Exposición de los 100 días de debate por la Constitución, en Castillo de Chapultepec
*** El recinto del INAH se suma a los festejos del centenario de nuestra Carta Magna, con una exposición conformada por casi 250 piezas históricas y artísticas
*** La muestra no es sólo la crónica del momento, expone cómo al incorporar las demandas revolucionarias, la nueva Constitución despertó la esperanza colectiva
La Revolución Mexicana dilató una década, alrededor de tres mil 500 días de guerra, sin embargo, cien jornadas: entre el 22 de octubre de 1916 y el 5 de febrero de 1917, estuvieron destinadas a rearmar los caminos legales del país mediante la elección de un nuevo Congreso Constituyente, y la discusión, redacción y promulgación de la Carta Magna. Esa es la premisa de la exposición Los 100 días que hicieron al México moderno. El debate por la Constitución 1916-1917.
El Museo Nacional de Historia (MNH), “Castillo de Chapultepec”, se suma a los festejos del centenario de este documento fundacional con dicha muestra que podrá recorrerse en su Sala de Exposiciones Temporales hasta el 25 de junio de 2017.
Se conforma por casi 250 piezas históricas y artísticas, entre libros, pinturas, litografías, mobiliario y documentos, pertenecientes a las colecciones de los institutos nacionales de Antropología e Historia (INAH) y de Bellas Artes (INBA), así como de la propia Cámara de Diputados y acervos particulares.
Salvador Rueda Smithers, director del MNH, junto con las profesionales del mismo: Erandi Rubio Huertas, Thalía Montes Recinas y Patricia Martínez Aldana, concibieron una exposición centrada en el lapso dedicado a las sesiones parlamentarias en Querétaro, entonces capital provisional de la República, con el propósito de reestablecer el orden legal roto por el golpista Victoriano Huerta, en 1913.
Los 100 días que hicieron al México moderno va más allá de una crónica del momento histórico, “la idea que flota en el discurso museográfico es que la causa de una nueva constitución que incorporara las demandas revolucionarias abrió la puerta a la esperanza colectiva, a la esperanza reflejada en esos constituyentes que eran en su mayoría hombres comunes y corrientes, de saber que en sus manos tenían la oportunidad de resolver buena parte de los problemas heredados del porfirismo”.
“Ese centenar de días en los que se trazaron los caminos legales que seguiría el país, y todas las políticas sociales y económicas derivadas de ella, le dieron un perfil particular al México del siglo XX, a su arte, literatura, arquitectura… a sus ciudadanos”, expresó el historiador Salvador Rueda. Ese espíritu, añadió, impregnó la vida mexicana sobre todo entre los años 20 a la década de los 70 del siglo XX, “y se podría decir que hasta el día de hoy”.
El halo emanado de la Revolución fue capturado con exactitud por Ángel Zárraga en su obra Una niña aprendiendo la historia, pintura que da la bienvenida a la exposición conmemorativa, que también reúne obra de Diego Rivera, Jorge González Camarena, Alfredo Zalce, Adolfo Mexiac, Rafael Cauduro, Pablo O’Higgins, José Reyes Meza, José Chávez Morado, Ramón Alva de la Canal, Elena Huerta Muzquiz, Luis Sahagún, Fermín Revueltas y Luis Ortiz Monasterio, y en general una fuerte presencia de integrantes del Taller de Gráfica Popular.
De la colección destacan los bocetos del maestro Mexiac para su obra Las constituciones de México, mural instalado en el vestíbulo principal de la Cámara de Diputados; una reproducción del fresco Dn. Venustiano Carranza y la Constitución de 1917, hecho por Jorge González Camarena en el 50 aniversario de la Carta Magna y que luce en uno de los muros del Castillo de Chapultepec; un cromo con los retratos fotográficos de los 217 diputados del Congreso Constituyente, y cuadros de algunos de ellos, como Francisco J. Múgica.
El director del Museo Nacional de Historia destacó un documento firmado por el presidente del Congreso, Luis Manuel Rojas, quien repara en que sólo 155 constituyentes acudieron a la sesión y hace un llamado para que todos asistan en las subsecuentes. Asimismo, sobresale mobiliario de mediados del siglo XIX vinculado al poder presidencial: silla, dosel y pendón con bordados en oro y plata; prendas de Francisco Villa y mapas que pertenecieron a Venustiano Carranza.
La línea del tiempo de Los 100 días que hicieron al México moderno parte del antecedente más inmediato: el golpe de Estado orquestado por Huerta y los hechos de la Decena Trágica y la Convención Revolucionaria, la cual dejó un importante legado que fue recogido parcialmente en el Constituyente de 1917. En esta cronología, se detalla que previo a las sesiones en el Auditorio de la Academia de Bellas Artes y en el Teatro Iturbide, hoy de la República, los constituyentes debieron leer de forma concienzuda la Constitución liberal de 1857, en primer lugar, y textos como Los grandes problemas nacionales, de Andrés Molina Enríquez.
Los historiadores Salvador Rueda y Erandi Rubio refirieron que en la muestra también se señalan los principales sucesos históricos que estaban ocurriendo en el mundo simultáneamente: la Primera Guerra Mundial tenía lugar en las trincheras de Europa, y la Revolución Rusa estaba a unos meses de estallar. “En ese sentido, la Constitución mexicana es ejemplar. Acá se estaba legislando sobre el derecho del trabajador, muchos meses antes de la Revolución de Octubre”.
De acuerdo a la convocatoria lanzada por el primer jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, los candidatos al Congreso Constituyente debían cumplir ciertos requerimientos, entre ellos, no haber pertenecido al gobierno de Huerta ni formar parte de facciones enemigas: léase convencionistas (villistas y zapatistas).
También estaban excluidos los eclesiásticos y gente con cargos públicos. El perfil general: hombres con oficio en el giro mercantil y profesionistas, sobre todo médicos y abogados, más algunos militares y un pequeño grupo que formó parte de la XXVI Legislatura en el mandato de Francisco I. Madero.
“La mayoría de los constituyentes eran jóvenes, lo que contrastaba con los políticos porfirianos viejos, anquilosados en la política. Se trataba de gente que fue testigo de la Revolución, más que partícipe, y eran personas que conocían la situación de sus estados, municipios y pueblos”.
Así —explicaron Rueda y Erandi Rubio—, las sesiones preliminares en Querétaro iniciaron el 20 de noviembre de 1916, y entre el 1 de diciembre de ese año y el 5 de febrero de 1917, se llevaron a cabo las votaciones, siendo los artículos 3, 5, 7, 27, 115, 123 y 130, aquellos que realmente delinearon una Carta Magna distinta a la de 1857.
En estos artículos quedó establecido el derecho a la educación laica, el libre albedrío en términos de ejercicio profesional y laboral, la libertad de expresión; la propiedad original de la nación sobre las tierras, las aguas y el subsuelo; la adopción del régimen republicano, representativo, democrático, laico y popular por parte de los estados; el derecho al trabajo digno y socialmente útil (implantando la jornada de ocho horas, el salario mínimo, el reparto de utilidades, el derecho a huelga, etcétera); y “el principio histórico de la separación del Estado y las iglesias”.
Fue un proceso complejo, pues antes del establecimiento del Congreso Constituyente, “los distintos jefes revolucionarios y gobernadores habían hecho propuestas y decretos que cambiaban la situación de campesinos, mineros, rancheros, arrieros, etcétera. La cuestión era cómo introducir esas leyes y que pudiesen funcionar, porque una vez que se regresara al orden constitucional, en el momento en que nuevamente la Constitución liberal de 1857 estuviera vigente, cualquier amparo iba a echar abajo todos los logros de la Revolución Mexicana.
“Carranza fue un visionario e hizo lo necesario para impulsar un congreso que adaptara las leyes, decretos, instrucciones y las propuestas de los revolucionarios con la Constitución. Como un hombre cuidadoso de los signos, Carranza realizó una cabalgata hacia Querétaro, con este acto recordaba que en esa ciudad se consumó el fin del Segundo Imperio y nació la República Juarista”, anotó Salvador Rueda.
Es así, que con la exposición Los 100 días que hicieron al México moderno. El debate por la Constitución 1916-1917, el Museo Nacional de Historia, “Castillo de Chapultepec” recuerda la labor que efectuaron aquellos hombres por proveer a la nación de una ley fundamental que atendiera sus problemas sociales y políticos.
Horario de la exposición: martes a domingo, 9:00 a 17:00 horas. Acceso con el boleto de entrada al MNH.