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Libros 2016-09-02 18:53

Alfonso Pallares, un arquitecto que tiene aún mucho que decir: Elisa Drago Quaglia



Alfonso Pallares, un arquitecto que tiene aún mucho que decir: Elisa Drago Quaglia





Durante la presentación del libro Alfonso Pallares. Sembrador de ideas, la autora hizo un llamado a las nuevas generaciones para revalorar el legado del creador mexicano





Con una invitación urgente y necesaria para revalorar y retomar las ideas arquitectónicas de Alfonso Pallares, el jueves por la noche en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes se presentó el libro Alfonso Pallares. Sembrador de ideas, de la joven arquitecta Elisa Drago Quaglia.



Se trata de un libro producto de una investigación realizada por su autora para obtener el Doctorado en Arquitectura por la UNAM (con mención honorífica), y el cual rescata las principales ideas arquitectónicas de Pallares del Portillo (1882-1961) a lo largo de más de 50 años de trabajo, algunas veces incomprendido por sus colegas e incluso llamado “loco” por su visión futurista de los problemas que enfrentaría décadas después la Ciudad de México como el tráfico y la necesidad de segundos pisos vehiculares.



En el acto, la doctora estuvo acompañado por Xavier Guzmán Urbiola, subdirector general de Patrimonio Artístico del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); el arquitecto Carlos González Lobo, y la directora de Arquitectura del INBA, Dolores Martínez como moderadora.



Guzmán Urbiola externó una felicitación a la autora debido a que, dijo, rescata a un destacado personaje casi olvidado de la historia de la arquitectura mexicana, cuyas ideas son fundamentales en la actualidad. “El libro me recuerda momentos de mi infancia, porque su familia y mi familia se conocían”, comentó, e incluso el nieto de Pallares fue su primer amigo que recuerda.



El funcionario reconoció su beneplácito por el resultado, ya que, expresó, es un trabajo que conoció de cerca al ser la autora su alumna en el pasado. Al respecto, festejó que de una tesis doctoral haya pasado a libro, toda vez que, destacó, “al revisarlo, ganó mucho en cuanto a información y lenguaje, lo que lo transformó aún más en un brillante documento, y porque incluyó una valoración y una crítica muy equilibrada acerca de las ideas del arquitecto Pallares, lo que le dio una dirección más concreta y brillante.



En ese sentido, agregó, la autora supo exponer con claridad las ideas que Pallares planteó a principios del siglo XX acerca de la necesidad de una mejor movilidad, uso del espacio público y soluciones al problema del crecimiento urbano, y que atendió en su momento.



Por su parte, el arquitecto Carlos González Lobo consideró que Alfonso Pallares, arquitecto y músico (además de periodista-articulista) debe ser analizado como “un ángel y también como un demonio”, toda vez que su manera de exponer sus brillantes ideas eran a veces terribles. “Enseñaba a sus alumnos, sí, pero más que nada su método era cuestionar y provocar, llamar a la reflexión para que de ahí surgieran las ideas”, dijo.



Fue cuestionado en su momento por su afán de encaminar la arquitectura hacia una “escuela mexicana” y responder a las nuevas necesidades de la modernidad, cuando sus colegas se aferraban a la tradición. En su momento preguntó qué debía hacerse con la arquitectura de la posrevolución: ser una copia de otras o cumplir su compromiso social.



Por su parte, la doctora Elisa Drago comentó su proceso de investigación que le llevó a viajar incluso a otros países cuya arquitectura influyó en Pallares (el futurismo italiano). Destacó que su trabajo se dirigió a recopilar las ideas estéticas y teóricas del arquitecto mexicano y, en una segunda parte, a analizar el proyecto urbano de Pallares.



Se refirió asimismo a sus esfuerzos por vincular la arquitectura con otras expresiones del arte como la música y las artes plásticas, a través de lo que llamó morfocromofonía, lo cual le generó severas críticas de sus colegas.



En lo que coincidieron la autora y sus acompañantes fue en la necesidad de volver la mirada a las ideas de Alfonso Pallares del Portillo, ya que sus planteamientos hoy están a la vista. Además, existen muchos temas y facetas del arquitecto que no han sido estudiados por lo que llamó a los nuevos arquitectos y estudiosos de las ciencias sociales a redescubrir “a un arquitecto, el loco Pallares, que tiene aún mucho que decir”, concluyó la autora

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