Ovacionan concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Lior Shambadal



Las piezas de Wolfgang Amadeus Mozart y Anton Bruckner se podrán escuchar nuevamente este domingo 18 de junio en el Palacio de Bellas Artes



Estrenada hace 150 años, la Tercera sinfonía, de Anton Bruckner, estremeció los cimientos del Palacio de Bellas Artes la noche de este viernes, con la interpretación de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), bajo la batuta de Lior Shambadal.



La agrupación del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) presentó el penúltimo programa de su primera temporada, el cual incluyó la Sinfonía concertante en Mi bemol mayor K. 297b, para oboe, clarinete, fagot y corno, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791); y la Sinfonía núm. 3 en Re menor, de Anton Bruckner (1824-1896).



Es una pieza con tintes de Richard Wagner que va de lo sublime a lo magnífico y de lo suprasensible a lo sobrenatural.



Dividida en cuatro movimientos, la sinfonía es toda una odisea musical. Son cerca de 60 minutos que encierran una amalgama de sonidos y crean un monumento a la genialidad del autor.



El primer movimiento es estruendoso y da pie a todo tipo de tonalidades; pero el segundo es placentero y casi divino, ideal para disfrutar en un atardecer.



Por su parte, el tercer movimiento retoma los elementos ya presentes en el primero y recuerda a Wagner y Hector Berlioz, por su enorme intensidad, para concluir con una apoteosis musical.



Al final, los aplausos no se hicieron esperar y tanto la orquesta como el director hicieron un trabajo impecable.



Antes de esta refrescante interpretación, la OSN ofreció la Sinfonía concertante en Mi bemol mayor para oboe, clarinete, fagot y corno, de uno de los favoritos de los recitales de Mozart.



En esta obra, los aplausos se los llevaron Rolando Cantú (oboe), Eleanor Weingartner (clarinete), Gerardo Díaz (corno) y Carolina Lagunes (fagot), un cuarteto que brilló por sus cualidades interpretativas y sentimientos.



Como si se tratara de un duelo, los cuatro ejecutantes transmitieron por medio de insólitas notas, sensaciones y juegos mentales sofisticados, como son todas las piezas mozartianas.



Sólo tres movimientos bastaron para dar una cátedra de lo que fue la sensibilidad y genialidad del compositor austriaco, fallecido tempranamente en 1791.



El concierto de la OSN se podrá escuchar nuevamente el domingo 18 de junio a las 12:15 horas en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, bajo la dirección del maestro Lior Shambadal, quien ha desarrollado una amplia carrera como director de orquesta en Europa, Asia y América.