Recuerdan legado de Fanny Rabel a cien años de su nacimiento



Frida Kahlo reconoció en la obra de la artista egresada de La Esmeralda su enorme sensibilidad e inteligencia



La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Salón de la Plástica Mexicana, recuerdan a la pintora, grabadora, dibujante y muralista Fanny Rabel en el centenario de su nacimiento.



Originaria de Lodz, Polonia, Fanny Rabinovich Compañez nació el 22 de agosto de 1922. Sus padres eran actores de teatro y con ellos se trasladó a París en 1929, donde hizo sus primeros estudios.



Llegó a México en 1938 e ingresó a la Escuela Nocturna para Trabajadores, en donde tomó cursos de dibujo y grabado. En 1942 se incorporó a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda y realizó su primera exposición individual (24 óleos, 13 dibujos y ocho grabados) en la Liga Popular Israelita, para la cual Frida Kahlo redactó el texto de presentación en el cual expresó: “Fanny Rabinovich pinta como vive, con enorme valor, inteligencia y sensibilidad aguda”. En 1955, su obra se presentó en el Salón de la Plástica Mexicana (SPM) y en 2007, la Casa de la Primera Imprenta organizó la exposición retrospectiva La Fanny de Los Fridos.



En 2009, el Salón de la Plástica Mexicana, con motivo de su 60 aniversario, exhibió Fanny Rabel. In memoriam, retrospectiva que mostró obras emblemáticas de la creadora y miembro fundadora de dicha institución. El edificio del Registro Público de la Propiedad y de Comercio en la Ciudad de México resguarda el mural La familia mexicana, realizado en 1984. Ronda en el tiempo, creado entre 1964 y 1965, se encuentra en el Museo Nacional de Antropología.



Preocupación constante en su trabajo son el dolor y la tragedia humana que acompaña a los desposeídos, pero se interesó principalmente en el tema de la emancipación, “que los humanos vivieran con más plenitud, con más alegría, con auténtica libertad”, escribió la crítica de arte Raquel Tibol.



En 1958, en el desaparecido Frente Nacional de Artes, Fanny Rabel se preguntaba: “¿No estamos utilizando nuestro paisaje y nuestro material humano en forma enteramente estática, sin aportar nada, cayendo en pintoresquismos? ¿No estamos desvirtuando los contenidos humanos por no darles vida? Nosotros estamos dando el contenido humano simplemente en la forma, pero no en el sentido ni en la intención; estamos dando vueltas sobre los mismos puntos”.