Últimos días para disfrutar de la exposición Sigmar Polke. Música de un origen desconocido


· Presenta 40 gouaches de 70 x 100 centímetros realizados en 1996



· Su trabajo revela una visión irónica sobre nuestra percepción del mundo contemporáneo y ultramediatizado



· Hasta el domingo 21 de mayo en el Museo de Arte Moderno del INBA


Hasta el domingo 21 de mayo el público podrá disfrutar de la exposición Sigmar Polke. Música de un origen desconocido en el Museo de Arte Moderno (MAM) del Instituto Nacional de Bellas Artes.



Dicha muestra presenta 40 gouaches de 70 x 100 centímetros realizados en 1996 por Sigmar Polke (1941-2010), uno de los más destacados artistas de la posguerra en Europa, y cuyo trabajo, siempre crítico y reflexivo, revela una visión irónica sobre nuestra percepción del mundo contemporáneo y ultramediatizado.



En Polke “existe un sentido de riesgo y de una imaginación explosiva, no le tenía miedo a la saturación, ni a lo vulgar o lo kitsch, lo cual quiere decir que creía en el poder expresivo de la imagen y eso salta a la vista en esta exposición”, expresó Sylvia Navarrete, directora del MAM.



Mencionó también al menos tres grandes aportes del creador alemán al arte. Uno de ellos ocurrió en los años 60, cuando “fundó el realismo capitalista, un estilo que por un lado satiriza el realismo socialista y aborda el arte de la propaganda que se ve en los países del este, y por otro lado denuncia un cierto consumismo capitalista. Se inspira en el pop americano y en el pop inglés, pero al mismo tiempo los critica”.



Su segunda aportación se dio en los años 70, pues “fue uno de los primeros en combinar pintura y fotografía, la cual sacaba de la publicidad de la prensa que veía durante sus viajes”.



Navarrete consideró que existió en Polke “una actitud ambivalente ante el pop, porque por un lado decía si a la recuperación de las imágenes de la prensa, si al lugar común, si al kitsch, pero por otro lado decía no a la reproducción en serie y es lo que muestra precisamente en los gouaches de puntitos. Hay una especie de fascinación y de rechazo crítico al pop”.



La tercera aportación fue en los 80, “cuando se dedicó a la experimentación con químicos. Por ejemplo, del pop de Andy Warhol retomó la serigrafía y trasladó las fotos que plasman en diversas fuentes a lienzos de gran formato por medio de la serigrafía y proporciona una textura traslucida a sus cuadros, es como una pantalla superpuesta a la imagen, que da texturas refinadas y exquisitas, hace un diálogo muy interesante con la brutalidad de la imagen”.



Un dato importante, agregó, es que “Polke inventó mezclas de químicos y de pigmentos que provocan mutaciones de los colores e incluso hace desaparecer los colores, hay unos pigmentos microscópicos que absorben la humedad de la atmósfera y que cambian de color, hace gamas alucinantes.






“Fue un pintor que hizo cosas que nadie había visto y todo mundo comenzó a decir que era un alquimista, un prodigio. De hecho, existe una leyenda que lo envuelve en la que se habla de un lado mágico en su personalidad”.



Las piezas de la exhibición tienen títulos absurdos que detonan el sentido/sinsentido de aquello que representan y les confiere un acento poético o anarquizante, otro elemento paradigmático del quehacer de Polke. Ejemplo de ello son los títulos: Convirtamos las mentiras en discursos, los discursos en disparates, los enemigos en tiempo y el tiempo en eternidad; ¡Participa y gana!, y Música de origen incierto: sellar las puertas y no entrar a la habitación.



Esta exposición es curada por el Institut für Auslandsbeziehungen, organizada por el Instituto Goethe y promovida por la Embajada de Alemania en México como parte del Año Dual Alemania-México.