CERCA DE 111 MIL VISITANTES URDEN HILOS DE HISTORIA
*** En la exposición que permanecerá hasta julio del presente año, la indumentaria se convierte
en mensajera de los ritmos de la vida
*** Por su valor estético y su carga simbólica, casi dos centenares de piezas son ventanas al
pasado
Hilos de historia, exposición con la que el Museo Nacional de Historia muestra cómo la
indumentaria, además de ser portadora del lenguaje corporal, es mensajera de los ritmos de la
vida, ha sido apreciada desde su inauguración en marzo pasado por cerca de 111 mil visitantes,
quienes han descubierto, a través de esta selección de prendas, la textura del tiempo.
Casi dos centenares de piezas escogidas, de la época colonial hasta la década de 1970:
vestidos de día y de noche, de hombres y prohombres como Vicente Guerrero, José María
Morelos, Benito Juárez y Francisco I. Madero, sombreros, zapatillas, sombrillas y abanicos, entre
otros atavíos, por su valor estético y su carga simbólica, son ventanas al pasado.
El montaje realizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se
encuentra dividido en tres salas que conforman un recorrido mediante el cual el visitante
comprende los propósitos de las tareas de conservación y la manera en que se integran las
colecciones museísticas.
En este caso, los orígenes de la Colección de Indumentaria del recinto se remontan a
comienzos del siglo XX, cuando le fueron entregados —gracias a la generosidad de Isabel
Pesado de Mier— cuatro vestidos de mujeres novohispanas, los cuales se exhiben en esta
ocasión.
Las más de 10 mil piezas que integran este acervo del Museo Nacional de Historia, todas
ellas portadoras de signos políticos, militares o civiles, sensuales, solemnes y festivos, constituyen
uno de los patrimonios más vistosos y delicados de la historia de nuestro país, de ahí que la
presente exposición representa una oportunidad única.
Lejos de regirse por criterios estrictamente ligados a la impronta que dejaron sus
portadores —si bien pueden apreciarse las casullas sacerdotales de Miguel Hidalgo y José María
Morelos, sus sacos y casacas, o los atavíos de Vicente Guerrero—, el museo ha enriquecido su
colección de indumentaria bajo otros criterios, sea por las habilidades del autor de la prenda, sus
materiales o por el diseño.
Tales criterios se basan en los saberes cruzados de la historiografía y de las técnicas de
conservación y restauración. En ese sentido, cabe mencionar el trabajo conjunto de María
Hernández, investigadora del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, y Verónica
Kuhliger, restauradora adscrita también a este recinto, quienes llevaron a cabo la curaduría de
Hilos de Historia.
Algunas piezas clave de la muestra son un vestido de baile de 1890 de Frederick Worth, el
padre de la alta costura, otro más de Coco Chanel; una pequeña colección de zapatos de la
marca Meier, quien diseñaba calzado para la reina Victoria; un traje de odalisca y ajuares de
novia. Además de un singular abanico de madreperla morado, un parasol de encaje de Chantilly
del siglo XIX y bolsos estilo art déco.
Sin importar si se trata de una confección elaborada o de una prenda ordinaria, cada una
es declaración de creatividad que atestigua la pasión humana por la belleza, el adorno y la
identidad.
La exposición Hilos de Historia. Colección de Indumentaria del Museo Nacional de Historia
se inauguró el jueves 26 de marzo de este año y permanecerá abierta hasta julio de 2015 en el
Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, ubicado en la Primera Sección del Bosque
de Chapultepec.