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Musica 2021-11-22 23:22

Antares sublima al público con su versión libre de Romeo y Julieta en danza contemporánea

Antares sublima al público con su versión libre de Romeo y Julieta en danza contemporánea

La prestigiada agrupación sonorense ofreció una inolvidable función de la coreografía “Que no descubran tu nombre” en el Teatro María Tereza Montoya

En el marco del del Encuentro Nacional de Danza (ENDMéxico 2021)


La historia de amor más famosa de todos los tiempos llegó al Teatro María Tereza Montoya para ser interpretada por una de las compañías más reconocida de danza contemporánea en México, la cual se inspiró en un clásico de William Shakespeare.

Antares Danza Contemporánea fue la agrupación que hizo posible esta experiencia escénica, la cual exaltó el poder del amor a través de una versión libre de Romeo y Julieta creada por el maestro Miguel Mancillas, director de esta compañía procedente de Hermosillo, Sonora.

Su presentación formó parte de las actividades del Encuentro Nacional de Danza (ENDMéxico 2021), organizado por el INBAL a través de la Coordinación Nacional de Danza y el Complejo Cultural Los Pinos en colaboración con las alcaldías Benito Juárez, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo.

Durante una hora, la pieza “Que no descubran tu nombre” recrea una extraña visión de Romeo y Julieta, dividida en dos actos. Más que una puesta en escena es un acto de amor, donde se entrelazan las ganas, los miedos, las posibilidades. Una propuesta que reta al espectador a cuestionarse cómo escapar del amor y sus arrebatos.

Los espectadores fueron testigos de una versión totalmente libre de la historia de Shakespeare. Si bien es cierto que no se cuenta la historia literal, el público sí pudo ver una estructura de dos bandos, donde quizá todos somos Romeo o Julieta en algún momento de la obra.

La función fue entrañable, emotiva, sublime. Los asistentes mostraron empatía con el proyecto y reconocieron el trabajo de los intérpretes sonorenses con una gran ovación. Y es que, a través del movimiento, ocho cuerpos retaron a los espectadores a cuestionarse sobre el amor y sus arrebatos, a reflexionar por qué a veces ocultamos nuestras pasiones, nuestras ganas, nuestros deseos, nuestros miedos y por qué queremos escapar del amor.

Cobijados por una fascinante propuesta de iluminación, los ocho bailarines proyectaron cómo nos olvidamos que los sentimientos y emociones van más allá de la edad y que al final todos los humanos los hemos vivido en algún momento de nuestra vida porque hay una enorme aspiración a seguir creyendo.



El mensaje compartido por Antares en esta función fue claro: la fuerza del amor, de lo que es, de lo que pudo ser, de las pasiones primarias que sentimos, y de darnos cuenta de que, quizá cuando fue el momento no lo quisimos tomar.

Una vez más Antares demostró por qué ocupa un lugar privilegiado dentro de la cultura nacional. Dejó ver nuevamente la exigente preparación física al servicio de una expresividad intensa, por momentos inquietante. Su propuesta ha sabido indagar, como pocas, en las pasiones y la animalidad del alma humana para derramarlas luego sobre el escenario, en una puesta en escena impecable.

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