En la 38 Muestra Nacional de Teatro, creadores abordaron la identidad y el género en la escena



· Participaron Luis Rodríguez, Pepe Romero, César Enríquez y Juan Carlos Franco, moderados por Luz Emilia Aguilar Zinser



La imagen, la identidad y el género en la escena fueron abordados este fin de semana en una de las mesas de reflexión que se desarrollan como parte de la 38 Muestra Nacional de Teatro (MNT), en León, Guanajuato.

En esta actividad participaron Luis Rodríguez, director de Trans. Pieza escénica documental sobre la identidad de género; Pepe Romero, autor de Fancy Lupe; César Enríquez, creador de La Prietty Guoman; y Juan Carlos Franco, autor y director de Los delirantes, moderados por Luz Emilia Aguilar Zinser.

Esta última, integrante de la dirección artística de la MNT, señaló que este espacio es fundamental para conocer quiénes, con qué y para qué hicieron las obras que fueron elegidas para presentarse en esta edición del encuentro.

Asimismo, permite al público conocer los nuevos lenguajes y miradas a la realidad, la inquietud expresada como no se había visto antes para abordar la búsqueda de nuevas formas.

Luis Rodríguez abrió la mesa mencionando que su encuentro con el teatro fue por curiosidad. Habló del proceso de creación de la obra Trans y se cuestionó sobre qué significa ser hombre o ser mujer, qué es el género.

Dijo que el teatro es el espacio idóneo para hacer visible lo invisible, replicar los mecanismos de poder y establecer una relación propia con nuestro cuerpo.

Falta mucho trabajo por hacer, aseveró, hay personas que no tienen la posibilidad de expresar su género, por eso hay que poner las cosas en escena.

Pepe Romero, dramaturgo de Fancy Lupe, comentó que es difícil poner etiqueta al teatro que hace, el cual incluye performance desde el teatro y teatro desde el performance.

Fancy Lupe, señaló, se desarrolla a partir de diferentes colaboraciones en 2014 en forma colectiva y privada, y así se ha mantenido.

Indicó que el descubrimiento de su sexualidad lo ha llevado a denunciar las represiones que sufren jóvenes y adultos a nivel internacional, utilizando distintos métodos para el control de masas por parte de grupos radicales, por lo que él, desde el arte y el performance, se defiende.

El teatro, aseguró, me ha ofrecido una gama de posibilidades sobre mi cuerpo y mi estética corporal, identificarme como una persona que tiene responsabilidad teatral. La performatividad y teatralización del cuerpo se han convertido en algo de suma importancia dentro de mi vida.

En su oportunidad, Juan Carlos Franco compartió que la obra Los delirantes forma parte de la Trilogía del Reino, perspectiva histórica sobre la homosexualidad en México.

El montaje narra el famoso episodio del baile de los 41 en la época porfirista, la revolución sexual de los años 60 y la lucha de una pareja que vive en una ciudad de provincia contra los grupos religiosos y sociales que impiden la enseñanza de la historia de la homosexualidad.

Aclaró que esta puesta en escena no tiene la función de escandalizar, sino que responde a una necesidad personal sobre revisar la historia para sacar más preguntas y hablar de sus inquietudes.

César Enríquez mencionó que a partir del asesinato de cuatro mujeres transexuales fue que construyó la Prietty Guoman, con la intención de convertirla en un personaje que tocara al espectador, un ser entrañable para todo público.

Más allá de hablar sobre sexualidad, la obra trata sobre la discriminación, subrayó. Hay que contemporizar el teatro de arrabal, me interesa trabajar para la gente, señaló quien fuera integrante del grupo de Ludwik Margules, de quien dice aprendió que “hay que ladrar en el escenario, decir lo que nos duele, aunque tampoco es diván, por lo que la Prietty Guoman es un personaje trans valiente”.

Por último, Luis Rodríguez expresó que no son abanderados de ningún grupo, son teatreros con un oficio, y desde su trinchera envían estos mensajes.