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Cine 2015-07-09 13:45

Ciclo de conferencias Miradas al cine mexicano

Ciclo de conferencias Miradas al cine mexicano

Cine y familia mexicana, temas de reflexión en la Cineteca

Nacional

ï‚· Carmen Elisa Gómez analizó cintas como La Zandunga,

Cuando los hijos se van y Los olvidados, entre otras

El cine como reflejo de la sociedad permite comprender las

transformaciones de ésta, en especial las cambiantes concepciones

de un núcleo social fundamental: la familia, así lo aseguró Carmen

Elisa Gómez Gómez durante su ponencia La familia en el cine

mexicano, la cual ofreció este 8 de julio en la Sala 4, Arcady Boytler de

la Cineteca Nacional.

En su ponencia, que forma parte del Ciclo Miradas al cine

mexicano, organizado en colaboración con la Academia Mexicana de

la Historia, la investigadora presentó un breve estudio de las diferentes

y cambiantes formas como se ha retratado a la familia en el cine

nacional, partiendo de un análisis de elementos económicos e

ideológicos.

A manera de recorrido histórico, Carmen Elisa Gómez presentó

el caso de distintos largometrajes mexicanos que utilizaron a la familia

como tema central y que reflejan atinadamente la evolución de la

economía y la ideología nacionales.

Al referirse a la década de los treinta, cuando se retrataban

familias tradicionalistas, puso como ejemplo el filme La Zandunga

(Fernando de Fuentes, 1937), drama romántico que describe las

dificultades después de la Revolución Mexicana.

En general, aseguró la investigadora, durante la década de los

treinta y los cuarenta "surgen cintas en las que se muestran familias

que comprenden esquemas de lo que ‘deberían ser los padres y los hijos’, y que tienen por temas principales la obediencia a los padres, el

respeto por el orden patriarcal y el apego por las instituciones sociales,

como el matrimonio".

Mencionó como ejemplos: Cuando los hijos se van (Juan Bustillo

de Oro, 1941), Nosotros los pobres (Ismael Rodríguez, 1947) y Una

familia de tantas (Alejandro Galindo, 1948).

Fue hasta los años cincuenta cuando en el cine nacional

comienzan a presentarse las fisuras del modelo tradicional de la

familia. Los olvidados (Luis Buñuel, 1950) es el mejor ejemplo de

cómo la cinematografía se atrevió a señalar que en México la situación

económica, social y, por supuesto, familiar, no era la que tanto se

había idealizado.

De acuerdo con la investigadora, para los años sesenta las

películas que abordaban a la familia reflejaron el enfrentamiento de la

sociedad mexicana con la modernización del país: "Una creciente

americanización de la cultura mexicana centró las preocupaciones

sociales en los jóvenes. La gente veía en los jóvenes a los

responsables de la pérdida de valores y de la moral tradicional de las

familias".

Para los años setenta un tema que se hace evidente en nuestra

cinematografía es el inicio del declive económico que desde entonces

dominó al país. La familia comenzó a ser representada como un reflejo

de los conflictos que acarreaba la crisis generada en el sexenio de

Miguel de la Madrid.

De acuerdo con la investigadora, los mejores ejemplos de este

trance nacional son las obras de Arturo Ripstein: El castillo de la

pureza y El lugar sin límites (1977), cintas que trastocan totalmente los

papeles tradicionales de la familia y las moralejas de la Época de oro.

En los primeros años del siglo XXI era evidente que el cine ya no

tenía problema con mostrar las distintas y duras realidades de las

familias mexicanas. "Desde familias fragmentadas hasta los estragos

más radicales del neoliberalismo que impera en México, los directoresmexicanos han entregado un sinnúmero de obras sobre un

decadencia en el papel de la familia en nuestra sociedad", compartió la

investigadora.

Citó en este periodo cintas como De la calle (Gerardo Tort,

2001), Amores perros (Alejandro González Iñárritu, 2000), Crónica de

un desayuno (Benjamín Cann, 2000) y Temporada de patos (Fernando

Eimbcke, 2004).

Para complementar sus observaciones, la especialista presentó

la proyección de un clásico del cine mexicano que ilustra las

concepciones de los años cuarenta respecto a la familia: Cuando los

hijos se van (1941), obra del director Juan Bustillo de Oro y que define

como "una obra paradigmática sobre una típica familia extensa de la

época que no sólo establece los arquetipos de los hijos buenos y los

malos. También enseña que, por sobre todas las cosas, para funcionar

bien en la sociedad mexicana había que obedecer a los padres".

Para continuar con el Ciclo sobre Miradas al cine mexicano, que

invita al público a reflexionar sobre una variedad de tópicos

relacionados con el séptimo arte nacional, la siguiente conferencia

será Música y añoranza porfiriana en el cine mexicano, impartida por

Jacqueline Ávila, el próximo miércoles 14 de julio.

MCL

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