El Museo de Arte Moderno presentará la exposición
Amados objetos. Colecciones MAM y R. Rivero Lake
del 20 de mayo al 8 de octubre
· Integra una selección de 180 piezas, 40 de ellas pertenecientes a la colección del MAM
· Establece diálogos insólitos entre las artes plásticas y aplicadas, con la intención de subrayar que la noción de belleza atraviesa todas las épocas y las culturas
La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes, por medio del Museo de Arte Moderno (MAM), presentarán la exposición Amados objetos. Colecciones MAM y R. Rivero Lake del 20 de mayo al 8 de octubre de 2017. Curada por Sylvia Navarrete y Rodrigo Rivero Lake, la muestra establece diálogos insólitos entre las artes plásticas y aplicadas, con la intención de subrayar que la noción de belleza atraviesa todas las épocas y las culturas, independientemente de la función y del uso de los objetos.
Con el propósito de diversificar las interpretaciones de su acervo patrimonial, el MAM acoge ahora la perspectiva de un anticuario: Rodrigo Rivero Lake (CDMX, 1950). Su extravagante gusto personal y el riguroso conocimiento de los estilos artísticos desarrollados en el ejercicio de su profesión son los criterios adoptados para dar otra vida a cuadros, esculturas, objetos y muebles de diversas procedencias.
De esta manera, se ponen en inusitado diálogo a 180 obras (óleos sobre tela y esculturas en madera y piedra, plata y marfil): 40 del acervo institucional del MAM y 140 de la colección del curador invitado, gracias a una escenografía que hará transitar al público de México a Perú, de Filipinas a China, de India a Flandes, de Francia a Portugal, y de España de vuelta a México.
Estas reverberaciones entre artes plásticas y aplicadas de los siglos XVI al XX invitan a dejarse conmover por el magnetismo y la vida secreta de los objetos; a repensar las categorías asociadas al valor monetario y simbólico que el tiempo suele otorgar, así como a aquellas vinculadas a ciertas corrientes de la historia del arte (el clasicismo, el orientalismo, la modernidad), y, a la par, a intentar aproximarse con ánimo gozoso al objeto votivo o decorativo y a la obra de arte, independientemente del horizonte cultural y del periodo histórico a los cuales pertenecen.
Se han reunido en pareja, con cierto guiño humorístico, a doña María de la Campa y Cos, condesa de San Mateo de gusto barroco, con un famoso desnudo picassiano que pintó 200 años después Manuel Rodríguez Lozano en su osada serie con modelos masculinos. Cerca de ellos, campea un niño Dios en marfil de manufactura china y destinado al mercado filipino-novohispano, junto a un púber crucificado tallado en madera por Reynaldo Velázquez en 1983.
Más allá, imágenes marianas y del santoral católico, estatuas de los Himalaya o de Indonesia, columnas del siglo XVIII y fachadas de casas señoriales de la India congenian con pinturas de José Clemente Orozco, Raúl Anguiano, Carlos Mérida, Angelina Beloff, Juan Soriano, Ilse Gradwohl, Ángel Zárraga, Rodríguez Lozano y Dr. Atl, y esculturas de Guillermo Ruiz, Pedro Coronel y Tomás Chávez Morado, entre otros creadores.
En esta exhibición se resalta la convergencia de tiempos, espacios y culturas para que los visitantes puedan observar lo ya visto de otra manera y, de esta forma, agreguen entendimiento al conocimiento previo. Solo así la memoria podrá proyectarse hacia el momento actual. Al proponer asociaciones insólitas, Amados objetos alienta la imaginación, para que ver, sentir y apreciar cobren un significado inédito. El ayer se mira en el espejo de la actualidad y la ubicuidad se vuelve una dádiva universal.