Protagonizada por la actriz Amanda Schmelz

Concluye la temporada de la obra Rose en el Centro Cultural Helénico del Conaculta

• El director de la Compañía Nacional de Teatro, Luis de Tavira fue invitado para develar la placa conmemorativa

La directora Sandra Félix, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca y la actriz Amanda Schmelz, develaron una placa conmemorativa de la obra Rose en compañía de Luis de Tavira, director de la Compañía Nacional de Teatro del INBA.

Así concluyó la temporada del monólogo de una mujer judía octogenaria que se presentó desde el pasado 10 de febrero en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico del Conaculta.

El montaje retrata la complejidad de las situaciones y la dificultad de tomar decisiones en contextos que van más allá del individuo, a partir del relato de una anciana que aborda el conflicto entre israelíes y palestinos para reflexionar sobre el sentido de la guerra, el odio y la mutua destrucción.

La actriz Amanda Schmelz, de 45 años de edad, es la encargada de interpretar este papel y sin necesidad de una caracterización física, logró plasmar el paso del tiempo con su actitud corporal, tono de voz y diversos cambios de peinado.

Con su destacada actuación mantuvo la atención del público durante dos horas sin más recursos que su voz y la meticulosa y en ocasiones humorística descripción de los hechos.

Mientras se encuentra en el Shiva (periodo de duelo entre los judíos), Rose explora el tema de la vejez y cuenta diversos episodios de su vida, desde su infancia en un pueblo de Ucrania, sus amores y pasiones.

Se trata de un relato desgarrador lleno de suspenso, tensión dramática, ternura, y enigmas, del escritor estadounidense Martin Sherman, que deviene acto profundamente íntimo y humano.

A pesar de que presenta una historia marcada por la pérdida y el sufrimiento, el personaje no pierde la esperanza, de ahí que se convierta en una propuesta conmovedora.

En el caso de la propuesta escénica, sólo se aprecia una pequeña mesa sobre la que descansa una lámpara de noche y una banca de madera sobre un tapete persa, esta obra intimista.

Al ser un montaje intimista, la obra tiene un formato que ha permitido que se presente en casas particulares e incluso, que pueda ofrecer funciones en espacios públicos como bibliotecas, museos, escuelas y casas de cultura que cuenten con un espacio en el que se pueda acomodar a un público de entre 20 y 50 personas.

CGP