El Museo Nacional de San Carlos celebra cinco décadas de resguardar la más completa colección de arte europeo en México


· En el marco del festejo, el 12 de junio inaugurará la muestra Evocaciones



· Estará integrada por más de 200 obras que explican la conformación de su colección



Custodio del acervo más importante de arte europeo en nuestro país, el Museo Nacional de San Carlos (MNSC) celebra este mes su 50 aniversario, por tal motivo, el recinto museístico perteneciente al Instituto Nacional de Bellas Artes abrirá el 12 de junio las puertas de Evocaciones, muestra integrada por más de 200 obras que dan testimonio de la conformación de su colección.

En palabras de la curadora de la exposición, Ana Garduño, lo que salvaguarda el MNSC “es la piedra fundacional en cuanto a arte europeo se refiere, de un legado que ha sobrevivido múltiples periodos de dispersión”.

Todo este acervo, del cual ahora se muestra sólo una pequeña selección, afirma, es nuestro primigenio caudal artístico, el que apuntaló el concepto nacional de alta cultura; forma parte medular de una heredad que hoy memoramos y conmemoramos a partir de otras preguntas, intencionalidades y percepciones.

Repositorio de pintura del gótico español del siglo XIV, francesa del siglo XIX, española costumbrista, arte holandés del siglo XIII, así como del Renacimiento, Manierismo italiano —entre las que destacan obras de Tintoretto—, y piezas de Joaquín Sorolla y Francisco de Zurbarán, por mencionar algunos, el recinto ha presentado relevantes exposiciones temporales con colecciones itinerantes provenientes de algunos de los mejores museos especializados en arte europeo.

El MNSC ocupa la casa del siglo XVIII que doña María Josefa Rodríguez de Pinillos y Gómez de Bárcena obsequiara a su hijo, el conde de Buenavista. Esta construcción fue realizada por el célebre arquitecto valenciano Manuel Tolsá, quien también estuvo a cargo de obras tan importantes como la culminación de la Catedral Metropolitana y el Palacio de Minería.

Realizada en estilo neoclásico, destaca por su sobriedad, dimensiones monumentales y por el patio central de forma elíptica, único en la arquitectura de la ciudad. Sus jardines abarcaban hasta la ahora Plaza de la República y el acceso principal era por el pórtico que acoge al Jardín Buenaventura o Tabacalera.

El antiguo palacio de Tolsá fue asignado en 1965 a la Secretaría de Salubridad y Asistencia, con miras a ser adaptado como Escuela de Salud Pública, por lo que iniciaron escrupulosos trabajos de restauración, hasta que, en 1968, durante el contexto de intensa actividad museística en México, el licenciado Adolfo López Mateos —bajo el mandato del presidente Gustavo Díaz Ordaz—, pujó por la creación de un recinto que albergara la valiosa colección de arte europeo de la Academia de San Carlos, ahí, nació el espacio que en la actualidad celebra 50 años de existencia.