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Teatro 2016-05-10 11:34

Internos del Reclusorio Oriente evocan a Cervantes para liberarse a través de su obra



Internos del Reclusorio Oriente evocan a Cervantes para liberarse a través de su obra

El musical Un grito de libertad, inspirado en Don Quijote de la Mancha, conmemoró con su última función, la tarde de ayer, el cuarto centenario luctuoso del escritor Miguel de Cervantes Saavedra



Dirigidos por Arturo Morell, 280 internos e internas del Sistema Penitenciario de la Ciudad de Méxicodieron un giro a su estancia para convertirse en actores, cantantes, bailarines, músicos, escenógrafos, sastres e iluminadores



La obra impulsada por la Fundación Voz de Libertad y la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, ofreció 20 funciones en el Reclusorio Oriente



Con un impecable profesionalismo y un profundo sentimiento, internos e internas del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México presentaron la tarde de ayer, en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente,la última función del musical Un grito de libertad, inspirado en la novela más importante de la literatura española, Don Quijote de la Mancha, que rindió homenaje a Miguel de Cervantes Saavedra (1547) a 400 años de su fallecimiento.

Bajo la dirección de Arturo Morell, 280 internos del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente e internas del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, encontraron en el escenario una nueva libertad que les permitió convertirse en actores, cantantes, bailarines, músicos, escenógrafos, sastres e iluminadores, para mostrar el talento y la creatividad que encierran estos espacios de readaptación social.

Resultado del esfuerzo en conjunto de la Fundación Voz de Libertad, creada por Morell, y la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, esta puesta en escena, que ofreció una versión libre del musical El Hombre de La Mancha estrenado en 1965, tuvo 20 funciones en el Auditorio del Reclusorio Oriente.

“No estamos hablando sólo de la libertad física, a veces estamos libres pero muy llenos de miedos, prejuicios y temores, hay que dar gracias por estar vivos, no importa si estamos libres o presos; mientras haya vida hay oportunidad de cambio, de enmendar los errores, de decir te amo a quien tengamos que decirlo y de pedir perdón” externó Arturo Morell poco antes de iniciar la última función.

Explicó que este musical, al que describió como una experiencia de vida más que una obra de teatro, es el resultado del Taller Teatro Transforma -que integró 35 sesiones impartidas todos los lunes- a través del cual se acercó a los internos e internas a clases de canto, actuación y danza, entre otros conocimientos.

En presencia de funcionarios de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, público invitado y un grupo visitante deinternas del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, los participantes presentaron, acompañados del coreógrafo Bernardo Vega, una muestra del proceso de calentamiento vocal y físico que efectuaron durante casi un año para llevar a cabo este proyecto.

Al término de un grito de ¡Libertad! por parte de los internos, la trama inició con la prisión del propio Cervantes ante la Santa Inquisición, quien para defender un manuscrito que llevaba consigo, comenzó a narrar la historia de Alonso Quijano, Don Quijote de la Mancha:

“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor…” recordó Cervantes, protagonizado por “Claudio”.

Los internos encarnaron las aventuras de Don Quijote y su escudero Sancho Panza, acompañados por Dulcinea, el gobernador, el duque, el capitán, los arrieros y moros, quienes al ritmo de las cuerdas, maderas, metales y percusiones de la orquesta, integrada por los mejores músicos del Reclusorio Oriente, recordaron a través de piezas musicales,inmemoriales escenas de esta obra clásica, como la lucha contra los molinos de viento.

Al término de la función, que integra danza aérea y acrobacias, el público ovacionó de pie a los internos a través de un prolongado y emotivo aplauso que emocionó a todos los participantes.

“A nombre de mis compañeros gracias por no vernos como esos expedientes sino como personas, como seres humanos” externó “Marlene”, quien interpretó a Dulcinea.

“Hoy, trece años después del día que llegué, me doy cuenta que en cada uno de nosotros hay un Quijote que puede cabalgar por la vida llevando un mensaje de dignidad y de responsabilidad social” aseguró “Luis Miguel”, quien encarnó el personaje del gobernador.

Por su parte, “Claudio”, quien interpretó a Don Quijote de La Mancha, agradeció los comentarios del público y a 400 años de su muerte, dio las gracias a Miguel de Cervantes Saavedra por haber escrito esta historia que llegó a su vida a través de este proyecto de intervención cultural, que desde 2004 ha sido implementado en siete cárceles de nuestro país.

El reparto, el equipo de producción y la orquesta, bajo la dirección musical de Julio Ávila, fue integrado por los 280 internos e internas del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, asimismo, se contó con la participación de Luis Cardoso y Andrés Valadez, integrantes de la Fundación, como asesor musical y operador de audio, respectivamente.

Por último, Arturo Morell agradeció el apoyo de todas las autoridades para que esta experiencia de vida llegara a la población penitenciaria de la Ciudad de México.

Consulte la cartelera cultural de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México en http://www.cultura.df.gob.mx, así como en redes sociales @CulturaCDMX, con los hashtags #SomosCultura y #SoyCultura.

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