Del 2 de julio al 20 de septiembre en el Palacio de Bellas Artes
Inauguran Las pieles del espacio en el Museo Nacional de Arquitectura
ï‚· La muestra, un repaso antológico de Juan José Díaz Infante
Núñez, creador de edificios emblemáticos en la capital
Se podría decir que la vida de Juan José Díaz Infante Núñez fue
multifacética, pues se desarrolló como arquitecto, portero, académico
e inventor. En Las pieles del espacio se muestra un panorama de
estas facultades, pero sobre todo es una exposición de pensamiento
arquitectónico.
A tres años del fallecimiento del artista, el Instituto Nacional de
Bellas Artes (INBA) inauguró la noche del jueves 2 de julio la
exposición antológica Las pieles del espacio, un reconocimiento a su
obra y aportaciones, la cual permanecerá abierta del 2 de julio al 20 de
septiembre en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas
Artes y la cual contó con la curaduría de Juan José Díaz Infante
Casasús, hijo del reconocido arquitecto.
Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitectura y
Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del INBA, dio la
bienvenida al Museo de Arquitectura a la exposición que llevó un
proceso de tres años de gestación, en donde se recopilan 50 años del
arquitecto Juan José Díaz Infante Núñez.
La exposición que incluye cerca de 100 láminas, maquetas y
videos, destaca dos puntos fundamentales: las ideas que forjaron el
pensamiento de Díaz Infante Núñez en torno a la arquitectura como
ciencia del espacio y la geometría como base de la arquitectura.
Es una muestra en la que se eligieron ciertas obras que en
conjunto forman un códice y que al mostrarlas de manera conjunta
Arquitectura
forman el cuerpo de la exhibición, como se puede observar en la
mampara que se encuentra al inicio de la exposición, donde se
encuentran ordenados de forma cronológica los diferentes estilos y
formas geométricas de los edificios más emblemáticos del arquitecto,
desde 1978 hasta 2008.
“Se habla de mi padre como arquitecto porque es el título que
tenía, pero lo que trata de mostrar es un proceso de pensamiento de
diagnóstico, de cómo pensar en la arquitectura”, afirmó Díaz Infante
Casasús.
Y es que él no pensaba sus obras como el resto del gremio, sino
que el estilo adquirió una gran fuerza en cada uno de sus edificios, los
cuales eran distintos, por lo que él se autodefinió como un diseñador
de espacios y sistemas, haciendo una renuncia pública a finales de los
noventa a ser únicamente arquitecto.
En una parte de la exposición se reproduce una pequeña sala
con pertenencias del arquitecto, donde se encuentran su chamarra de
Mickey Mouse, su jersey del equipo de futbol soccer de los Pumas, del
que fue fundador y primer portero, libros, un restirador, una regla T,
una taza de Sanborns, a donde iba todos los días a las 13:00 horas,
así como fotografías.
La segunda línea curatorial es la parte geométrica, en la cual se
pueden apreciar dibujos realizados a mano alzada de croquis y
bocetos, así como fotografías de algunas de sus obras realizadas en
plástico que sobreviven a la intemperie, como la casa que se
encuentra en el Museo de Arte Moderno, o como el modelo en
miniatura de la Casa Rotomoldeo, diseñada en 1998.
El arquitecto estuvo influenciado por Pierre Teilhard de Chardin,
filósofo francés que estableció el término de la cosmovisión,
aplicándolo a su trabajo a nivel del espacio, del fenómeno humano
sobre el mundo. A partir de este autor vienen otros más relacionados
con los procesos celulares y la evolución, por lo que Juan José Díaz
Infante Núñez crea la teoría de kalikosmia, es decir, la casa como
universo y el universo como casa.
Lo aplica en casas hechas de plástico que eran células, genera
un proceso totalmente científico aplicado a la arquitectura. Otros de los
materiales que fueron sus aliados y determinaron la expresividad de
su obra fueron el metal y el vidrio.
Sin embargo, propuso firmemente que las casas deberían
hacerse de plástico, porque el material del mexicano es el petróleo,
con la ventaja que las casas no se caerían en sismos como el de
1985, en el que muchos multifamiliares se derrumbaron. Propuesta
que su hijo, el curador de la exposición, aseveró continúa vigente.
Además de la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente
(TAPO), la Bolsa Mexicana de Valores, el edificio del Citibank, que
tienen una historia importante en su concepción y diseño, se suman a
la obra del arquitecto y diseñador de espacios y sistemas el edificio de
Procter and Gamble, la Torre Diamante, la Casa Popular Durango, el
Centro Asturiano Cuautla, la Secretaría de Economía, el Club Pumas,
el Centro Asturiano Arquímedes; la casa de Ámsterdam 270, entre
otros más.
Es una exposición viva, no es una exposición contemplativa, un
organismo con el que la gente entienda, conozca y dialogue, por lo
que ya trabaja en hacer recorridos guiados con la Bolsa Mexicana de
Valores y la TAPO, a partir del momento en que la gente esté
interesada.
GVG