La muestra El pajar de Pawel Anaszkiewicz será exhibida en el Museo de Arte Carrillo Gil
· Del 27 de octubre de 2017 al 14 de enero de 2018, en el marco del Festival Internacional de Fotografía FotoMéxico 2017
· Integrada por seis videoinstalaciones
La muestra El pajar, la cual reúne seis videoinstalaciones de Pawel Anaszkiewicz (Gdynia, Polonia, 1950) realizadas entre 2013 y 2017: Paja 1, Paja 2, Ave solar, Muletas del tiempo, Subsuelo líquido y Ave marina II CCTV, será exhibida del 27 de octubre de 2017 al 14 de enero de 2018 en el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), en el marco del Festival Internacional de Fotografía FotoMéxico 2017.
Esta exposición, curada por el equipo del MACG, explora las vías por las cuales el video y la imagen en movimiento estructuran una nueva relación entre el espacio, el volumen escultórico y nuestra conexión con las imágenes desde el límite entre lo virtual y lo real.
Del mismo modo, busca enfatizar ciertas metáforas entre el mundo y sus posibilidades de representación, así como las formas metafóricas de narrativas personales donde se entrecruzan la mirada del creador a través de la cámara de video y los registros audiovisuales como unos “bloques de sensaciones empaquetados en herramientas digitales”, a decir del artista.
El título de la muestra surgió de una experiencia del creador que resultó en tres de las piezas que la integran: Paja 1, Paja 2 y Ave solar.
Anaszkiewicz recurre a unas pacas de este material que se alzan en el espacio de exhibición como unas esculturas abstractas y que, a su vez, se instituyen como pantallas de proyección. Las dos primeras obras recuerdan a las ordenaciones piramidales del mundo prehispánico, y en ambas el artista establece un diálogo desde la imagen visual con otras conformaciones escultóricas del mismo material encontradas en el estado de Morelos.
Filmaciones realizadas en paisajes de sembradíos como una serie de sensaciones lumínicas conforman Ave solar, donde se pueden ver los reflejos del sol en las hierbas como una experiencia contemporánea cuya genealogía alcanza la misma retórica de la pintura impresionista.
De manera similar en Ave marina II CCTV, el creador introduce un elemento tridimensional para reconfigurar nuestra relación con el espacio y con la imagen.
Basada en una escultura previa del propio Anaszkiewicz, la pieza se despliega a partir de varios niveles de lectura y desde un estado fluido de lo imaginativo, donde el espacio real, la imagen fija y la proyección evanescente del lugar de exhibición y de los espectadores constituyen el hilo conductor de la videoinstalación desde un juego alternativo de pantallas en torno a una objeto sólido y contundente como la escultura en hierro.
La pantalla es efectivamente un recurso que evidencia cómo este objeto tecnológico domina el espectro de la imagen y de qué manera sustituye lo real, incluso nuestras propias presencias.
Es el caso de Muletas del tiempo, donde desde una pantalla que reemplaza al cuerpo humano apoyada en dos muletas se muestra el registro en video de los trémulos pasos de un paciente recién operado después de una cirugía ortopédica. En esta obra, la noción del tiempo es la gran protagonista: el tiempo durante la residencia en una clínica de rehabilitación frente al tiempo habitual de un cuerpo sano y activo.
Finalmente, Subsuelo líquido es una videoinstalación de tres proyecciones en blanco y negro. Como en el caso de las tres primeras obras, se ocupa de trasladar al espacio de exhibición una alegoría sobre el paisaje, en este caso la Ciudad de México.
La diferencia con las piezas de paja reside en que en esta obra la imagen virtual es la protagonista absoluta: vistas varias donde la Ciudad se alza desde la Torre Latinoamericana, uno de sus iconos modernos por excelencia. La tercera proyección convierte al suelo en una superficie de reflejos acuosos a nuestros pies. La videoinstalación es una alegoría atemporal y abstracta de la Gran Tenochtitlan.
Buena parte de la carrera artística de este creador está enfocada en los lenguajes asociados a la escultura y la tridimensionalidad. No obstante, desde esta técnica artística Anaszkiewicz ha introducido el video y el sonido para proponer una serie de ensayos visuales en torno a la repetición, las tautologías de la imagen contemporánea y las temporalidades diversas entre la realidad y lo mediático.