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Libros 2016-05-08 18:39

Franco Félix abre en la novela Los gatos de Schrödinger el inquietante mundo que acecha en el desierto

Entre el silencio, la oscuridad, y una visión del fin del mundo

Franco Félix abre en la novela Los gatos de Schrödinger el inquietante mundo que acecha en el desierto



El título fue reconocido con el Premio Binacional de Novela

Joven, Frontera de Palabras/ Border of Words 2015 y

publicado por el Fondo Editorial Tierra Adentro de la

Secretaría de Cultura del gobierno federal





La pregunta nos tiene arrodillados, también, mientras permanece, el

pulso vital se arraiga a pesar de que el calor nos haya abandonado.

Un latido sale del texto para encontrar su correspondencia en la

canción de The Killers, Are We Human or are We Dancer. Porque sin

respuesta que al menos pueda intuirse, tenemos dos opciones: ir a dar

como pegote de última hora a lo que sea, o desintegrarnos. Humanos

o marionetas, esa es la cuestión.



Más valdría no apresurarse a tomar posiciones, la pregunta da

aliento no sólo a la vida, sino también a la novela de Franco Félix, Los

gatos de Schrödinger, ganadora del Premio Binacional de Novela

Joven, Frontera de Palabras/ Border of Words 2015. Editada por el

Fondo Editorial Tierra Adentro, de la Secretaría de Cultura.



“¿Somos piedras?”, la pregunta de Rábano al Doctor

Existencialista equivale a una epopeya, de cuya respuesta tendría que

surgir la civilización, porque el somos nos arraiga, nos planta en la

tierra, o en esta caso, en la arena.



Pero claro, la arena apenas es suelo, se parece más a la ola,

sólo que su movimiento es menos perceptible, de ahí que aún siendo

piedras en el desierto continuaríamos moviéndonos: inmóviles

móviles.





inquietante mundo que acecha en el desierto

Cajas sobre el desierto a la hora en que las luces de Ciudad

Limítrofe pierden la batalla contra la poderosa oscuridad de ese sitio

que rechaza casi toda forma de vida. Cajas sobre caja valdría decir,

encierro dentro del encierro cubierto por otro más, la caja donde el

gato de Schrödinger desafía toda lógica al estar vivo y muerto.



Esas cajas son también hogar para cinco personajes de esta

historia, hay en ellas televisión o libros, que son igualmente cajas

inquietantes, que también sugieren o dictan preguntas.



No hay tanto silencio en el desierto como podría creerse, al

menos no en este en el que se escucha todo el tiempo el

entrecruzamiento de la conversación de Rábano y el Doc. , hecha de

dudas, de las añoranzas y recuerdos completos del segundo, y de los

recuerdos circulares del joven Rábano, que le impiden encontrar el

principio y quien lucha todo el tiempo contra el terror de su extinción.



Su memoria no guarda sino indicios, puntas de iceberg sin

fondo, o trozos del mismo sin estructura. Ha perdido la cronología y

para saber qué es únicamente tiene a ese Doc., a través de él Rábano

puede saber del mundo y de sus cosas. Tal vez, habla para ocultar, o

la mentira, la ocultación son artefactos para sobrevivir.



“¿Somos zombis?”, indaga tembloroso Rábano, cuando escucha

que se acercan personas. La respuesta a la que se ha aferrado el Doc.

es que son los últimos habitantes de la Tierra. La reconstrucción del

mundo es minuciosa, las definiciones se han extraviado en las mentes

de estos dos personajes, pero además de las otras cajas, tienen a los

narradores, quienes las conservan al menos para el lector: “No tienen

imaginación… La vida de los zombis es melancólica, comen, tragan

absorben. No sienten la satisfacción, el gozo les fue negado. Suponen

durante la persecución del banquete que son más o menos felices”. Lo

extraño es que su indumentaria parece recién salida de la lavandería,

y que ante el olor de los personajes que permanecen escondidos en

las cajas no se ha despertado la única involuntaria voluntad de

comérselos.



Es vital que todo lo oculto permanezca en esa zona, y que todo

el conocimiento se encuentre compartimentado. El desierto es la franja

de lo irracional y frente a la ciudad es la sombra. El desierto es la

alucinación y el sueño, ahí es posible que el hombre que el Doc.

saca de una de las cajas esté vestido con su nombre: Conejo,

especialista en el Amo. Su posgrado en psicoanálisis, sus

explicaciones eruditas sirven sólo para exacerbar la ignorancia y hacer

más profunda la inquietud de Rábano. Los datos son la palabrería de

la nada con sabor a absurdo.



¿Qué son?, ¿qué está ocurriendo? Hay respuestas que son un

simulacro, existe una violencia en el silencio, hay un corifeo y unos

narradores que cuidan el secreto. Está la noche en que aparecen el

Checo, el Raka y Encantado, quienes dejan tras de sí, a los perros del

amanecer: Glen y Danger. Conforme el sol vaya ascendiendo, todos

conoceremos la verdad.



Franco Félix (Hermosillo, Son. 1981), estudió literatura hispánica

en la Universidad de Sonora, ha publicado en revistas como Vice, La

Tempestad, Tierra Adentro y Pez Banana; obtuvo la beca Jóvenes

Creadores en la categoría novela (2011-2012), y la beca Residencias

Artísticas México-Argentina (2014), ambas otorgadas por el Fondo

Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) de la secretaría de Cultura

del gobierno federal.



Franco Félix, Los gatos de Schrödinger, Fondo Editorial Tierra

Adentro/Conaculta; México, 2015, 93 pp.



ARR

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