La relevancia política y económica de la Ciudad de México en la época virreinal generó una intensa actividad artística
· Los historiadores Alejandro Salafranca y Tomás Pérez Vejo participaron en el conversatorio “La Ciudad de México en el virreinato. Emporio de las artes”
· En el siglo XVIII esta capital se había convertido en el gran eje económico de la monarquía católica y en uno de los principales focos políticos y culturales del mundo: Pérez Vejo
· El ciclo de charlas forma parte de las actividades paralelas a la muestra La Ciudad de México en el arte. Travesía de ocho siglos, que se exhibe hasta abril en el Museo de la Ciudad
Durante el virreinato, la Ciudad de México distaba mucho de ser una urbe periférica, por el contrario, “era el nudo primordial del comercio mundial con Asia, el centro de poder de exportación de plata y cochinilla, el mercado de una enorme producción agrícola y también una ciudad que controlaba un territorio tan vasto como ninguna ciudad-Estado mesoamericana llegó a imaginar nunca”, afirmó el historiador Alejandro Salafranca Vázquez.
Esta capital constituía, agregó Salafranca Vázquez, “una sociedad que producía excedentes que se expresaban en una acumulación de construcciones suntuosas, un mercado de lujo y una obra pública sin parangón para la juventud de esta ciudad; era una urbe densa para su tiempo, que se constituyó y se ganó un lugar destacado en el grupo de grandes ciudades de su época”.
Esa relevancia política y económica generó una intensa e importante actividad cultural y artística, precisó el especialista al participar la tarde del martes 20 de febrero en la serie “Conversatorios sobre la Ciudad de México y el arte”, que se realiza en el Museo de la Ciudad de México de la Secretaría de Cultura capitalina, en el marco de la exposición La Ciudad de México en el arte. Travesía de ocho siglos.
Entre 1570 y 1720, refirió el también curador de este montaje, “entre la maduración social, étnica, económica y política del nuevo reino surgido entre los otros muchos de la monarquía católica, la Ciudad de México, su virreinato y los territorios asiáticos que administraba, dio cabida a una pléyade enorme de artistas de primer nivel, tanto nacidos en la tierra como venidos de otros lares panimperiales”.
Al abordar el tema “La Ciudad de México en el virreinato. Emporio de las artes”, Salafranca Vázquez aseguró que la riqueza mercantil, minera, agrícola y eclesiástica, concentró el suficiente capital y la suficiente necesidad de objetos suntuarios para que en esta metrópoli confluyeran artistas y obras de inmensidad de corrientes, ciudades, reinos y repúblicas de la monarquía hispánica.
“La creatividad artística despuntó con fuerza, y sobre todo con originalidad; el arte novohispano no fue subsidiario del de la metrópoli, o no lo fue al menos en la centralidad de los siglos XVII y XVIII. Su origen multiétnico, la realidad retratada, los materiales y los talentos propios dieron al arte novohispano una personalidad singular que se ganó posición y mercado en la monarquía hispano-austriaca”, sostuvo.
Por su parte, Tomás Pérez Vejo, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien participó en el conversatorio y también es curador de la muestra que se exhibe en el Museo de la Ciudad de México, coincidió en que para mediados del siglo XVIII esta capital “se había convertido en el gran eje económico de la monarquía católica, lo cual significó que era uno de los principales focos económicos, políticos y culturales del mundo”.
Ello, añadió, generó un importante auge cultural, “el cual buscamos reflejar en esta exposición”. Expresó, además, que “la idea de que el arte de aquí era una copia del europeo es básicamente falsa, pues el tráfico de obras artísticas fue de ida y vuelta, hay numerosas obras novohispanas en muchas urbes europeas”.
También es errónea, apuntó Pérez Vejo, la idea de que sólo se produjo arte religioso. “Habría que matizar esto, pues hay una producción importante en retrato barroco burgués, en pintura muy original de castas y costumbres, y en vistas urbanas que son pintura de paisaje pero que tienen una clara intención de representar no sólo el ser físico, sino el moral de la ciudad”.
Este conversatorio fue moderado por José María Espinasa, director del Museo de la Ciudad de México.
La Ciudad de México en el arte. Travesía de ocho siglos es la mayor exposición sobre la metrópoli que se ha montado en el recinto de la Secretaría de Cultura capitalina. Abrió al público en noviembre pasado y se exhibirá hasta abril próximo. Está conformada por más de 500 piezas, entre esculturas, pinturas, fotografías, mapas, instalación y grabados.
En el sitio en la red http://travesia.cdmx.gob.mx/ puede consultarse la información completa en torno a la muestra: sus ejes temáticos, las actividades paralelas (como conciertos y visitas guiadas), el mapa de la exposición (en el que se pueden realizar recorridos virtuales). También puede descargarse el catálogo del montaje.
La cartelera de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México está disponible en http://www.cultura.cdmx.gob.mx/ y en el sitio http://www.cartelera.cdmx.gob.mx; en redes sociales (Twitter y Facebook) @CulturaCDMX, con el hashtag #CulturaCDMX.