Textos de Vicente Leñero fueron leídos en el Palacio de Bellas Artes



En el ciclo Leo… luego existo se recordó al autor de Estudio Q



“Son textos muy cercanos, pensados en nuestra familia, como en él mismo”, dijo Jesús Ochoa acerca de los dos cuentos y el monólogo que él y su esposa Eugenia Leñero leyeron en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el domingo 28 de junio, mes en el que nació el escritor, periodista e ingeniero Vicente Leñero (Guadalajara, Jalisco, 9 de junio de 1933-Ciudad de México, 3 de diciembre de 2014).



El actor, yerno del escritor, señaló que siempre representa un honor compartir el quehacer literario del autor de Los albañiles, y que a su lectura le daría el toque emocional, por ser tratarse de textos tan cercanos e íntimos.



“Vicente Leñero significa para mí lo mismo que para muchos mexicanos que nos maravillamos ante su letra, que gozamos con su literatura. El plus es que pude tener comidas semanalmente con él, jugábamos dominó los martes y me trató como a ese hijo que nunca tuvo, porque solo tuvo hijas y nietas”, comentó Jesús Ochoa.



Eugenia Leñero agradeció al público estar presente, ya que, dijo, “la mejor forma de recordar a mi padre es leyéndolo”.



Por su parte, el titular de Extensión Cultural del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Andrés Torres, recordó que Vicente Leñero estudió ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y periodismo en la Escuela Carlos Septién García.



“Espléndido dramaturgo, maravilloso argumentista y novelista, su muerte fue una gran pérdida para el mundo de la escritura de este país. Nació en junio, por lo que el INBA, a través de Leo… luego existo, decidió leerlo este mes”, comentó Andrés Torres, y señaló que al momento son 38 ciudades de la República donde han recordado al escritor.



“El mejor homenaje es leerlo, y qué mejor que con personas que por oficio saben leer con la entonación, el matiz y el ritmo, y sean quienes nos guíen por esta lectura del maestro Vicente Leñero”, sostuvo Andrés Torres.



Inició Jesús Ochoa con la lectura de Están atracando a un viejo, que escribió Leñero cuando se encontraba en Madrid y fue asaltado por un par de marroquíes. Ochoa comentó que pensaba escribir dos cuentos, uno tal y como ocurrió la situación y el otro desde el punto de vista de los asaltantes, aunque finalmente solo quedó su versión de los hechos.



Belén, cuento dedicado a la hija de Jesús y Eugenia, de nombre Jesusa, y la menor de sus nietas, fue leído por la hija del escritor.



Anteriormente, el actor, al ser entrevistado, comentó que su hija de diez años, al enterarse de la muerte de su abuelo, corrió a tomar el libro donde aparece “su cuento” y lloró mucho.



Continuó Jesús Ochoa con el monólogo de Jacinto de Los albañiles, el cual fue muy aplaudido, para dar paso a las preguntas del público.



Una persona le preguntó a Eugenia Leñero cómo era su papá, a lo que la actriz respondió: “Con cuatro hijas y cinco nietas, era muy consentidor; un hombre reservado y serio, pero muy bondadoso, de bondad infinita con toda la gente. Como buen periodista preguntaba y preguntaba; se interesaba por las personas; le pedían que corrigiera textos. Trabajaba y leía mucho.



“Nunca quiso usar computadora. Escribía en máquina mecánica porque decía que el sonido de las teclas le ayudaba a escribir. Tuve una relación muy estrecha con él. Era una gran persona”, afirmó su hija, quien durante los últimos diez años de vida del escritor fue su asistente.