Proyectan el documental Los herederos
El documentalista Eugenio Polgovsky, lleno de contradicciones y misterios como la vida misma: Carlos Bonfil
En la Cineteca Nacional se realizó una mesa redonda en homenaje al realizador
La Sala 9 Juan Bustillo Oro de la Cineteca Nacional fue sede, el reciente fin de semana, de la mesa redonda La poética de lo real: la mirada documental de Eugenio Polgovsky, como homenaje al cineasta mexicano y recaudar fondos para la preservación y circulación de la obra de este importante autor.
En el diálogo participaron Carlos Bonfil, escritor, historiador y crítico de cine; Matías Meyer, guionista, director y productor; Everardo González, director, productor y fotógrafo de cine documental; Paulina Suárez, investigadora, docente, escritora, programadora de cine y directora general de Ambulante, y Amat Escalante, director, productor y guionista.
La mesa fue moderada por Jean-Christophe Berjon, actor, director de teatro, profesor, director artístico y conductor de programas de cine para radio y televisión.
Carlos Bonfil conversó del contenido de Trópico de Cáncer, Los herederos y Resurrección obras que denominó como una trilogía silvestre hechas por Eugenio Polgovsky, a quien definió como un cineasta complejo y enigmático.
Estas obras -comentó- se caracterizaron por tener una poesía visual y aproximación poética de la realidad. Además de que en ellas Polgovsky supo calibrar muy bien sus registros cotidianos y tener una total discreción, la cual establece a través del contacto con sus semejantes.
“Su punto de vista se entrecruza delicadamente con las miradas de los sujetos filmados, él hablaba así, evocando. Eso lo vemos en el trabajo de las hiladoras a través de las que el muestra como si el documental también fuera un tejido, pero de miradas”.
El crítico de cine agregó que en su breve trayectoria fílmica Polgovsky supo tocarle muy bien el pulso a un México a la vez ancestral y contemporáneo, “rijoso y también muy resignado, persignado, lleno de contradicciones y misterios como la vida misma, esa vida nacional que él siempre capturó en su estado más luminoso y silvestre”.
Matías Meyer consideró que Eugenio Polgovsky fue un gran fotógrafo en blanco y negro, un hombre muy maduro, con mucha experiencia en actuación, a quien le gustaba la música clásica, pintaba, un gran apasionado del futbol y persona de carácter muy fuerte y difícil trato.
“Era un autor absoluto, una especie de Chaplin del documental. Era una persona libre a la que no le gustaba tener ningún tipo de presión en su libertad creativa, no aceptaba entrar dentro del sistema, era recto y no pedía ningún tipo de favor”.
Everardo González detalló que Eugenio Polgovsky fue una de las personas con las que más identificación tuvo mientras estudió cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica.
Agregó que se trató de un cineasta que creía que las películas cambiaban a la sociedad y por eso cada vez que tomaba un micrófono soltaba discursos con la fe de que lo que hacía ayudaría a transformar las cosas.
“Era un cineasta necio, terco por hacer todo y por eso era un autor completo, incluso hasta estaba empezando a hacer música para su siguiente película. Era un cineasta muy solitario que a pesar de eso generó tanta comunión en torno a él, comunión que lo cobijó y protegió porque era alguien que valía la pena”.
Paulina Suárez expresó que el trabajo de Eugenio Polgovsky fue una obra que intentó sensibilizar, que hizo un acercamiento especial y original a la infancia y al ambiente, llena de dinamismo y de denuncia.
“No sólo el conflicto humano y la devastación le interesaban, sino que registraba la indignación, desolación y la fascinación de estar vivo, de ver los detalles de las cosas, de asociar el pasado con el presente y sentir las cosas. Quizá una forma de entender su trabajo sea dentro de la tradición de la etnografía experimental.
“Era un cineasta que empleaba métodos etnográficos pero que retó y cuestionó el tipo de conocimiento, verdad y evidencia que obtuvo. Su obra va mucho más allá de lo inmediato y nos revela todo un sistema de relaciones que están ocultas a simple vista, entre ellas, las del capitalismo, entre el trabajo y el juego, y la naturaleza y la industria”.
Finalmente, Amat Escalante precisó que conoció a Eugenio Polgovsky a través de su obra Los herederos la cual le impactó mucho y generó una conexión inmediata con él.
“Cuando vi Los herederos le escribí inmediatamente y cuestioné lo que estaba haciendo, ya que lo vi después de haber hecho Los Bastardos. Me inspiró y se volvió mi película favorita. Me impresionó demasiado y es una de esas películas que muestro como ejemplo de frescura, edición y lenguaje”.
El productor agregó que el trabajo de Eugenio Polgovsky, a pesar de ser poco, es bello e importante ya que habla de temas difíciles y controversiales.
“Su obra destaca por la mirada y el montaje. Se acerca a rostros y detalles de forma única y que no es fácil. Además, trasmite, con las imágenes, una idea muy concreta, clara y que se disfruta, como un atardecer o algo que te hace reflexionar simplemente con verla”.
Al finalizar la mesa, se realizó la proyección del documental Los herederos considera una de las obras más importantes y trascendentes en la carrera de este multifacético autor.
LCL