En el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque inició la temporada de la obra Bozal, escrita y dirigida por Richard Viqueira, y la cual lleva a un escenario vivo una historia de ciencia ficción –un viaje a la Luna– para reflexionar acerca de la condición humana.

Con actuaciones de Omar Adair, David Blanco y Rojo Córdova, Bozal pone al descubierto el lado obscuro de dos astronautas que, a poco de despegar de la Tierra, comienzan a desconfiar el uno del otro, a verse como enemigos, recordar su vida en nuestro planeta y, en la paranoia de la soledad, entregarse al miedo y la desesperación.




Sobresale en el montaje la utilización de un complejo dispositivo escenográfico formado por dos líneas pentagonales y paralelas, como si fuera una cápsula espacial, y el cual sube y baja en diferentes momentos de acuerdo a las acciones, lo que exige a los actores mantener el equilibrio.

Una parte del público participa activamente en la obra: en sillas que cuelgan también de varillas y tramoyas, los asistentes son subidos y bajados a lo largo del escenario para simular, por un lado, la gravedad cero, pero también estrellas y planetas que habitan el cosmos. Todo ello se realiza con el cuidado permanente de numerosos técnicos y elementos de la Coordinación General de Protección Civil del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Participan Mario Marín del Río, en la escenografía y vestuario; Gabriela Pascal, en la iluminación; Iván Cervantes, en el diseño de vuelo; Valentín González, en la ingeniería escénica; Miguel A. Hernández, en el sonido, y Guillermo Acevedo, en la música.

Richard Viqueira ha llevado a escena obras como Ternura suite, El evangelio según Clark, Monster Truck y Psicoembutidos (Carnicería humana), montajes por los que se la considerado un transgresor de la escena mexicana.

Con Bozal, dijo, “lo primero que quise hacer fue una obra de ciencia ficción en teatro, reto que perseguí durante diez años. El cine tiene muchos recursos para hacer ciencia ficción, y a mí me interesaba hacer, con todas las de la ley, una obra de este género en un espacio teatral”.




En ese marco de ficción, agregó, lo primordial es “reflexionar acerca de la condición humana, en su salvajismo y sus claroscuros, con todo y sus monstruos psíquicos y los fantásticos.

“Ambos tipos de monstruos son un detonador para ver cómo nuestras represiones y nuestros deseos están soterrados, y, en un espacio como el cosmos, uno se enfrenta a lo que verdaderamente son, pero también a la pequeñez de lo que representa el ser humano ante esa inmensidad”.

Debido a la complejidad de la puesta en escena, comentó que la temporada solamente es de 62 funciones. También destacó que “el aforo es muy pequeño, pero ideal para brindar al público las condiciones de seguridad que requiere.

“Es un montaje de breve temporada y creo, hasta el momento, ha nacido y acabará en el Teatro Julio Castillo. Aquí se concatenaron, un poco como en el cosmos, las condiciones propicias para que ocurriera. Aquí está un gran equipo técnico y creativo. Además, el foro posee las condiciones adecuadas para este experimento. Pocos teatros en el país las tienen”.

Las formas de producción teatral no están caducas en la actualidad, “simplemente creo que cada propuesta tiene sus propios riesgos y encuentra sus propios recursos para resolver su propuesta en el escenario.

“Son felices coincidencias las que se dieron para materializar este proyecto. Espero que tenga resonancia en el público, porque es parte de la obra misma”.




Bozal se escenifica hasta el 16 de abril, los jueves y viernes a las 20:00, los sábados a las 12:30 y 19:00, y los domingos a las 12:30 y 18:00. Suspenderá funciones los días 9 y 10 de marzo y 13 y 14 de abril.