Inauguran 1ª Mesa Redonda del Occidente de México, en Colima
*** Al inaugurar el encuentro, el titular del INAH, Diego Prieto, sostuvo que hay que regresar a la tradición interdisciplinaria de la antropología que practicaron los fundadores
*** En la primera jornada de trabajo se rindió homenaje a Isabel Kelly, pionera de los trabajos arqueológicos y etnográficos del Occidente de México
Durante la ceremonia de inauguración de la 1ª Mesa Redonda del Occidente de México. Región y Territorio, con sede en la ciudad de Colima, el antropólogo Diego Prieto Hernández, director general de Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destacó la pertinencia de realizar este tipo de encuentros para que los investigadores realicen un ejercicio de cruce de miradas. “El INAH tiene que regresar a esa tradición interdisciplinaria de la antropología integral que practicaron los fundadores como Manuel Gamio”.
El antropólogo explicó que esta reunión académica se propone como un espacio de intercambio y reflexión profunda, en virtud de que la definición y el estudio del Occidente de México se han efectuado desde distintas perspectivas que deben conjuntarse con el objetivo de explicar los procesos sociales ocurridos en su extenso y heterogéneo territorio, a lo largo de su historia.
En la ceremonia inaugural estuvieron José Ignacio Peralta Sánchez, gobernador del estado de Colima; José María Muñoz Bonilla, coordinador nacional de Centros INAH; Héctor Álvarez Santiago, director del Centro INAH Colima; Valeria Pérez Meza, secretaria estatal de Desarrollo Social; Rocío López, representante del Poder Judicial del Estado; el diputado Pedro Tinto, presidente del Congreso del Estado, y Víctor Uribe, representante estatal de Cultura.
El mandatario estatal, José Ignacio Peralta Sánchez, celebró que se lleve a cabo la Primera Mesa de Occidente de México en el estado que gobierna. Asimismo, indicó que “esta región sigue siendo referente no sólo de las expresiones arqueológicas de las tumbas de tiro y de la peculiar cerámica, sino también de algunas manifestaciones presentes en la imaginación literaria y en la construcción cultural.
“Habrá que recordar que esta región incluso creó una literatura dotada de universalidad, como la de Juan Rulfo y Juan José Arreola que se nutrieron del sur de Jalisco, no es casual que un pueblo colimense, Comala, haya sido inmortalizado en su obra Pedro Páramo, lo que acredita los vasos comunicantes de esta región que se prolonga hasta nuestros días”.
El antropólogo Diego Prieto Hernández añadió que el objetivo central de la primera mesa radica en reunir a un grupo de investigadores, distinguidos por la pertinencia de sus explicaciones sobre los diferentes procesos históricos, antropológicos y culturales que configuraron las singularidades de la región, cuya amplitud presenta problemas de definición debido a la diversidad cultural que se observa en un extensión geográfica muy vasta.
El encuentro académico, organizado por el INAH en colaboración con el Gobierno del Estado de Colima y la Secretaría de Cultura de la entidad, tuvo su sesión inaugural en el Teatro Hidalgo, donde también se rindió homenaje a la arqueóloga Isabel Kelly (1906-1983), quien dedicó gran parte de su vida al estudio de Mesoamérica y en particular a la cultura capacha.
La mesa se desarrolla desde este jueves 26 y hasta el sábado 28 de julio, con la participación de 27 ponentes procedentes de diversas instituciones, entre las que destacan el INAH, el Instituto de Investigaciones Estéticas de UNAM, la Universidad Autónoma de Zacatecas, la Universidad de Guadalajara y los colegios de Michoacán y San Luis Potosí, quienes darán a conocer sus más recientes investigaciones sobre la región.
El antropólogo Héctor Álvarez Santiago, director del Centro INAH Colima, explicó que con el tiempo ha cambiado la idea respecto a los espacios geográficos que integran la macrorregión, por lo que es muy importante discutir y revisar la vigencia de estas caracterizaciones, de ahí que se eligiera como tema central la región y el territorio, que son abordados desde la mirada de la arqueología, la historia y la antropología.
Apuntó que dicha región comprende los estados de Zacatecas, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Nayarit y Colima y, por tanto, tiene una gran diversidad cultural, social, ecológica y de paisaje.
La conferencia inaugural estuvo a cargo del investigador emérito del Centro INAH Jalisco, Otto Schöndube, quien se refirió a los aportes de la arqueóloga Isabel Kelly, pionera en las investigaciones del Occidente de México.
El arqueólogo relató que tuvo la oportunidad de conocer y convivir durante algunos viajes con su colega Isabel Kelly, a quien definió como una mujer que también fue precursora de la etnografía en esta zona, porque recorrió muchas de las comunidades del Occidente de México, aunque sus primeros trabajos los realizó en la Alta California.
La 1ª Mesa Redonda de Occidente está organizada en cinco sesiones de trabajo: Región y territorio, El Occidente y su definición, El Occidente y el mar del sur, La reconfiguración demográfica y territorial, y El Occidente de México en el siglo XXI.
Entre las ponencias que se impartirán destaca la titulada La Campana de Colima, muerte, agua y fuego en la arqueología mesoamericana, que dictará la doctora Ana María Jarquín, adscrita al Centro INAH Tlaxcala.
La investigadora, quien ha dedicado más de dos décadas al estudio del sitio arqueológico ubicado en Villa de Álvarez, Colima, adelantó que dará a conocer algunos de los hallazgos registrados durante la temporada de reconocimiento en los terrenos adquiridos por el gobierno de Colima, que forman parte de la zona arqueológica de La Campana. “El proyecto tiene como objetivo central definir dicho espacio como reserva para la investigación arqueológica y ecológica, y establecer un lugar en el cual se protegerá tanto el yacimiento arqueológico como la fauna y la flora.
“La Campana está relacionada con dos de los principales elementos en la vida de los seres humanos: el agua y el fuego, considerando que la antigua urbe se levantó en los terrenos definidos por los ríos Colima y el Arroyo Pereyra, con una orientación al Volcán de Fuego. Ambos elementos aparentemente contrarios se conjugaron en este sitio milenario cuya ocupación abarcó cerca de tres mil años”.
Explicó que con ayuda de técnicas modernas se detectaron, en una extensión de 100 hectáreas, 303 estructuras prehispánicas, calzadas, avenidas, nacimientos de agua, y sobre una loma de toba volcánica un cementerio de la fase Capacha (1800 a.C.), del cual se exploró una pequeña muestra y se recuperaron 44 esqueletos y 114 piezas cerámicas de la misma fase cerámica, algunas completas y otras fragmentadas.
“La parte superior de la loma fue adecuada para colocar enterramientos, debido a que estas sociedades buscaban proteger los restos de las personas fallecidas en espacios previamente preparados, mismos que constituyen antecedente de la arquitectura funeraria. Dicho cementerio es previo a las conocidas tumbas de tiro y de pasillo, lo que nos permite sostener que son contemporáneas a El Opeño (Michoacán), que corresponde al año 1600 a.C. aproximadamente”.
Actualmente, en el sitio arqueológico La Campana, el INAH tiene bajo su custodia y protección un espacio abierto al público de siete hectáreas de monumentos arqueológicos, donde hay 55 estructuras, como recintos sagrados, adoratorios y estructuras piramidales.