El INAH atiende daños del patrimonio inmueble en Hidalgo, afectado por sismo del 19s
*** Pese a no estar cerca de una zona sísmica, la entidad sufrió daños en 13 edificaciones; ocho ya fueron recuperados por el instituto, comunidades y ayuntamientos
*** Se han atendido los antiguos conventos de San Andrés Apóstol y San Francisco, en Epazoyucan y Tepeapulco, respetivamente, así como el Museo Arqueológico de Tula, Jorge R. Acosta
El poder de la naturaleza, manifestado en el sismo del 19 de septiembre de 2017, fue de tales proporciones que las ondas sísmicas alcanzaron entidades como Hidalgo, donde pocas veces se viven experiencias similares. El resultado fue el daño en 13 inmuebles históricos, de los cuales ocho ya fueron recuperados por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en colaboración con las comunidades y la Iglesia católica y los ayuntamientos.
A decir del director del Centro INAH Hidalgo, el arquitecto Juan José Arias Orozco, en ese estado fueron afortunados porque no está cerca de una zona susceptible de sismos y la estructura geológica de esa región impide que las oscilaciones traspasen algunas áreas, como la parte montañosa.
Explicó que gracias a esta característica, las afectaciones fueron mínimas. Horas después de ocurrido el seísmo, personal del INAH realizó un recorrido para levantar un censo del patrimonio dañado; luego de varias visitas a los lugares reportados, se hizo una lista de 13 inmuebles históricos afectados.
De este conjunto de edificaciones, cuya antigüedad va del siglo XVI al XIX, las comunidades y autoridades locales intervinieron cinco, bajo la supervisión del INAH. Se trata de las parroquias de la Inmaculada Concepción (s. XVI) y San Andrés (s. XVII), en el municipio de Cardonal; Casa Rule (s. XIX), en Pachuca de Soto; Centro Cultural del Ferrocarril (s. XIX), en Tulancingo de Bravo; y un muro perimetral de adobe de una hacienda decimonónica, en Actopan. Todos presentaban daños menores y moderados.
“De las otras ocho edificaciones, tres presentaban daños menores como fisuras y pequeñas grietas, cuyo trabajo de recuperación se concluyó al 100 por ciento. Son los antiguos conventos de San Andrés Apóstol y de San Francisco, en Epazoyucan y Tepeapulco, respetivamente, que datan del siglo XVI, así como el Museo Arqueológico de Tula, Jorge R. Acosta”.
Indicó que hay otros inmuebles de daño moderado (fisuras, grietas y desprendimiento de acabados y leve daño estructural, principalmente) en los que están por iniciar los trabajos de restauración, como la Biblioteca Antonio Peñafiel, que forma parte del Ex Convento de San Francisco, en Pachuca; el templo y antiguo convento de San Francisco, en Tepeji del Río de Ocampo, y el templo y antiguo convento de los Reyes Magos, en Metztilán, inmuebles que datan del siglo XVI y cuyas intervenciones concluirán en diciembre.
“Tenemos únicamente dos inmuebles con daños mayores: la torre campanario, del siglo XIX, de la capilla de San Miguel Arcángel, de la Hacienda de San Miguel Regla, en el municipio de Huasca de Ocampo, y el inmueble conocido como La Comunidad (s. XVI), en Metztitlán, que durante décadas fue cárcel regional”, comentó el arquitecto.
Arias Orozco describió que el daño a la torre campanario se debió al peso de las campanas y no tanto a una falla estructural de la edificación, que supone muchas toneladas en un espacio de dimensiones reducidas y poco resistente, por lo que al momento del sismo, las ondas sísmicas generaron un efecto de torsión en la parte alta de este elemento arquitectónico, que fracturó los sillares y las piedras que forman la estructura del campanario.
En La Comunidad, especificó, en más de 50 años no ha recibido mantenimiento o intervención alguna, por lo que al ocurrir el sismo se resintieron muchas de las afectaciones que ya existían. Los daños en el inmueble del siglo XVI van desde pequeñas fisuras hasta grietas y desprendimientos en las bóvedas del inmueble.
“Posterior al sismo, no pudimos ingresar porque estaba ocupado por los internos. Tras dictaminar el estado del inmueble histórico, se recomendó al presidente municipal su desalojo por riesgo de colapso, solicitud que fue atendida de inmediato por el alcalde quien, en consonancia con el INAH, cree conveniente la rehabilitación del lugar para transformarlo en la casa de la cultura de ese municipio”, expuso.
Las zonas arqueológicas de Xihuingo, en Tepeapulco, y Huapalcalco, en Tulancingo de Bravo, ya estaban afectadas con anterioridad por fenómenos meteorológicos, cuyas lesiones, con el sismo, tuvieron leve resentimiento, por lo que se promueve la activación de un seguro para atender los daños.
El director del Centro INAH Hidalgo destacó que la participación de la sociedad civil en la recuperación de su patrimonio ha sido fundamental, mediante la creación de comités de obra, integrados por personas que no tienen un cargo religioso o civil en su comunidad, y sólo están interesadas en proteger sus inmuebles patrimoniales e históricos ligados a sus tradiciones y costumbres.
“Son los primeros preocupados en que los trabajos de restauración se realicen de manera correcta y se han comprometido con el ayuntamiento y el INAH para garantizar los mejores resultados; son agrupaciones bien intencionadas con los que da mucho gusto trabajar y compartir las responsabilidades que nos permitan la salvaguarda y preservación del patrimonio edificado”, concluyó el arquitecto Arias Orozco.