Regresan los engaños y las pretensiones con Las preciosas ridículas
· Ofrecerá funciones hasta el 10 de febrero, jueves y viernes a las 20:00, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00
· Una divertida comedia que aborda distintos temas, entre ellos, la tentación del humano por querer ser o pretender algo que no es
Entre pelucas blancas, vestidos y trajes de colores, además de un estilo neoclásico francés fusionado con el steampunk, regresa Las preciosas ridículas de Molière al Teatro del Bosque Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.
Con el elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, esta puesta en escena se presentará hasta el 10 de febrero, con funciones jueves y viernes a las 20:00, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00.
Las preciosas ridículas hace una crítica a ciertos fenómenos actuales como la tentación perenne del ser humano a querer ser o pretender ser otro que no se es, entre otros, enmarcados en una divertida comedia, refirió Octavio Michel, director y encargado de la adaptación.
Es un montaje que provoca o encausa encuentros o reencuentros con el fenómeno teatral de manera lúdica y enriquecedora entre la relación actor-espectador, bajo los toques humorísticos y únicos que brinda una comedia.
Jean-Baptiste Poquelin, Moliére (1622-1673), dramaturgo, poeta y actor francés, tenía la capacidad de combinar rasgos provocadores con cierta prudencia en sus obras; esto le permitía no herir susceptibilidades, pero hacer llegar el mensaje. Conseguía plasmar ciertos vicios o fenómenos sociales gracias a que era un agudo observador de las personas.
Moliere se caracterizó por evidenciar imperfecciones humanas y convirtió así el descontento y la insatisfacción en situaciones cómicas que esperaba hicieran el efecto de una buena dosis de vitaminas para un cuerpo social deteriorado como lo hizo en obras como: El enfermo imaginario y La escuela de los maridos.
En la adaptación, Octavio Michel busca mantener la esencia de la obra original, pretendiendo que se perciba con claridad la falta de libertad que tenían las mujeres respecto al tema del matrimonio y la educación. De esta manera lanza un guiño a la audiencia mediante el personaje de la sirvienta, quien subraya la afectación de las dos señoritas provincianas que anhelan pertenecer a los círculos más selectos de París.
Se trata de un montaje donde los personajes discriminados buscan venganza y justicia, pero no solo eso, sino que, además, cuentan sus historias bajo el velo de una propuesta innovadora que conjunta los canones de la época con el steampunk