En la Cineteca Nacional reflexionan sobre el legado de El nacimiento de una nación
La Sala Arcady Boytler, sede de charla sobre el clásico de la
cinematografía que sentó las bases del modelo hollywoodense
Considerado el padre del lenguaje cinematográfico, D. W. Griffith es
una figura esencial en la historia de cine. El director estadounidense a
pesar de realizar más de 400 películas sólo logró destacar con dos
filmes que le dieron prestigio y reconocimiento: El nacimiento de una
nación (D. W. Griffith, 1915), e Intolerancia (1916), considerada por
muchos críticos como la culminación artística del cine mudo.
Con motivo de la conmemoración del centenario de la cinta
estadounidense, considerada la más taquillera de la historia, el crítico
de cine José Antonio Valdés Peña ofreció este 26 de mayo en la Sala
4, Arcady Boytler, la charla A cien años de El nacimiento de una
nación, como parte del ciclo de conferencias sobre cine mexicano que
coordina el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional.
La conversación estuvo precedida por la proyección de una
copia completamente restaurada, con la banda sonora y duración
originales, de este clásico de la cinematografía mundial cuya duración
es de alrededor de 195 minutos, por lo que se le consideró en su
momento el filme estadounidense más largo de su época.
El nacimiento de una nación narra gran parte de los
acontecimientos más destacados de la creación de Estados Unidos de
América, como la Guerra Civil y el asesinato del expresidente
Abraham Lincoln. Se trata de una cinta que fue realizada con un
presupuesto de 150 mil dólares, arrojando una ganancia de cinco
millones de dólares.
En un formato en blanco y negro, este filme se convirtió en un
clásico del cine mudo estadounidense, aunque hoy es considerado
como racista por su glorificación al Ku Klux Klan, una organización
promotora principalmente de la xenofobia y la supremacía de la raza
blanca. El también investigador de cine José Antonio Valdés destacó
que de acuerdo con este esquema: “Es una de las películas más
estúpidas y racistas de toda la historia”.
La charla estuvo dividida en tres secciones: En la primera parte
Valdés Peña compartió con los asistentes una pequeña parte de la
historia del considerado padre del lenguaje cinematográfico, D.W.
Griffith: “Es un personaje que crece en un medio dominado por las
mujeres… de hecho, siempre pondera la imagen de una tía que fue la
que lo enseñó a leer y que de alguna forma genera en él el gusto por
la literatura, y este gusto se va a reflejar en lo que vamos a ver en
pantalla; el armado y el ensamblaje de ese lenguaje cinematográfico
que va a proponer en su cine”.
Tal influencia se ve plasmada en la mayoría de sus personajes,
que casi siempre resultan ser mujeres: “Siempre le da mucho peso al
personaje femenino y de hecho sus grandes actrices fueron
construyendo película por película”, como es el caso de Mary
Pickford, las hermanas Lilian y Dorothy Gish y, por su parte, Mae
Marsh en El nacimiento de un nación.
Por otra parte, Valdés Peña señaló que gran parte del trabajo de
Griffith fue inspirado en la literatura de Charles Dickens, aunque lo que
realmente impregnó su sello personal fue el uso del montaje: “El
montaje es lo que diferencia al cine de todas las demás artes”.
Este recurso cinematográfico logró crear en el espectador una
tensión dramática a través de tres líneas narrativas que se alternaban
al mismo tiempo a lo largo de la historia, lo que resultaba un trabajo
totalmente innovador para su época.
“Hay gente que considera a Griffith como el padre del lenguaje
cinematográfico… Sin embargo, lo único que hizo, fue sistematizarlo”,
añadió.
En la segunda parte de charla, el especialista habló
particularmente de la cinta realizada a 20 años de la aparición del cine;
ya con planos y con montaje; “pero donde el racismo se dejó venir de
una forma brutal… hubo golpizas en las ciudades de Nueva York y
Chicago. Sin embargo, semana a semana la gente acudía a verla, no
por nada, llamó la atención de Wall Street”.
Finalmente, la tercera parte de la charla fue enriquecida con la
proyección de tres fragmentos de la cinta, en las que el espectador
pudo apreciar elementos narrativos como “los planos abiertos, los
acercamientos y el iris, que consiste en oscurecer una parte de la
pantalla para puntualizar algo que el director quiera que el público
vea”.
Continuando el ciclo Conferencias sobre Cine Mexicano,
coordinado por el Departamento de Documentación de la Cineteca
Nacional, el próximo martes 2 de junio a las 18:00 horas se llevará a
cabo la conferencia El cine y el Estado en México en la década de los
sesenta, a cargo de David Maciel, seguida por la proyección de la
cinta La sombra del caudillo (Julio Bracho, 1960).
ARO