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Noticias 2015-06-09 13:54

Gunther Gerzso: artista plastico y escenografo





Gunther Gerzso: artista plástico y escenógrafo





Ø El INBA recordará al creador mexicano con una mesa redonda



Ø A cien años de su nacimiento, se busca rescatar su labor como escenógrafo: Mariana Sainz



A la luz del reflector fue pintor, escultor y parte del movimiento conocido como la Ruptura, pero tras el telón y las cámaras, Gunther Gerzso ejerció una de sus grandes pasiones: la escenografía, trabajo poco conocido del artista mexicano y del que se hablará en una mesa redonda a cien años de su nacimiento, el 17 de junio a las 19:00 horas en el Palacio de Bellas Artes.



Gunther Gerzso nació en México el 17 de junio de 1915. Cuando era muy joven su familia lo envió a Suiza, donde se acercó por primera vez a las dos pasiones que marcarían su vida: la pintura, al conocer y admirar obras de Pierre Bonnard, Rembrandt, Paul Cézanne, Eugène Delacroix y Titian que conformaban la colección de su tío Hans Wendland, promotor de arte alemán, y la escenografía, al entrar en contacto con el actor y escenógrafo italiano Ferdinando Tamberlani.



De acuerdo a Mariana Sainz, subdirectora de exposiciones internacionales del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la labor escenográfica de Gerzso no es tan conocida como la plástica debido a que lo tomó como un trabajo de día. “Era su sustento. No lo trataba de esconder, pero tampoco le daba mucha difusión”.



Inició su formación a su regreso de Suiza, cuando, bajo la influencia de Fernando Wagner, se mudó a Estados Unidos para estudiar en la Cleveland Play House. Ahí colaboró en más de 50 puestas en escena como escenógrafo en jefe. Cuando volvió a México comenzó su trabajo con obras de corte experimental, bajo la guía de Wagner, dentro del teatro y el cine nacionales.



A decir de Sainz, Gerzso “pertenece a la pléyade de artistas que realizaron escenografía, como Leonora Carrington o Rufino Tamayo. Sin embargo, hay dos diferencias fundamentales: Gerzso fue escenógrafo antes que artista y su trabajo escenográfico de cine lo compartió con pocos artistas plásticos, porque la mayoría eran más de teatro.



“Desde muy joven, Gerzso empezó a trabajar en sus primeras obras plásticas, primero con piezas de corte surrealista, en las que podemos encontrar huellas claras de su quehacer como escenógrafo: el peso que le da a los elementos luminosos y la superposición de volúmenes, que recuerdan el paso de una realidad a otra, teorías provenientes de la escenografía moderna propuestas por Adolphe Appia y Edward Gordon Craig, y posteriormente, el abstraccionismo, pasando por sus obras de la Ruptura, en las que abordó las culturas prehispánicas, pero desde lo fantástico”.



Su trayectoria como escenógrafo



En entrevista, el cineasta Jaime García, quien participará en la mesa redonda, apuntó que, aun desde el cine, no se le ha reconocido lo suficiente, a pesar de que, de manera honoraria, se le otorgaron dos premios Ariel, uno en 1994 y otro en 2000.



“El cine fue una de sus grandes pasiones. Él me contó que se imaginaba más como director de cine, pero acabó como artista plástico. Quizá fue en la escenografía donde encontró una manera de conjuntar varios intereses: la pintura, el grabado, el cine, la música: era un gran melómano.



“Tenía mucho dominio del espacio. De hecho, en el ámbito cinematográfico le decían ingeniero –lo cual le daba mucha risa–, porque su dominio del trazo parecía más de un técnico que de un artista”.



-¿Qué fue más importante para Gunther Gerzso: el cine, el teatro o la pintura?, se le preguntó al realizador.



-Si bien, él empezó a pintar desde muy joven, su interés lo depositó en el cine, donde hizo más de 200 películas y colaboró con directores de la talla de Luis Buñuel, Emilio Indio Fernández, Roberto Gavaldón, Alejandro Galindo, John Ford y John Huston.



“Una de las cosas que más le gustaba de ser escenógrafo para ópera y teatro era que estaba involucrado dentro de toda la concepción del espectáculo, a diferencia del cine, donde el trabajo estaba más encasillado. Y dentro del cine le gustaban mucho las películas en las que podía tener más presupuesto, porque podía hacer cosas más interesantes.



“Con el director que más se acopló –incluso participó en la escritura de algunos de los guiones– fue con Alejandro Galindo. Una de sus películas preferidas fue Una familia de tantas, porque tuvo que recrear una casa porfiriana de la colonia Roma y generar todo una atmosfera a través de los espacios escenográficos vistos a través de la cámara.



“A diferencia de otros realizadores, que necesitaban que construyera un entorno casi realista, Galindo tenía más visión cinematográfica y podía segmentar, así como sacarle mayor provecho al poco presupuesto. Por lo tanto hacia que luciera más su trabajo”.



-¿Desde la cinematografía hay un desconocimiento a su trabajo?



-Sí, porque es un vicio en general dar más peso al director y al fotógrafo. Desde hace relativamente poco tiempo se han revalorado muchos aspectos relacionados con las distintas áreas del quehacer cinematográfico. No obstante, es nuestra obligación rescatar a esas grandes figuras quienes han conformado también nuestra identidad audiovisual.



“A pesar de que la mayor parte de su trabajo la realizó en México, Gerzso tuvo más reconocimiento en el extranjero. De Hollywood lo llamaron varias veces, y la última película que hizo de corte internacional fue Bajo el volcán de John Huston”.



-¿Cuáles fueron sus principales contribuciones?



-Todavía no se ha consolidado el impacto de su trabajo en la creación del imaginario colectivo de lo que somos como nación, porque es un área que no fue construida solamente por los cinefotógrafos en la época de oro del cine mexicano, sino también por los escenógrafos. Al final de cuentas, el escenógrafo es quien le pone al fotógrafo lo que debe de capturar.



“En el teatro, a través de su colaboración con Fernando Wagner, logró proponer cosas muy interesantes con los complicados presupuestos. Hasta antes del maestro Gerzso, las escenografías de teatro, aun del comercial, eran muy pobres, y justo por gente como él, que viajaron al extranjero, se empaparon de lo que aprendieron y regresaron, fue que cambió esa visión. Fue cuando se comenzó a marcar una ruta de profesionalizar la cuestión escenográfica.



“En el cine también fue clara su contribución, porque de pronto se deben considerar detalles que a veces nos parecen una aberración, como los presupuestos y costos. Si no podías hacer la película con el presupuesto que te señalaban, no te volvían a llamar, y finalmente era un trabajo. Con él aprendí dos cosas: la noción más integral de lo que debe ser la labor artística y el manejo de la concepción espacial a través de la lente”.



La mesa redonda se llevará a cabo con la participación de Carlos Palacios Velo, curador del Museo de Arte Carrillo Gil; la investigadora Dina Comisarenco Mirkin; Jaime García, y Mariana Sainz.



Como parte de las actividades se presentará un libro dedicado al trabajo de Gunther Gerzso en el teatro y el cine, coeditado por Turner y la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, con la investigación y curaduría de Itala Schmelz y Mariana Sainz, y ensayos de Rita Eder, Elisa Lozano y Salomón Grimberg.



El Museo de Arte Carrillo Gil se une a la conmemoración con la muestra Razón de ser. Obras emblemáticas de la Colección Carrillo Gil, en la que se incluyen siete piezas de Gerzso, como La torre (1955) y La Guerra de Troya (1959).

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