Wirikuta abrió sus puertas al jazz





16 conciertos y una veintena de actividades académicas, en el 6° Jazz Fest Real de Catorce



· Real de Catorce, Matehuala, Dolores Trompeta y Potrero vibraron con el ritmo sincopado



· Durante tres días, cinco mil personas fluctuaron en los escenarios y actividades



Alrededor de cinco mil personas vibraron, durante tres días, al ritmo de grandes jazzistas, nacionales e internacionales, quienes participaron en la 6ª edición del Jazz Fest Real de Catorce. Fiesta sonora gratuita, que incluyó además de conciertos, una serie de actividades académicas como clínicas musicales, conferencias, ciclos de cine y exposiciones que incentivaron a un interesado público a reflexionar en torno a este universo sincopado.



El epicentro jazzístico fue en el Pueblo Mágico de Real de Catorce, pero la onda rítmica se extendió a poblaciones vecinas como Matehuala, Dolores Trompeta y Potrero, donde la fiesta, tuvo protagonistas de primer nivel como Betsy Pecanins, Radio Blues, Calacas Jazz Band, Gadjo, y Triciclo Circus Band, entre otros.



Julián Carrillo, el músico mexicano creador del Sonido 13 y su estela de influencia sobre el jazz fue tema de la clínica impartida por Ángel Blanco. “Carrillo tiene que ver en el desarrollo compositivo y rítmico. Su sistema abre nuevas variantes a la música.”



Personas del Distrito Federal, San Luis Potosí, Guanajuato, Guadalajara, Sinaloa, Zacatecas y países como Argentina, Francia y España se dieron cita, para disfrutar del banquete rítmico, en este territorio sagrado que pertenece a la zona de Wirikuta.



En la Casa de Cultura de Real de Catorce se inauguró la exposición Obra, con 200 rostros dibujados por el artista Oswaldo Ramos, quien aseguró comparte con el jazz la “libertad del instante para generar la imagen y la fascinación de fluir.”



A las 17:00 horas, en el Puente Zaragoza de Real de Catorce comenzó el concierto de cierre del Festival, Patricia Carrión luego de tomarse fotos con el público que disfrutó de su espectáculo de jazz en español, destacó la organización del festival, “el trato de Renatta Torres y Mauricio Gómez, de los voluntarios y del público ha sido impecable. También creo que no hay mejor lugar para hacer la música de jazz que Real de Catorce.”



Poco a poco la gente aumentó hasta superar las sillas colocadas frente al templete, donde se presentaba Verónica Ituarte, quien reconoció que “este lugar siempre me carga la pila espiritualmente, emocionalmente y sólo deseo haber regresado al público un poco de esa energía tan grande que nosotros tomamos.”



La década de los años 20 regresó con el estilo de Calacas Jazz Band; el baile clásico de María Arellano, la cantante, no dejó a nadie despegarse a pesar de que la lluvia comenzaba a mojar el paisaje semidesértico.



La fiesta continuó con Barandela another jazz que levantaron al público de las butacas, la noche había caído y los abundantes puestos de comida y antojos, hacían su agosto. El de los esquites bailaba con la de las fritangas y así, poco a poco mil 600 personas abarrotaron los espacios del lugar.



“Triciclo”, “Triciclo”, “Triciclo”, se escuchaba a coro en el inter del concierto, el Triciclo Circus Band apareció en la escena, el baile amarró la media noche con una larga cadena humana, recorriendo en armonía y júbilo cada rincón bajo el escenario.