Fueron condenados a muerte el 14 de junio de 1867
En el INEHRM revisan la trascendencia del juicio a Maximiliano de
Habsburgo, Tomás Mejía y Miguel Miramón
ï‚· El juicio mostró que existía un interés internacional por los asuntos
mexicanos y que se quería crear un país de ciudadano: Silvestre
Villegas Revueltas
Abordar en el presente el tema del junio a Maximiliano de Habsburgo, Tomás
Mejía y Miguel Miramón, sirve para saber cómo se configuró la nación mexicana
con un precario, pero presente, porvenir constitucional, reflexionó Rafael Estrada
Michel.
El abogado, doctor en Derecho por la Universidad de Salamanca y profesor
de Derecho Público, Derechos Humanos e Historia Jurídica participó en el Foro
Los juicios a Maximiliano de Habsburgo, Tomás Mejía y Miguel Miramón que se
realizó la tarde de este miércoles 14 de junio en las instalaciones del Instituto
Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
“Si no sabemos cómo se configuró la nación mexicana ¿cómo pretendemos
resolver cualquiera de los casos penales, civiles y políticos, los que pongan, del
México de hoy?”, agregó el académico, quien estuvo acompañado por Silvestre
Villegas Revueltas, doctor en Historia, catedrático del Instituto de Investigaciones
Históricas de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, y como
moderadora Patricia Galeana, directora general del INEHRM.
El 15 de mayo de 1867 en Querétaro, Maximiliano de Habsburgo, Tomás
Mejía y Miguel Miramón fueron aprendidos y sujetos a proceso judicial. Se les
condenó a muerte el 14 de junio de 1867. Esto conforme a la ley del 25 de enero
de 1862 que el presidente Benito Juárez expidió para castigar los delitos contra la
nación, el orden, la paz pública y las garantías individuales.
Cuando Maximiliano y sus generales Tomás y Miguel fueron hechos
prisioneros, el gobierno de la República ordenó que fueran sometidos a un proceso
judicial conforme a derecho y con todas las garantías que les otorgaba la ley. Este
juicio sería realizado por el Consejo de Guerra.
Manuel Azpíroz fue nombrado fiscal y Jacinto Meléndez escribano, con la
responsabilidad de formular los cargos de la acusación y tomar las declaraciones a
los acusados.
Tras la lectura de la acusación, Próspero Vega, defensor de Mejía,
argumentó que su defendido nunca apoyó a la Intervención Francesa, sino que
permaneció expectante en Sierra Gorda hasta el desenlace y siempre respetó la
vida de sus prisioneros.
Por su parte, los abogados de Miramón sostuvieron que el artículo 23
constitucional prohibía la pena de muerte por motivos políticos y por lo tanto, no
podía aplicarse esa pena a su defendido.
Mientras que los defensores de Maximiliano, Eulalio María Ortega y Jesús
María Vázquez, entre otros, esgrimieron el argumento de que el consejo era
incompetente para juzgar a su defendido, que Maximiliano no era usurpador y que
había observado una conducta favorable a los mexicanos ante los franceses.
El 14 de junio, el Consejo de Guerra presidido por el coronel Rafael Platón
Sánchez, dictó sentencia. La mañana del 19 de junio de 1867, fueron
simultáneamente fusilados Maximiliano de Habsburgo, Tomás Mejía y Miguel
Miramón en el Cerro de las Campanas, Querétaro, por las tropas mexicanas al
mando del general Jesús Díaz de León. Con el fallo de estos juicios históricos,
México reafirmaría su independencia política a la comunidad internacional.
Durante su intervención, Silvestre Villegas Revueltas dio un breve contexto
histórico de la época en que se desarrolló el juicio y comentó que el tema del
Segundo Imperio Mexicano y Maximiliano de Habsburgo siguen siendo un asunto
que despierta interés e incluso el surgimiento de nuevas investigaciones que
abordan el tema desde diversas ópticas.
“Lo interesante de querer establecer un segundo imperio, desde mi punto de
vista, es la idea de sacar a México de un marasmo horrible que venía cargando
desde las guerras de independencia y que llega a tocar un fondo terrible en la
derrota de México frente a los Estados Unidos en 1848”.
El catedrático añadió que este juicio fue importante porque mostró que
existía un interés internacional por los asuntos mexicanos y porque también se
exhibió que en México se quería crear un país de ciudadanos.
“Ese es el gran problema de México de 1867 y muchas veces del México de
2017: buscar cómo formamos un estado nacional con ciudadanos
verdaderamente”.
Mientras que Rafael Estrada Michel comentó que el juicio a Maximiliano,
Mejía y Miramón fue un suceso trascendente en la historia mexicana porque dejó
ver la aplicación de los castigos nacionales que escribió Benito Juárez.
“Castigos que se imponen a quienes se confabularon para apoyar una guerra
de intervención extranjera, una guerra pública, entre dos naciones”.
El abogado agregó que acercarse a este tema siempre es difícil, sobre todo
desde el punto de vista humano, ya que es hablar de la muerte violenta de un
hombre joven como fue Maximiliano y de otro, Miguel Miramón, los dos de escasos
35 años.
“Además es difícil manifestarse por un castigo nacional en razón del orden
público que justifique la muerte de hombres que por lo menos tuvieron una buena
intención”.
El doctor pormenorizó que en términos jurídicos y políticos este juicio
representó una gran hazaña de Benito Juárez como político y hombre de estado
ya que convirtió a México de república a una nación pluricultural y organizada en
su gobierno.
LCL