LA FOTÓGRAFA EUGENIA ARENAS PRESENTA: AMOR DE CABARET, EN LA ESTACIÓN DEL METRO PINO SUÁREZ
*El Sistema de Transporte Colectivo Metro busca llevar lo mejor de la cultura a millones de usuarios
A partir del próximo de 10 julio y hasta el 31 de agosto, en la Línea uno, estación del Metro Pino Suárez, la fotógrafa Eugenia Arenas, presentará su exposición Amor de cabaret, en nueve vitrinas, en las que, con auspicio del Sistema de Transporte Colectivo Metro, los millones de usuarios que transitan por esta estación de enlace, podrá apreciar 30 fotografías en la que se resume la vida en los caberets que formaron parte de la educación sentimental de los mexicanos.
Después de un exitoso recorrido por las capitales europeas llega a México la segunda parte de la trilogía Amor de cabaret, exposición que comenzó a conformar, foto a foto su aventura en 2004 y ahora, en 2015, consolida su fama y la de su creadora, la fotógrafa mexicana Eugenia Arenas.
Dice la fotógrafa que cuando se cierra un cabaret, cierran también la historia de las mujeres que fueron la dicha, la pasión momentánea y el consuelo de los hombres que encontraban en ellas la alegría perdida.
Fundados en su mayoría en los años cincuenta, los cabarets mexicanos crecieron a la par de películas mexicanas donde, a la fotografía de Gabriel Figueroa, se sumaba el baile de rumberas portentosas como Ninón Sevilla y Amalia Aguilar, y bailarinas extraordinarias como Tongolele que sobresalieron con luz propia en esa constelación de estrellas. Las tres adornan con sendos vestidos esta exposición.
Como todo lo entrañable, esta tradición fue languideciendo y se puede decir que la fotógrafa mexicana Eugenia Arenas vivió su agonía en estos últimos 10 años.
El Bombay y el Run Run, ya cerraron sus puertas, mientras que el Barba azul y La Perla, aún colman de alegrías la noche mexicana.
Fundado en los años 30 y 40, decenas de cabarets fueron clausurados en los años 50 por el entonces Jefe del Departamento del Distrito Federal, Ernesto P. Uruchurtu, quien a pesar de su alta moral sembró amapolas en lugar de rosas en los parques de la ciudad.
“Desde siempre, dice la fotógrafa, visité cabarets como El Catacumbas o Las Cavernas, de donde te salías corriendo o te enamorabas de su ambiente, de sus adornos, de la fiesta y el delirio que ahí se vivía”.
Cuando Eugenia Arenas comenzó a retratar en el año 2004 la vida de estos cabarets lo hizo para dejar un testimonio de su existencia, de la vida de sus protagonistas. Vio este trabajo como un rescate y un documento.
Y cuando se adentró en la vida de las mujeres que ahí amanecían después de largas noches de baile, tragos y un erotismo soterrado, se propuso hacerles un homenaje, reivindicarlas como personas que trabajan y se ganan el sustento de la familia tan legítimamente como cualquiera.
Agrega Eugenia Arenas: “Satanizadas, marginadas socialmente y calificadas como cabareteras, a mí me han parecido mujeres entrañables. Todo esto, y mi admiración por cómo ejercen su libertad y el derecho al trabajo, es lo que he pretendido plasmar en las fotografías de esta exposición en la que reúno tres etapas de mi labor”.
Cabe señalar que en 2004 presentó Las reinas del Bombay, en 2006, expuso Los secretos del Run Run. Durante 2006 y 2007 retrató el último cabaret como tal desde su apertura que nos queda en la ciudad de México: el Barba azul. Posteriormente retrató La Perla, cabaret emblemático.
En el extranjero la exposición se ha presentado en Los Ángeles, en la Sala “Raúl Anguiano” del Consulado General de México. En San Francisco en el Salón de recepciones del Consulado General de México. En Madrid en la Galería “Oswaldo Guayasamín de la Casa de América. En Andalucía en la Ciudad de Cadiz en el Cabaret Pay Pay, en Rumania en el Instituto Cervantes de Bucarest y en el Museo de Historia de la ciudad de Brasov. En San Petesburgo en Rosfoto y en el Museo y Centro de Exposiciones, y en el Museo / Galería de la ciudad de Moscu y en Ucrania Festival Internacional de Foto de Kiev.
Con la trilogía Amor de Cabaret, Eugenia Arenas cierra un muy exitoso ciclo como fotógrafa análoga, como fotógrafa del claroscuro y los contrastes de luz, porque en el blanco y negro está el color de la vida.