El viaje de Ali, en el Teatro Orientación
· Del 10 de febrero al 18 de marzo, sábados y domingos a las 12:30
“El viaje de Ali es un montaje acerca de la educación emocional donde los niños pueden identificar la frustración, el enojo y el fracaso. Queremos que los niños aprendan a conocer esos sentimientos y a reconocerse a sí mismos, que vean que ante cualquier problema siempre hay una salida la cual se encuentra en ellos mismos”.
Lo anterior lo afirma MariCarmen Núñez, codirectora de la obra El viaje de Ali que inicia su cuarta temporada en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque del Instituto Nacional de Bellas Artes, del 10 de febrero al 18 de marzo, sábados y domingos a las 12:30.
“La obra transcurre en dos vías: la primera, reconoce al público infantil y, la segunda, al adulto. A veces se nos olvida lo terrible que eran los problemas en nuestra infancia y damos por hecho que las frustraciones de un niño son menos importantes”, explicó MariCarmen Núñez. “Si desde chicos no ubicamos y resolvemos nuestros problemas, los vamos arrastrando hasta la edad adulta y entonces se crean frustraciones mucho más grandes. En ese sentido se desarrollan las dos vertientes de la obra”.
Por su parte la escritora y directora de la obra, Verónica de Alba acotó: “Actualmente estamos creando un mundo con carencias, con una falta de comunicación y empatía, pero, sobre todo, una falta de reconocimiento por uno mismo y de lo que nos pasa. Reprimimos nuestras emociones y es mal visto que una persona exprese su enojo porque entonces es un enojón, cuando debería ser lo contrario; somos humanos y todos cargamos con esas emociones”.
“No deberíamos etiquetar las emociones como buenas o malas, sino como reales y naturales para trabajar a favor de ellas, debemos aprender a explicarlas y comunicarlas. En el caso de los niños, ellos puedan ponerle un nombre porque cuando se acumulan y se llega a la vida adulta es mucho más difícil analizarlo”.
Los actores que escenifican El viaje de Ali son Marcos Duarte, Verónica de Alba, Ana Díaz Barriga y José Klauer. El diseño de escenografía e iluminación son de MariCarmen Núñez Utrilla; los títeres y teatro de papel, de Verónica de Alba; el responsable del diseño gráfico, Daniel García; y las ilustraciones, de Karla Morales.