Los exiliados de las dictaduras son los voceros que tiene en el mundo la Ciudad de México
La CDMX es una ciudad refugio y una ciudad de exilios, algo a lo que no vamos a renunciar nunca, indicó Eduardo Vázquez Martín
Los escritores argentinos Néstor García Canclini y Miguel Bonasso reconocen la apertura de México para recibir a los exiliados de su país y cómo este proceso les generó grandes amistades
BUENOS AIRES, Argentina.- El que la Ciudad de México le haya abierto los brazos a los exiliados de las diferentes naciones de América Latina y Europa significó el sembrar las semillas que han permitido que en todo el mundo México cuente con excelentes voceros que sienten y se preocupan por lo que ocurre en el país todos los días, aseguró el Secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín.
Al moderar los trabajos de la Mesa Ciudad de México, Ciudad de refugio, el funcionario del Gobierno del Distrito Federal sostuvo que personalidades del exilio argentino que llegan a México como Néstor García Canclini y Miguel Bonasso, así como descendientes de los exiliados españoles, tal es el caso de José María Espinasa, terminan estableciendo un fuerte lazo de amistad con la nación y, en especial, con la capital del País.
“Hemos ganado siempre que hemos abierto los abrazos a los exilios. La Ciudad de México es una ciudad refugio y una ciudad de exilios, algo a lo que no vamos a renunciar nunca”, indicó Vázquez Martín durante el diálogo que estableció con García Canclini, Bonasso y Espinasa en el Stand CDMX de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
“Siendo generosa y extraordinaria”, continuó, “la Ciudad de México se ha visto beneficiada con los exilios que han ocasionado las dictaduras de Centro y Sudamérica. Estos exilios han generado grandes vínculos de amistad, cuyos amigos extranjeros hoy en día son también voceros de México, porque son gente preocupada y solidaria con nuestro país” enfatizó Vázquez Martín.
En su oportunidad, José María Espinasa, nieto de exiliados españoles y director del Museo de la Ciudad de México, destacó que el desarraigo que generan los exilios entre las personas afectadas, crea una enorme herida que tratan de cicatrizar de muchas maneras, destacando entre estas la necesidad de relacionarse con su nueva realidad y sus nuevos entornos.
La diversidad política que trajeron los exilios, añadió el también poeta y editor, contribuyó también a crear una comunidad multicultural y democrática dentro del contexto mexicano que ha marcado el pensamiento de la ciudadanía.
Néstor García Canclini, escritor, profesor, antropólogo y crítico cultural argentino, destacó la apertura del pueblo mexicano hacia los exiliados y subrayó que para muchas personas, México representó la única posibilidad que tuvieron para preservar la vida y su libertad, así como la posibilidad de seguir trabajando y mantener su lengua materna, la hispana, y con ello su identidad latina.
Por desgracia, señaló García Canclini, en el Siglo XXI las fronteras se han cerrado en muchos países, incluida Argentina, por lo que se vuelve cada vez más difícil poder ingresar a esas naciones.
Finalmente, Miguel Bonasso, político, periodista y escritor argentino, destacó que el ser exiliado en México -en donde vivió 14 años- no sólo le permitió sobrevivir, sino que también le dio la oportunidad de seguir ejerciendo su profesión, el periodismo y mantener lazos afectivos con muchos mexicanos.
“Además”, concluyó Bonasso, “la generosidad de México tuvo expresiones individuales de afecto hacia nosotros, pese a que atravesamos circunstancias de todo tipo, y que con el tiempo, se transformaron en amistad”.