Celestino Gorostiza, conciencia teatral del grupo Los Contemporáneos, es recordado a 52 años de su fallecimiento
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) recuerda al dramaturgo Celestino Gorostiza, impulsor del teatro mexicano contemporáneo quien falleciera un día como hoy, 11 de enero, pero de 1967.
A lo largo de sus 62 años de vida, el director de cine y teatro realizó muchas cosas a favor de la cultura de nuestro país, desde ser cofundador y director del Teatro de Ulises y el Teatro Orientación, hasta fungir como secretario del Conservatorio Nacional de Música y director general del INBAL de 1958 a 1964.
Considerado como la conciencia teatral del grupo Los Contemporáneos, de acuerdo con el poeta Xavier Villaurrutia, uno de sus miembros, con Gorostiza “el teatro mexicano contemporáneo logra, de pronto, colocarse en un plano de universalidad sin perder por ello el contenido que la personalidad de su autor, mexicano selecto, ha sabido vaciar en un continente que tiene validez en cualquier latitud espiritual”.
La vocación escénica de Celestino comenzó en Aguascalientes, al lado de su hermano, el poeta José Gorostiza, con la creación de un teatro de marionetas. Junto con Villaurrutia, Salvador Novo, Gilberto Owen, Julio Jiménez Rueda, Roberto Montenegro y Manuel Rodríguez Lozano, impulsó el Teatro de Ulises, considerado el experimento renovador en todos los órdenes dentro del que, además, trabajaría como actor. A los 28 años de edad, participó en la fundación del Teatro Orientación.
Gorostiza fue director, traductor y autor teatral; asimismo, escribió ensayo y crítica del tema, mediante los cuales actuó como “fustigador de inepcias y viejos vicios de actuación, pero también como testigo equilibrado y exigente”.
Su curiosidad intelectual era prácticamente inagotable, por tal motivo tradujo obras de Jean Cocteau, Eugene O’Neill, Roger Marx, Charles Vildrac, Lord Dunsany y Paul Claudel. De igual forma se involucraría en la escena cinematográfica, tanto como creador de compañías de cine, como director de películas.
Siete años antes de su muerte, en 1960, ingresaría a la Academia Mexicana de la Lengua como Miembro de Número.
A Gorostiza se le deben obras como El nuevo paraíso (1930), La escuela del amor (1935), Ser o no ser (1935), Escombros del sueño (1939), La mujer ideal (1943), El color de nuestra piel (1953), Columna social (1956) y La leña está verde (1958).
En su momento, el poeta y crítico Jorge Cuesta dijo: Las exigencias que ha sabido encontrar Celestino Gorostiza para fundar en ellas la vida del teatro mexicano no son vagas, ni confusas, ni caprichosas y fugaces; por lo contrario, están hechas de una clara conciencia de su necesidad y de una lealtad inconmovible a ella.
Celestino Gorostiza nació el 31 de enero de 1904 en San Juan Bautista, hoy Villahermosa, Tabasco.