El Museo Mural Diego Rivera albergó la ceremonia por el 59º aniversario luctuoso del muralista guanajuatense




o En 2016, su obra tuvo especial presencia en el extranjero: María Cristina García Cepeda





“México sería un país impensable sin el dibujo, el color y la luz de Diego Rivera, que son parte de nuestra identidad”, puntualizó María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), durante la ceremonia que se llevó a cabo en el Museo Mural Diego Rivera por el 59º aniversario luctuoso del muralista, la mañana del jueves 24 de noviembre.



“Rivera está presente en el rico legado de los mexicanos”, refirió la titular del INBA, quien estuvo acompañada por Guadalupe Rivera Marín, hija del artista guanajuatense, y agregó que este año su obra tuvo especial presencia en el extranjero a través de las muestras de arte mexicano exhibidas en Francia, Estados Unidos, Australia, Chile y Argentina, en las que su nombre ha sido referencia obligada.



“Además de satisfacer la curiosidad artística de diversos espectadores, estas exposiciones han contribuido a reforzar los vínculos de amistad que mantenemos con otras naciones.



“Para la Secretaría de Cultura y el INBA es un honor participar en esta conmemoración, como reconocimiento a su vida y su obra, que representa el momento cumbre de la pintura moderna mexicana.



“Recordar a Diego Rivera en su aniversario luctuoso es ocasión para reiterar nuestro compromiso de velar por la debida conservación de su legado y promover su mejor conocimiento y el mayor disfrute para todos los públicos”, concluyó María Cristina García Cepeda.



Por su parte, la hija del muralista rememoró de forma sentida el día en que Rivera falleció y su determinación de inhumarlo en la Rotonda de las Personas Ilustres, “lugar en donde merecía descansar, porque ahí están sepultados los hombres y las mujeres que más han luchado por México.



“Esta mañana no pudimos asistir al Panteón de Dolores como tradicionalmente se hace, porque está en obra, pero en esta ocasión quiero hablar sobre el día en el que murió mi padre, porque, sobre todo la gente joven, ignora lo que sucedió.



“Mi padre murió a las once y media de la noche del 24 de noviembre de 1957. A pesar de que estaba casado con Emma Hurtado, él pidió morir en su estudio. Solicitó que exactamente en el área del estudio se pusiera su cama, en donde pasó los últimos días de su vida.



“Tuve la suerte de que muriera en mis brazos, aunque me duele profundamente no tener sus últimas palabras,” recordó, y consideró que “si alguien trabajó y luchó por México fue Diego Rivera, a través de su arte, de su actitud hacia el mundo. El amor que le tenía era inacabable y lo podemos ver en sus grandes murales, donde encontramos a los grandes personajes de nuestra nación”.



En la ceremonia también estuvieron presentes Luis Alberto Salgado Rodríguez, delegado fiduciario general del Banco de México; Xavier Guzmán Urbiola, subdirector general del Patrimonio Artístico Inmueble del INBA, y Luis Rius Caso, director de los museos Mural Diego Rivera y Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, así como alumnos de los centros de Educación Artística Diego Rivera y Frida Kahlo del INBA.