A un año de los sismos, las escuelas del INBA recuerdan la capacidad que tiene el pueblo mexicano para recuperarse



· En la explanada del Palacio de Bellas Artes, jóvenes del CNM, de la ENDNGC y de dos Escuelas de Iniciación Artística presentaron una intervención coreográfica y un espectáculo multidisciplinario


Ni los intensos rayos de sol que se dejaron sentir la tarde del jueves 20 de septiembre impidieron que alumnos de los centros escolares del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) mostraran por medio del arte su solidaridad con el pueblo mexicano a un año del sismo de 2017.



El público tampoco cedió. Con sombrillas, sombreros y lo que tenían a su alcance se cubrieron del sol mientras intentaban llegar a la primera línea para capturar con sus celulares el espectáculo.



La Orquesta de Alientos y el Coro del Conservatorio Nacional de Música (CNM), alumnos de las escuelas Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello (ENDNGC) y de Iniciación Artística número 1 y 4, así como integrantes del curso propedéutico del CNM Piano para todos presentaron la intervención coreográfica S19 y el espectáculo multidisciplinario Elegía del retorno.



En el evento, Sergio Rommel Alfonso Guzmán, titular de la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas del INBA, afirmó que la palabra que más utilizaremos en este siglo XXI será resiliencia. Recordó que hace un año, por iniciativa de los propios jóvenes de los 29 recintos educativos del INBA, se visitaron albergues para ofrecer a los damnificados lo que los estudiantes saben hacer: música, teatro, danza; así fue como surgieron las Brigadas artísticas del INBA.



Este año, por consiguiente, era obligatoria la presencia del INBA en esta actividad en la cual las escuelas rememoran y hacen un tributo a las personas que sufrieron los daños del sismo.



“No podemos evitar las catástrofes naturales, pero sí podemos mostrar lo mejor de los seres humanos y levantarnos. Este es un festejo de la capacidad que tenemos de recuperarnos. Todos los que integramos las escuelas profesionales del INBA nos sentimos muy contentos de participar”.



Por su parte, David Rodríguez de la Peña, director del CNM y autor de la obra que se interpretó, indicó que se basó en el esqueleto del Réquiem de Mozart, en fanfarrias que significan el heroísmo de voluntarios y rescatistas, además de una sección nacionalista mexicana. La pieza fue interpretada por la Orquesta de Alientos del CNM, que dirige Patricio Méndez Garrido, y por el Coro de la misma institución, dirigido por Nahum Aquino.



En su oportunidad, la directora de la ENDNGC, Jessica Adriana Lezama Escalona, señaló que la pieza S19 se creó para conmemorar los sismos. En la obra se representa de forma simbólica, a través del movimiento, lo ocurrido. Son una serie de acciones que tienen que ver con derrumbes, caída, solidaridad de la comunidad ante los eventos poco afortunados del sismo, dijo. Señaló que en la coreografía participaron 170 bailarines de la institución educativa, 35 músicos y 25 cantantes.



La coreógrafa Lydia Romero señaló que su obra se basa en acciones mínimas, sintéticas, que tienen un efecto de piezas de dominó que se van cayendo una a una y forman diferentes figuras, grecas y una espiral que representa el infinito, el movimiento continuo, además de que se plasmaron en el cuadro las fechas 1985, 2017 y la palabra México.


Aseveró que es importante que la sociedad civil tenga memoria y conmemore estos hechos desastrosos porque pueden ocurrir en cualquier momento. Vivimos en una zona sísmica y es importante la respuesta solidaria de la población y que los jóvenes desarrollen dicho concepto.



El director de la Orquesta de Alientos del CNM, Patricio Méndez, afirmó: “La vida continúa a pesar de todo. La obra que interpretamos es repetitiva y nos recuerda que vamos a tener terremotos constantemente y de la misma manera debemos renacer. La vida es así, repetitiva. Mientras que las fanfarrias significan el triunfo, el heroísmo que México ha demostrado; un sismo puede volver a pasar mañana o dentro de una hora y tenemos que seguir, como solemos hacerlo los mexicanos, sonriendo a la vida y al renacer.



“Estar aquí en el Palacio de Bellas Artes demuestra que los mexicanos utilizamos nuestros espacios para mostrar un mensaje de continuidad, de que estaremos presentes desde nuestras respectivas trincheras”, concluyó.