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Noticias 2016-04-22 14:51

Andrés Vega Delfín y sus hijos inauguraron el 4° Encuentro de Son Jarocho

En el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes

Andrés Vega Delfín y sus hijos inauguraron el 4° Encuentro de Son Jarocho



ï‚· Más de 500 personas disfrutaron de El balajú, El pájaro Cú, La tuza, Cascabel y La bamba


EL primer día de actividades del Cuarto Encuentro de Son Jarocho.

Fiesta de las Jaranas y las Tarimas, y parece que ya se ha visto todo

lo que este evento ofrecerá al público: baile, música y una fiesta

interminable.



Más de 120 minutos de música continúa, interpretada por Andrés

Vega Delfín y sus hijos, fueron suficientes para que a través de 10

canciones 556 personas descubrieran lo que para estos músicos es el

son jarocho: alegría, festejo, libertad, vida.



El concierto inició con El balajú, son creado a partir de una

novedosa fusión rítmica del arpa tocada por Octavio, la jarana por

Gonzalo, herederos musicales de don Andrés Vega, ejecutante de la

guitarra de son.



“Es la primera vez que en esta casa yo canto”, entonaba

Gonzalo Vega minutos antes de dar paso a la intervención de su

hermano Octavio, quien con voz entrecortada agradeció el dirigir este

concierto con el que demuestran que el son “es música que se

aprende a vivirla, sentirla y que implica tiempo, esfuerzo y dedicación”.



En el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes

también sonaron La guacamaya y El colas, piezas con las que el

público escuchó y sintió el estilo distintivo de la interpretación de los

Vega: apasionado, constante, y con las cuales la bailadora Martha

Vega inició el zapateado.

“Estoy muy emocionada. No me gusta hablar, pero doy gracias a

mi Dios por tener aquí a mis padres vivos y estar por segunda ocasión

juntos como familia tocando. Gracias amigos y los que no son amigos

por estar acá”, dijo la bailarina de más de 50 años de experiencia.

Después vino El pájaro Cú y Cascabel, donde participaron

algunos nietos y bisnietos de don Andrés, quien entre risas comentó

que son producto de alguno de los 17 hijos que tuvo, “porque antes no

había televisión y con una lámpara de petróleo, que íbamos a andar

matando mosquitos, mejor nos íbamos a acostar”.

Octavio Vega mostró su virtuosismo como arpista sonero con La

tuza, que despertó los potentes gritos, chiflidos y ¡bravo! entre el

El estar afónico y tener una costilla rota no impidieron a don

Andrés Vega, Premio Nacional de Ciencias y Artes en el rubro de

Artes y Tradiciones Populares 2012, tocar potentemente la guitarra,

cantar y que se levantará a zapatear con La bamba, acción que

provocó fuertes aplausos y una ovación de pie por parte del público.

“Esto es algo que me gusta hacer, pero ya estoy viejo y me

canso. Con este concierto quiero mostrar que lo más grande que me

ha dado la música es la vida, seguir existiendo desde hace 40 años

que estoy tocando”, detalló en entrevista.

En un ambiente de fiesta interminable, diferentes generaciones

de los Vega aparecieron en el escenario para zapatear, tocar y cantar

El butaquito y Zapateado.

“Estos accidentes son cosas de la vida. Si de esta escapo y no

muero, seguiré tocando hasta el fin. Gracias a Dios que estoy con

ustedes”, dijo Andrés Vega antes de cerrar el concierto: La morena,

canción que despertó en el público besos, abrazos y el baile en su

butaca, en las escaleras o que bajara al escenario para zapatear y

convivir con los Vega, músicos afamados y herederos importantes del

son mexicano.

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