img
Noticias 2018-12-07 11:18

Enedina Vásquez, más de 50 años dedicada a recuperar la tradición del barro al pastillaje

Originaria de Santa María Atzompa, Oaxaca
Enedina Vásquez, más de 50 años dedicada a recuperar la tradición

del barro al pastillaje

ï‚· Sus piezas, coloreadas con engobes minerales, se encuentran
en museos de México y el mundo

Con más de 50 años dedicados a trabajar el barro con pastillaje y
engobes, Enedina Vásquez ha hecho una ardua labor de recuperación de
esta técnica ancestral e incluso ha logrado recuperar una paleta de 80
colores que se habían perdido.
La ganadora del Premio Nacional de Cerámica en 2013, recordó
que en aquel entonces no esperaba recibir un reconocimiento así, pues
sentía que aún le faltaba camino, a pesar de que comenzó a trabajar el
barro a los 4 años al lado de su papá y de que fue a los 16 años cuando
empezó a ganar premios.
Toda una tradición familiar que heredó de sus abuelos y
tatarabuelos, todos artesanos, que se han dedicado a hacer piezas de
barro “a mano 100 por ciento, la técnica es barro al pastillaje, los colores
son a base de engobes minerales que es una técnica muy antigua, que
ya se estaba trabajaba mucho antes de la Conquista”.
La artesana originaria de Santa María Atzompa, Oaxaca, aseguró
que “yo no estoy haciendo nada nuevo que digamos, nada más le estoy
poniendo un estilo propio y las piezas consisten en vírgenes de
Guadalupe, de Soledad, de Juquila, contando parte de nuestra cultura
con muñecas con trajes regionales muy a mi estilo”.


Sus piezas están en todas partes, pues a los 16 años la artesana
con una Virgen de Guadalupe ganó a principios de los años 80 un premio
especial en el Premio Nacional de Cerámica y hasta altos funcionarios le
solicitaban obras, como es el caso del ex presidente Vicente Fox que le
encargó una Virgen de Guadalupe de 1.25 metros de altura, que hasta el
momento es la pieza más grande que ha hecho.

A Enedina Vásquez no sólo le interesa mantener esta tradición
artesanal, sino además recuperar cosas que ya se habían perdido, como
fueron algunos colores entre ellos el tono café, el color vino, el naranja, el
blanco y el gris.
La maestra se preguntaba dónde estaban esos colores y porqué en
el pueblo ya no los utilizaban si sus ancestros lo hicieron. Así, se dio a la
tarea de buscarlos en las piedras de las cañadas y tras una serie de
pruebas, errores y aciertos, encontró esos primeros cinco tonos.
Con ese camino ya andado, siguió buscando piedras en las
comunidades cercanas, en la costa, en la sierra y en la Mixteca
oaxaqueña y a la fecha ha logrado recuperar 80 colores más, como el
café oscuro y el claro, tres tonos de naranja y rojo, el rosa mexicano, el
pálido y el pastel.
La artesana oaxaqueña señaló que todavía tiene montañas de
material que ha recopilado en los dos últimos años y continúa haciendo

pruebas para obtener más tonalidades. Todo este conocimiento, dijo, se
lo enseña a sus hijos a fin de que no se pierda esta técnica ancestral.
También indicó que a sus 55 años, seguirá trabajando el barro
porque ya es parte de su vida, pues es un material con el cual ha tenido
gran éxito, ya que sus piezas están en museos de todo México y el
extranjero y apenas hace un mes su trabajo fue publicado en la revista
México Desconocido.
AGB

Mas Articulos