img
Noticias 2024-02-16 19:43

El fotógrafo de la ciudad, Héctor García registró las transformaciones de una urbe



El fotógrafo de la ciudad, Héctor García registró las transformaciones de una urbe


Héctor García fue uno de los principales flâneurs (paseantes) de la Ciudad de México, capaz de transitar entre las esferas de la alta y baja cultura hasta el poder, con una mirada crítica, comentó el curador David Caliz en conversación con Héctor García Sánchez, hijo del fotógrafo Héctor García Cobo, la cual se realizó en el Museo Nacional de Arte (Munal), del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal).



Durante el conversatorio 100 años de Héctor García, el cual se celebró como parte de las actividades paralelas de la exposición Héctor García. Miradas sobre un monumento,

hicieron un recorrido por el quehacer del “fotógrafo de la ciudad”, en la que resaltaron su capacidad para capturar los cambios que la capital del país tuvo durante una época convulsa y de desarrollo, lo cual se hace evidente en la exposición que se encuentra en el recinto.



“Héctor García es nostalgia pura, nos muestra una ciudad que ya desapareció”, dijo David Caliz ya que fue un flâneur (paseante) que se abandonaba dentro de la ciudad para registrar las transformaciones de una urbe que habita, pero que al mismo tiempo reconstituye a través de su lente.



“Su capacidad de asombro le permite capturar los cambios de una ciudad convulsa, y él es un fotoperiodista que conoció a dos importantes cronistas de la ciudad, Salvador Novo y Carlos Monsiváis, pero también trabajó junto al gran periodista Fernando Benítez. Transitó entre los estratos culturales altos y bajos de la Ciudad de México, y estuvo cercano al poder como periodista; también construye un discurso crítico”.



A través de sus imágenes sobre la Estatua ecuestre de Carlos IV “El caballito”, se puede ver la destreza del artista: Puede generar imágenes poder, a través de un ángulo que refleja la fuerza de la estatua sobreponiéndose a un anuncio de Coca-Cola, o puede generar imágenes potencia, que retrata a los estudiantes en la huelga de 1957 sobre la estatua. “Esta es una de las grandes virtudes que se encuentran dentro del universo fotográfico del maestro y que nos ayuda a comprender, de distintas maneras, a la Ciudad de México”.



Sobre la exposición, detalló que se buscó acercar el trabajo del Héctor García a las nuevas generaciones: “Sus fotografías son parte del inconsciente colectivo de la Ciudad de México”, su trabajo aparece en libros desde Salvador Novo hasta José Agustín, pero también enfatizó que son las imágenes con que se recuerdan las huelgas estudiantiles de 1957 a 1968, así como el proceso de modernización de la urbe.



“Para nosotros fue importante ver este vínculo que se genera entre el fotógrafo, el monumento y el museo”. En la exposición, además de celebrar los 100 años de su natalicio, se puso énfasis en la recuperación del archivo fotográfico que resguarda la Fundación Héctor y María García, quienes conservan más de un millón de fotografías.



Asimismo, resaltó que, si bien se hizo una curaduría exhaustiva sobre el trabajo del fotógrafo que refleja su visión sobre la capital del país en las exposiciones celebratorias, “todavía hacen falta otras revisiones que incluyan su etapa en París, en Japón, en China y sobre los viajes que hizo a lo largo de México para el libro de Fernando Benítez”.



Por su parte, el hijo del artista, Héctor García Sánchez explicó que la relación entre el monumento y la fotografía de su papá se originó por la cercanía entre su oficina y la estatua: “Él trabajaba cerca de la antes glorieta de ‘El caballito’, entre Paseo de la Reforma y Bucareli, y empezó a registrarla en imagen. Hay, incluso, fotos donde la calle todavía no está pavimentada”.



Durante su intervención, recordó que antes de la fotografía, García Cobos tuvo varios trabajos y que fue durante sus temporadas como bracero, en Estados Unidos, donde vivió el punto de inflexión que lo llevarían al fotoperiodismo: “Mi papá trabaja en las vías del tren quitando hielo. No les avisaron que iba a pasar el tren y se llevó a varios de sus compañeros. Él decía que se vio como un campo de amapolas y sacó su cámara para registrar lo que había pasado, pero el sol sobre la nieve reflejaba tan fuerte que le veló las fotos”.



El también fotógrafo ofreció un breve recorrido por momentos que formaron el carácter y los temas de su padre, desde su nacimiento en Candelaria de los Patos, colonia que recorrió durante su infancia y lo llevaron a identificarse con los niños en situación de calle, lo cual se refleja en varias de sus imágenes, como la icónica Niño en el vientre de concreto.



Explicó que como fotoperiodista su padre buscó mostrar lo que estaba pasando, situación que lo llevó a fundar Ojo. Una revista que ve, tras la negativa de los periódicos de publicar sus imágenes sobre el movimiento vallejista de 1957 y que le valieron el Premio Nacional de Periodismo.



A la par de su trabajo, siempre se interesó en retratar la ciudad, imágenes que hoy conforman un registro importante del proceso de modernización. “Alguien decía que su fotografía empezó en la calle y terminó en los museos”, concluyó.

Mas Articulos