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Museos 2016-12-30 08:38

David Alfaro Siqueiros, artista que renovó los cánones de la pintura



Aniversario 120 de su natalicio



David Alfaro Siqueiros, artista que renovó los cánones de la pintura



Legó a los mexicanos su casa habitación, la Sala de Arte Público Siqueiros, y su taller de producción en Morelos



En Chile, Estados Unidos, Argentina y Cuba dejó parte de su obra mural



David Alfaro Siqueiros (Ciudad de México, 29 de diciembre, 1896–Cuernavaca, Morelos, 6 de enero, 1974) fue un pintor mexicano reconocido principalmente por su obra mural en la que combinó técnica con un compromiso político y social.



Desde el Manifiesto del Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores, publicado en 1923, el artista proclamó la supremacía del género mural sobre la pintura de caballete, porque la primera era pública y la segunda privada. No obstante, realizó obras de caballete e incluso algunas fueron antecedente para su trabajo mural.



El creativo, uno de los tres grandes del muralismo mexicano, junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco, fue un artista intelectual siempre preocupado por la dimensión pública del arte, quien legó al pueblo de México su casa habitación, ahora la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS); su taller de producción en Cuernavaca, Morelos (La Tallera), junto con una importante colección de obra de caballete, gráfica, dibujo, estudios y proyectos murales, así como su archivo personal y biblioteca.



David Alfaro Siqueiros estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes y a los 16 años se enlistó para luchar en la Revolución, a las órdenes del general Diéguez; por su actividad política y sindical estuvo preso en varias ocasiones. Su obra, consideran especialistas, en muchos sentidos renovó los cánones de la pintura mexicana.



Viajó por América Latina y Estados Unidos, donde estableció un taller experimental al que Jackson Pollock asistió como alumno. Siqueiros pensaba que si la pintura estaba destinada a generar el cambio, entonces debía hablar el lenguaje de su tiempo, por ello utilizó técnicas modernas y materiales industriales –la piroxilina, las lacas automotrices y la fotografía– como apoyos en la construcción compositiva.



El artista, cuyo nombre fue José de Jesús Alfaro Siqueiros (el apelativo de David lo comenzó a usar después de que su pareja Graciela Amador Gachita, lo designara con ese nombre en la década de los años veinte -dato que dio a conocer la crítica de arte Raquel Tibol-), tuvo una vida creativa, dejando plasmada su ideología política en murales como La marcha de la humanidad, El llamado a la libertad, Entierro del obrero sacrificado y Muerte al invasor.



Ciudad Universitaria, el Museo Nacional de Historia, el Palacio de Bellas Artes, el Centro Médico Nacional y el Polyforum Cultural Siqueiros, son algunos de los sitios donde la obra del galardonado con el Premio Nacional de Arte de México (1966) puede disfrutarse, observarse y analizarse en la Ciudad de México.



Su trabajo en el Continente Americano



David Alfaro Siqueiros también dejó su propuesta pictórica fuera de México. En Los Angeles, California, durante 1932, realizó tres exposiciones y pintó tres murales: Mitin en la calle, Retrato actual de la Ciudad de México y América tropical, dos de ellos experimentales y al aire libre. Trabajó con herramientas y materiales modernos en consonancia con los tres llamamientos. Concretó el trabajo colectivo planteado en el Manifiesto del Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores e inició en su mural América tropical lo que después llamaría poliangularidad.



América tropical fue restaurado en 2012 por expertos del Instituto de Restauración Getty, se sitúa en la calle Olvera, en el centro de Los Angeles. En su momento, dicho mural causó polémica por la ideología comunista que manifestaba. La obra presenta a un indígena mexicano atado en dos cruces con un águila estadounidense sobre su cabeza y soldados revolucionarios apuntando al ave.



Retrato actual de la Ciudad de México se encuentra en el Museo de Arte de Santa Bárbara, en California, y Mitin en la calle está casi desaparecido, se pintó en el Patio de la Chouinard School of Arts, Grand View, en la misma ciudad estadounidense, espacio que ahora es un templo budista.



En 1933 creó en Argentina el mural Ejercicio plástico, en el sótano de la quinta Los Granados, ubicada en Don Torcuato, provincia de Buenos Aires, Argentina. Ahora forma parte del Museo de Bicentenario, ubicado en la antigua Aduana Taylor (hacia el lado Este de la Casa Rosada), a la vista de todo público desde 2011, luego de estar 70 años en la oscuridad.



Esta es la única pintura mural realizada por el artista que carece de contenido político-social, pues expertos la consideran un ejercicio pictórico de búsqueda y experimentación a nivel internacional, una obra cumbre del arte latinoamericano.



Entre 1941 y 1942 Siqueiros pintó en la ciudad de Chillán, Chile, el mural Muerte al invasor, mismo que quedó emplazado en la Biblioteca Pedro Aguirre Cerda, dentro de la Escuela México.



En él aparecen Cuauhtémoc, José María Morelos, Miguel Hidalgo, Emiliano Zapata, Adelita de Zapata (que toma el rostro de Angélica Arenal, esposa del autor); los presidentes Lázaro Cárdenas y Benito Juárez, así como los personajes chilenos: el toqui Galvarino; Francisco Bilbao, el toqui Caupolicán, el joven Lautaro, Luis Emilio Recabarren, Bernardo O’Higgins y José Manuel Balmaceda.



A mediados de abril de 1943, luego de visitar las ciudades de Lima, Perú; Quito, Ecuador; Bogotá, Colombia, y Panamá, donde expuso y difundió los contenidos del manifiesto En la guerra, arte de guerra, documento en favor del Arte para la Victoria de las Democracia y una postura antifascista entre los artistas, recibiendo el apoyo de grupos de intelectuales, universidades y organizaciones democráticas, llegó a La Habana, Cuba.



Ahí, al ver truncada la oportunidad de viajar a Nueva York, patrocinado por el Ministerio de Defensa Nacional y los centros culturales más importantes de la ciudad, imparte en conferencias sus expresiones teóricas y técnicas.



En Cuba le solicita la familia Carreño–Gómez Mena la realización de un cuadro de caballete que transformó en un pequeño mural interior en el apartamento de la familia: Alegoría de la igualdad y confraternidad de las razas blanca y negra en Cuba, realizado en el apartamento del último piso de un edificio ubicado entre las calles 22 y 13, en El Vedado, Cuba, inaugurada en octubre del 1943, destruida tiempo después por los mismos Carreño Gómez–Mena.



En este mismo año pintó Dos cumbres de América o Dos montañas de América, en el Centro Cultural Cubano-Americano de La Habana, resguardado actualmente por la Colección Arte de Nuestra América Haydee Santamaría en la capital cubana; y en el Hotel Biltmore Sevilla, lugar que fue su domicilio, creó El nuevo día de las democracias o El día de la nueva democracia, perteneciente ahora al Museo Nacional. Palacio de Bellas Artes de La Habana, considerado un antecedente del mural Nueva democracia que el artista pintó dos años después para el Palacio de las Bellas Artes en México.



Herencia al pueblo de México



La Sala de Arte Público Siqueiros, en Polanco, Ciudad de México, y La Tallera, en Cuernavaca, Morelos, fueron los espacios donde trabajó durante las últimas décadas de su vida y que ahora fungen como lugares de experimentación de arte.



El 12 de diciembre de 1973, 25 días antes de morir, Alfaro Siqueiros expresó su deseo de que en estos espacios se preservaran y difundieran sus obras e ideas; que fueran centros de análisis y experimentación para el arte público del porvenir, ahora pertenecientes a la red de museos de la Secretaría de Cultura y el INBA.



El 29 de enero de 1969, Siqueiros decide inaugurar la casa de Polanco como Sala de Arte Público, con la idea de convertirlo en un centro para teorizar, innovar y enseñar los aspectos más importantes de composición espacial, abierto al diálogo con las generaciones del futuro. A partir de esta idea, en 1971 transformó el espacio, habilitó el garaje y parte del jardín para pintar sobre sus muros las obras Maternidad y Mural para una escuela del Estado de México.



Asimismo, intervino las paredes y techos de la sala-comedor con trazos de composición espacial para la obra mural La marcha de la humanidad, además de realizar montajes fotográficos y trazos dinámicos de algunos de sus murales en las habitaciones del primer piso.



En 1964 construyó una casa-taller en Cuernavaca, lugar donde fijó su residencia y donde inició la realización de su obra mural La marcha de la humanidad, ubicada actualmente en el Polyforum Cultural Siqueiros.



Entre 1974 y 1988, para administrar este importante legado, se formó el Fideicomiso David Alfaro Siqueiros, que fue dirigido por Angélica Arenal (1909-1989), viuda del pintor. Al disolverse el fideicomiso, la Sala de Arte y La Tallera, junto con sus colecciones de obra y acervos, se integraron al Instituto Nacional de Bellas Artes, instancia encargada de custodiarlo.



Hoy en día la Sala de Arte Público Siqueiros es un museo, un centro de consulta e investigación, pero también es sede de innumerables conferencias y mesas de discusión sobre arte. La SAPS ha abierto su espacio al arte contemporáneo para dar continuidad a las inquietudes técnicas y temáticas del muralista.



El recinto ha tenido diversas transformaciones a lo largo del tiempo, en los últimos años restauró los murales que alberga y se digitalizaron más de 80 mil documentos y materiales de su archivo. También se remodelaron sus instalaciones, modernizaron la fachada, además de crear un mejor acceso y espacio para una librería.



La Tallera define su vocación desde la construcción intelectual que caracterizó la obra y el pensamiento del muralista; es decir: la relación entre arte y política, el carácter público del arte, la investigación y experimentación con materiales y procesos novedosos, así como el legado educativo y de taller del museo. Estos ejes han permitido al actual recinto establecer una conexión entre la construcción de la modernidad mexicana y el arte contemporáneo internacional.



El SAPS es definido como un museo vivo de arte moderno y contemporáneo que cuenta con la exposición permanente de los murales Trazos de composición subjetivos, Trazos de composición piramidal y la Sala poliangular, de David Alfaro Siqueiros; así como exposiciones temporales, talleres, conferencias, visitas guiadas, martes de cine y también es sede de otros eventos culturales.



En armonía con el concepto original de Alfaro Siqueiros de ser un espacio de producción, La Tallera es un lugar de trabajo, creación e investigación en el que se organizan residencias artísticas y talleres que involucran a la comunidad.



Un poco de semblanza



David Alfaro Siqueiros interrumpió muy joven sus estudios de arte para alistarse en el ejército de Venustiano Carranza. Durante toda su vida viajó por varios países, sobre todo por Estados Unidos, Rusia, Argentina y Chile, a veces por motivos profesionales y otras por motivos políticos.



En 1921 publicó en Barcelona, España, un número de la revista Vida americana, el cual contenía su Manifiesto para los artistas de América, en el que exponía sus ideas sobre el muralismo. A su regreso organizó el Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios. El gobierno le encargó algunos murales, el primero de los cuales no pudo terminar debido a una huelga estudiantil.



En 1922 participó en la elaboración de los murales de la Escuela Nacional Preparatoria. Buena muestra de sus frescos está expuesta en el Sindicato de Electricistas y en el Palacio de Bellas Artes de México.



David Alfaro Siqueiros falleció en Cuernavaca el 6 de enero de 1974 y sus restos fueron sepultados en la Rotonda de los Hombres Ilustres.



DAF

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