La valentía no solo puede mover montañas, sino a veces incluso rascacielos en la obra Mocos de nube
Preocupaciones cotidianas de tres niñas que tienen una enorme curiosidad por lo que les rodea mientras construyen edificios de ideas para explicarse el mundo, es tema central de la obra Mocos de nube (Wolkenrotz), de Vera Schindler, que bajo la dirección de Sara Pinedo invita a las y los espectadores a asomarse en esta ventana de papel, cartas y dibujos en los que comparten sus alegrías y juegos.
Esta puesta en escena tiene la intención de mostrar cómo niñas y niños asumen sus problemas y, en muchos casos, los sienten igual de complicados que los problemas de los adultos. Por ejemplo, que estén a punto de echarte del lugar donde vives o que ese lugar en que habitas esté a punto de volverse puré.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Teatro, por medio de su programa Teatro para niñas, niños y jóvenes, y las compañías Un colectivo y Lxs de abajo, presentan Mocos de nube (Wolkenrotz), con las interpretaciones de Soledad Hernández, Fernanda Hernández y Danna Paloma.
Esta obra ofrecerá dos funciones, el 23 y 24 de septiembre a las 12:30 horas, en el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández del Centro Cultural del Bosque.
Kenny, Bente y Layla saben lo que significa vivir en una casa de papel: en todas partes se puede dibujar, escribir, doblar, pero por la noche la casa cruje de forma extraña y nunca se sabe si sobrevivirá a la próxima tormenta. Las tres se conocen del rascacielos en el que viven con sus familias, un espacio en el que se amontonan los pisos, las escaleras en espiral parecen moverse hasta el infinito.
Cada día aparecen nuevas cartas que los habitantes del edificio no quieren abrir porque implica pagar mucho dinero, el edificio está al borde del colapso hasta que el propio papel se convierte en material de construcción. Estas niñas se mantienen unidas y con mucha imaginación encontrarán su propia salida de un mundo diseñado por personas adultas.
Este proyecto fue creado en 2016 de la mano del Proyecto Ruelas. Laboratorio de Teatro Comunitario, como parte del Festival Internacional Cervantino protagonizado por la niñez y adolescencia, en el que las y los integrantes de la compañía ocuparon inmuebles en obra negra y llevaron su arte a las calles del barrio. Así fue como nació el colectivo Lxs de abajo.
Esta puesta en escena se complementa en la traducción por Claudia Cabrera, la sonorización de Homero Guerrero, el diseño de espacio escénico por Un colectivo/Sara Pinedo y Cuauhtémoc Vázquez, mientras que la producción fue para el encuentro Theaterwelt en 2022, en colaboración con las embajadas de Suiza y de Austria, la Coordinación Nacional de Teatro, la Cátedra Bergman de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Goethe-Institut.