Fue homenajeado Luis Gimeno a casi cuatro meses de su fallecimiento
· Familiares, amigos y la comunidad teatral lo recordaron
Con una ovación de pie por parte de familiares y la comunidad teatral culminó el homenaje que se rindió al actor Luis Gimeno a casi cuatro meses de su fallecimiento.
Luis Gimeno y su generación teatral fue la actividad que reunió tanto a quienes fueron compañeros del actor como a las nuevas generaciones que actualmente estudian en la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la tarde del jueves 9 de noviembre en el Teatro Salvador Novo del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Alberto Lomnitz, coordinador nacional de teatro del INBA, a nombre de la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, y de la directora general del INBA, Lidia Camacho, encabezó el homenaje.
“Rememoramos a Luis Gimeno, artista e impulsor de la cultura escénica en México; a quien tanto admiramos; baluarte del teatro que nos hizo reír y llorar”, señaló Lomnitz, y agregó que a Gimeno el arte le vino con el nacimiento: “Su padre fue director de compañías de zarzuela, y su madre, cantante de ópera.
“Este homenaje que le rendimos no podía estar completo sin la primera generación de la Escuela Nacional de Arte Teatral: el grupo previo al boom de los vanguardistas.
“En sus memorias, Luis Gimeno elogió la vida en las tablas. En un pasaje afirmó que su propósito fue que en su trabajo nunca hubiera más estrellas que las obras mismas”.
El también profesor de música e iluminador teatral fue recordado a través de las palabras de quienes compartieron con él las aulas y la escena en sus primeros años. Un video mostró los testimonios de los actores Farnesio de Bernal, Ignacio López Tarso, Silvia Pinal, Bruno Bichir y Arturo Ríos.
Los participantes de la mesa redonda en la que se recordó a quien también fue director de la Compañía Nacional de Teatro fueron los actores Lilia Aragón y Óscar Narváez, y Andrés Torres, titular de Extensión Cultural del INBA, moderados por Arturo Díaz, director del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (Citru) del INBA.
La actriz Beatriz Moreno envió un texto que fue leído por Arturo Díaz, en el que aseveró que Gimeno fue “el papá de los pollitos, el guía, el protector, el director.
“Hablo de Gimeno a través del amor: el amor a los pollitos, sus alumnos; jóvenes, niños y adultos a quienes formó en el mundo de las artes, el amor a las letras, la docencia, la música y el teatro. Con su ejemplo nos puso en el camino del conocimiento creativo”.
Andrés Torres, graduado de la ENAT, recordó que Gimeno acudió a la recién creada escuela en julio de 1946 por curiosidad.
“Fue muy fácil su ingreso, comentó en sus memorias, en las que también mencionó que le tocó estar en el grupo de la maestra Clementina Otero, donde también estaba Virginia Gutiérrez, quien más tarde se convertiría en su esposa”.
Torres compartió otra de las anécdotas que relató Gimeno en sus memorias: la de un joven desgarbado de traje negro a quien ningún maestro eligió, cuyo nombre era Ignacio López y López, y quien posteriormente cambió su nombre artístico a Ignacio López Tarso.
“Gimeno comentó de la generación 1946-1950: ‘Tengo que decir que es espléndida. No existen sustitutos para Ignacio López Tarso, Guillermo Orea, Virginia Gutiérrez, Socorro Avelar, Pilar Souza, Emilia Carranza, Sergio Bustamante, Raúl Dantés, José Solé, Héctor Godoy o Martha Ofelia Galindo, entre los más de 50 egresados de la primera generación’”.
Por su parte, Lilia Aragón rememoró cuando Gimeno fungió como secretario del Interior y Exterior de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), en la misma época en la que ella fue secretaria general de la misma.
“Fue un gran amigo, funcionario y compañero de trabajo. Compartimos su pasión por la música, la ópera, la masonería, la pintura, los libros, los viajes y la familia”.
Comentó que una de las actividades que desempeñaban como funcionarios de la ANDA era revisar papeles, por lo que la actriz mostró unos programas de mano y un recorte de periódico en el que aparece el actor, además de otros documentos que entregó al Citru para que formen parte de su acervo.
“Luis: Cómo te extrañamos. Te recordamos con amor. Entrañable compañero: gracias por haberme permitido el honor de ser tu amiga”, finalizó la actriz.
Por su parte, el director del Citru refirió que esa donación fue algo inesperado, por lo que agradeció a la actriz la aportación: “Es un gran regalo y unplus de este homenaje”.
Óscar Narváez nombró a Gimeno “maestro, amigo, colega, estrella polar. Mi voz es el eco de muchas otras voces. Nos diste tu sabiduría, tu amistad y el amparo de tu consejo. Nos enseñaste a amar y respetar nuestra profesión. Nos entregabas tu experiencia”.
Recordó que Gimeno decía que el compromiso y la pasión sirven más que el talento. “Sin disciplina, el talento es efímero. Muchos de tus alumnos seguimos viviendo para el teatro. Por encima de tus atributos artísticos está tu calidad humana. No te extrañaré. Te llevo todos los días en mi corazón. Tu ejemplo me ha servido para construir mi vida en el teatro. La luz de tu consejo me acompaña.
“Se asoma el recuerdo de una generación que transformó las formas del teatro mexicano para darle nueva perspectiva al arte teatral. La primera generación de la ENAT ha sido el bastión que impulsa la actividad teatral. Jóvenes: no se olviden de aquellos que emprendieron el camino”, concluyó.
Virginia Gutiérrez, viuda del actor, finalizó la ronda de intervenciones. Comentó que, cuando fueron a hacer las pruebas para ingresar a la ENAT, Enrique, el hermano de Luis, fue quien acaparó las miradas de las jóvenes. “Sin embargo, Luis me hablaba de teatro. Venía de una gira por el mundo como director de orquesta. Me embobó. Todo lo que hablaba era lo que a mí me gustaba”.
La actriz estuvo casada con Luis Gimeno durante 64 años. Tuvieron cinco hijos y 14 nietos. “Si duramos tantos años fue porque siempre fuimos amigos y nos respetamos”.
En el homenaje también estuvieron presentes el director del Cenart, Ricardo Calderón; la titular de la ENAT, Gabriela Pérez Negrete, y miembros del Patronato de la Estancia Infantil Dolores del Río de la ANDA.
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