La vida cotidiana de los Godínez se plantea en la puesta en escena Simulacro del fin del mundo



Temporada del 3 al 20 de noviembre, de jueves a domingo, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque



Lucy, Alejo, Alina y Roco son oficinistas con ambiciones fuera de su alcance. Representan la vida cotidiana llevada a los extremos, no sabemos si su realidad es la misma que la nuestra, pero se parece mucho. Los cuatro caminan (sin saber) sobre los bordes de lo que parece el final de los tiempos.



La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Teatro y la compañía JuegoTeatro, presentan Simulacro del fin del mundo, de Alejandra Robles y Aldo Bringas Padierna, bajo la dirección de Alan Uribe Villarruel y las actuaciones de Fernanda Albarrán, Leonardo Yee, Carlos Bellato, Aldo Bringas y Alejandra Robles.



La obra permanecerá en temporada del 3 al 20 de noviembre, jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.



Esta puesta en escena es una comedia que muestra la vida de algunos adultos jóvenes que experimentan y expresan sus inquietudes en su trabajo de oficina, a partir de reflexiones e introspecciones de su vida laboral diaria y monótona.



Como parte de la ficción, este montaje propone que aún hay esperanza de tener una buena vida y descubrir que hay mucho por hacer antes que llegue el fin del mundo. Escrita en 2020 por Aldo Bringas y Alejandra Robles, la pieza se estrenó en el Centro Cultural El Hormiguero en 2021 y fue catalogada como la más taquillera del año en ese espacio.



“Simulacro del fin del mundo fue creada durante el confinamiento, en la intimidad de cuatro paredes, y fue tomando forma a través de muchas videollamadas en las cuales los autores hablábamos sobre la incertidumbre, el temor y la esperanza, y tratábamos de encontrar remedios del corazón para afrontar esta realidad generacional”, detalló Aldo Bringas.



La obra cuenta con la producción de Alejandra Robles, el diseño de iluminación y espacio escénico corresponde a Tania Rodríguez, el diseño de vestuario es de Kristina Vázquez, mientras que el diseño sonoro es de Carlos Bellato y Aldo Bringas.