rápido, mezclen sus manifestaciones con una droga, lo cual provoca alucinaciones convirtiéndolos en zombies rápidos, de una inteligencia sobrenatural y salvaje.

A la Sobremesa Literaria se sumó el relato El Abandonado, que Chavero escribió para la Antología Mexicana de Cuentos de Zombies, donde tiene lugar un choque de seres de baja frecuencia que se apoderan de los muertos.

Christian Chavero, autor de libros como Quiénes son los góticos, Locura, Sangre y Cenizas y muerte, destacó que su fuente de inspiración es la vida cotidiana.

“Procuro leer el periódico, noticias, la sección de opinión y de ahí tomo un poco de la realidad y sólo le pongo un poco de ficción”, aseguró.

Consideró que la literatura gótica no ha tenido mucho auge a pesar de que Drácula o Frankenstein son novelas góticas, pero la consideran como literatura de baja categoría. A diferencia del cine, destacó, donde al vampirismo lo consideran culto, ya que están dentro de una industria cultural en la cual se toman obras que pueden considerar arte o no, pero las posicionan y hacen que las consumamos.

Destacó que para los góticos los vampiros nunca pasan de moda, siempre les gustarán los temas relacionados con seres chupa sangre.

El escritor también habló de las diferencias entre el vampirismo europeo oriental --una imagen de un siglo antes de que llegara el personaje conocido como Drácula--, las leyendas europeas de la edad media –donde se alimentan de sangre, viven en castillos y duermen en un ataúd— y el vampiro mexicano, donde no hay un estereotipo establecido.

La Sobremesa Literaria forma parte de un ciclo de charlas sobre literatura y gastronomía, del área de Fomento a la Lectura, que se desarrollan como parte de las acciones del Corredor Cultural San Pedro de los Pinos, que va de la Librería del Ermitaño al Parque Pombo en la misma colonia.

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