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Libros 2018-05-28 17:13

Cinco novelas de terror, escritas por mujeres, salen a la luz

Serán presentadas el martes 5 de junio a las 19:00 en El Péndulo de Álvaro Obregón, Col. Roma





Cinco novelas de terror, escritas por mujeres, salen a la luz



· Las obras surgen del laboratorionovela, inspirado en el proyecto que Lord Byron y un grupo de amigos desarrollaron en la Villa Diodati, a orillas del lago Ginebra, en 1816.



· Es el resultado de 5 procesos creativos, desarrollados en un mismo espacio y tiempo, que llevan a reflexionar: “en qué momento le permitimos a la modernidad lograr que el mundo dejara de ser un lugar embrujado para ser, tan solo, un lugar violento”.



Producto del laboratorionovela surgen 5 novelas de terror escritas por Roslyn Ison, Linda Báez Lacayo, Alexandra Campos Hanon, Teresa Piazza y Laura Echevarría Román. Las obras serán presentadas el martes 5 de junio a las 19:00 horas en la Cafebrería El Péndulo de la colonia Roma, con la participación de las autoras.



En 1816, que fue conocido como “el año sin verano”, en la Villa Diodati, a orillas del lago Ginebra, el excéntrico Lord Byron (junto con un grupo de amigos) tuvo la idea de enfrascarse en la singular experiencia creativa de escribir una historia de terror en unos cuantos días de encierro. De este afortunado experimento resultaron textos emblemáticos como El Vampiro, de John William Polidori, y Frankenstein, de Mary Shelley.



Dos siglos después, se juntó el grupo de escritoras para reproducir esa experiencia creativa en una casa de campo a orillas de otro lago, en Valle De Bravo, México”. De ahí surgen “Berenice”, “El mar no devuelve a sus muertos”, “El paisaje del Ciego”, “Flor de Sal” y “La caza de la ballena azul”.



Las autoras relatan que no bien habían desempacado, apenas estaban en la primera sesión teórica previa al inicio del proceso creativo, cuando se enfrentaron con una revelación: resultaba difícil comulgar con los miedos clásicos de la literatura de terror. La respuesta a la pregunta ¿qué nos atemoriza?, parecía haberse alejado para siempre de lo sobrenatural; de los monstruos, zombis o fantasmas, para ir a morar en lo común de la vida cotidiana, donde los horrores se llaman narcotráfico, guerra, terrorismo, abuso, enfermedad. Comprendimos que causar miedo con las herramientas clásicas del género de terror era, cuando menos, una tarea titánica. Pero ya estábamos ahí, y tendríamos apenas dos semanas para lidiar con nuestros temores y con el reto de, con ellos, producir una obra literaria perteneciente al género.



Cinco novelas resultaron de esa experiencia tan intensa como aleccionadora. Cinco escritoras lograron conectar o bien con el miedo primigenio o al menos con el temor que ha vivido siempre en algún rincón de nuestra sique.



Laura Echevarría, quien ha tomado diferentes talleres sobre creación literaria autora de tres novelas, así como de varios cuentos, exploró el género de terror a través de “Berenice”, la figura fantasmal donde se esconde la culpa que deriva del arrepentimiento.



Por su parte, Linda Báez Lacayo, es autora de cuentos incluidos en antologías publicadas en Chile, Nicaragua (su país natal) y México y también ha escrito tres novelas, siendo “El mar no devuelve a sus muertos” -donde escudriña el miedo en la debilidad de quienes sucumben ante los abusos- la primera que se publica dentro del proceso de laboratoriodenovela.



Roslyn Ison, quien es comunicóloga y fotógrafa de formación, escribió “El paisaje del ciego”, donde se valió del fantasma del remordimiento para ajustar cuentas con la imposibilidad de salir ileso de la maldad. La escritora cuenta con dos novelas publicadas por Editorial Axial, Tinta Nueva: “Treinta días antes de morir” (2009) y “Reflejos de sombra” (2013), es autora del cuento “Lienzo en la piel” incluido en la antología “Once mujeres que cuentan erotismo”.



En “Flor de sal”, la socióloga con espacialidad en educación, Alexandra Campos Hanon propone un ágil estilo narrativo y emprende un paseo por las consecuencias de la superstición y el rechazo a lo diferente. Ha publicado tres libros de divulgación mitológica y el cuento infantil “Eva y el Ladrón de Sueños”.



La periodista, editora y traductora Teresa Piazza, con “La caza de la ballena azul”, desnudó la vulnerabilidad de la adolescencia ante la desesperanzada grisura del porvenir. A lo largo de su trayectoria como creadora literaria ha ganado concursos convocados por Casa Lamm (México), la Secretaría de Cultura del Estado de Guerrero por la Universidad de Salamanca (España), al igual que varios certámenes de cuentos y poesías. Es autora de libros con temas de interés general; de relatos incluidos en antologías y revistas y del libro: “México Visto por sus niños”, editado por la Secretaría de Turismo y la Secretaría de Educación Pública.



“Fueron cinco las maneras diferentes de acercarse a los temores de esta cotidianeidad que nos abruma, cinco las novelas breves escritas durante una experiencia que resultó mucho más intensa de lo que habíamos imaginado, intensa tanto por la concentración emotiva como por lo arduo del trabajo. Al finalizar la estancia creativa, volvimos a la ciudad fatigados, con cinco novelas y preguntándonos en qué momento le permitimos a la modernidad lograr que el mundo dejara de ser un lugar embrujado para ser, tan solo, un lugar violento.”



Sinopsis de las novelas

El paisaje del ciego, de Roslyn Ison

Hay momentos en que el pasado se fusiona con el presente. Para Leonardo, ese instante ha llegado. Su terrible pasado vuelve para desordenarle la vida cuando Beto, su amigo de la adolescencia, regresa con la advertencia de que contará el secreto que ambos han mantenido oculto por años. Al mismo tiempo se desencadenan en el contexto de Leonardo algunas situaciones que ponen en entredicho su cordura: la borrosidad paulatina de su visión, la aparición de un halo azul en la luna y unas pinturas que parecen traer consigo mensajes fatales de demonios y malos agüeros.

¿Qué le deparará la tercera y última pintura de la serie titulada “Mis demonios”? ¿De qué forma logrará desasirse del fantasma de la culpa que ha llegado a exigir justicia?





El mar no devuelve a sus muertos, de Linda Báez Lacayo

Emma ha llevado una vida dominada por el terror, no el que surge de lo sobrenatural o de lo desconocido, sino el que es provocado por la debilidad ante el abuso y las fobias. Emma ha sido sometida desde niña por quien la debe proteger. La tensión de la historia lleva a los personajes a entrar en un juego macabro que definirá el sorprendente final. Linda Báez Lacayo, con un estilo puntilloso, lleva al lector a escudriñar los miedos de la protagonista hasta descubrir los grotescos acontecimientos que marcarán su vida. Es una novela perturbadora y reflexiva que no deja a nadie indiferente.





Flor de sal, de Alexandra Campos Hanón

Xochilcan, un pueblo dominado por la superstición y el miedo es testigo del surgimiento de un monstruo: Ix Chel, la niña blanca. Ella traerá la desgracia a quienes vivieron y más tarde murieron en aquella región minera. Esta es la historia de un desierto donde las flores son de sal y los malos augurios, son albinos.

En esta novela el autor intercala distintas voces que acompañan al lector, y van completando la historia mientras siguen el relato y juzgan la forma en que se narran los acontecimientos. Con planos temporales imprecisos, nos presenta leyendas, acciones y sucesos en un tono misterioso y un ambiente fantasmal.

Un estilo que nos remite a las interveciones teatrales, las narraciones orales y la lectura conjunta.



La caza de la ballena azul. El Juego Suicida, de Teresa Piazza

Muchos adolescentes a nivel mundial se han enganchado en el reto de “La Ballena Azul”. Los 50 desafíos que plantea este juego virtual se basan en una cadena de violencia física y emocional que gratifica con un apasionante sentido de transgresión. Los participantes no son en su mayoría hijos maltratados que no saben discernir el bien del mal, sino jóvenes que han perdido el sentido de la vida ante un porvenir sin motivaciones.

El juego está diseñado para crear la fatal dependencia del jugador con su curador, quien puede suplantar el rol de un padre, y ejercer presión mientras guía, dialoga, e incluso amenaza a la víctima.

El creador del juego, Budeikin, expresó que quiso limpiar la mediocridad del mundo, para evitar la suciedad y la proliferación de más gentuza, que no aportará nada nuevo ni nada bueno a nuestra humanidad. Su método es utilizar el morbo, la ignorancia, la excitación y la necesidad de atención de los jugadores, o su falta de sentido de vida, para desafiar lo prohibido por medio de la manipulación mental. El juego gratifica con un apasionante ensayo de transgresión, representado por la superación de los retos y por la “libre” decisión de violentarse el cuerpo y el alma.

Algunos jóvenes se refugian en el fundamentalismo religioso o político, en el Internet y en las redes sociales, o en las drogas. Simples calmantes que en poco tiempo serán insuficientes y los devolverán a una realidad cada vez más cruda, más brutal. En ese caso el suicidio parece una buena salida.



Berenice, de Laura Echevarría Román

Fernanda, escritora y madre de familia, ve morir a su hija de seis años. Después de un prolongado periodo depresivo, en el que descuidó a sus otros dos hijos y a su marido, decide retomar la escritura como una herramienta para vencer el duelo. La novela que escribe Fernanda se entremezcla poco a poco con la realidad, y conforme avanza en la escritura de los capítulos, una pequeña niña –que aparece a voluntad tanto en las páginas que escribe Fernanda como en la vida diaria- se va adueñando silenciosamente de ambas historias. Si bien la presencia de Berenice es benévola en la ficción, en la vida real resulta peligrosa.

Laura Echevarría explora, en esta su primera novela, los intrincados caminos tanto del dolor como de la culpa

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