El INAH entrega premios a las mejores investigaciones en antropología e historia



*** Participaron 182 trabajos en distintas categorías, de los cuales 22 fueron galardonados



*** Del total de propuestas, 101 fueron de mujeres, y de los 48 premios y menciones honorificas, 31 fueron para investigadoras



A pesar casi dos años de contingencia sanitaria por la COVID-19, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) continúa realizando el mandato de ley de impulsar la investigación científica en los ámbitos de la antropología y la historia, la preservación del patrimonio cultural, así como la docencia y formación de investigadores en los campos de su competencia, sostuvo la secretaria técnica de la institución, Aída Castilleja González, al encabezar la trigésima sexta edición de los Premios INAH, en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología.



Los Premiso INAH, indicó la antropóloga, además de ser un certamen consolidado y reconocido a nivel internacional, son parte consustancial de la vida institucional, al constituir el más importante reconocimiento y estimulo material, académico y de difusión dirigidos a la excelencia en trabajos de investigación y de elaboración de tesis de estudios de licenciatura, maestría y doctorado en diferentes disciplinas y áreas de trabajo del instituto.



En representación del director general del INAH, Diego Prieto Hernández, la secretaría técnica expuso que en la edición de los galardones correspondiente a 2021, al igual que la del año pasado, se entregan atendiendo las medidas sanitarias, y de la misma forma que en la pasada ocasión, fueron menos lo trabajos recibidos para ser evaluados, debido a las condiciones de restricción de la contingencia sanitaria. Sin embargo, se recibieron 182 trabajos para los distintos premios en sus diferentes categorías.



Para lograr la entrega de premios, Aída Castilleja reconoció el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y destacó que, del total de trabajos participantes 175 son de investigadores nacionales y siete de extranjeros; se entregaron 22 premios por un monto total, a repartir, de un millón 960 mil pesos, y 26 menciones honorificas.



Asimismo, en el evento transmitido por el canal INAH TV en YouTube, subrayó la participación de las mujeres, al ser autoras de 101 de los 182 trabajos presentados; de los 48 premios y menciones honorificas otorgados, 31 de ellas fueron merecedoras, es decir, el 65 por ciento del total de reconocimientos. Los trabajos ganadores proceden de 16 instituciones distintas, nacionales y extranjeras.



En representación del jurado calificador, la museógrafa Rosa Estela Reyes García, afirmó que el INAH, desde sus distintas áreas sustantivas, marca una reflexión profunda en su quehacer científico, y todos los proyectos presentados son motivo de reflexión y orgullo, muestra de la diversidad del patrimonio cultural y de la conformación del país.



“Como jurado es una labor estimulante la revisión de los trabajos participantes, el proceso conceptual y el desarrollo creativo de cada uno, el diálogo entre compañeros y colegas es enriquecedor. Es evidente el aumento y el rigor de los criterios que año con año hay que superar, porque los propios proyectos van marcando esta exigencia”, afirmó.



La antropóloga peruana Andrea Carolina Urrutia Gómez, acreedora al Premio Fray Bernandino de Sahagún, en la categoría de Mejor Tesis de Doctorado, a nombre de los premiados expuso que el reconocimiento a sus investigaciones da respaldo y notoriedad a las mismas, pero también acarrean responsabilidad.



De esta forma, se entregó el Premio Alfonso Caso (Arqueología) al Mejor Trabajo de Investigación al estudio Dinámica y desarrollo de la población olmeca de San Lorenzo, de Virginia Arieta Baizabal y Ann Marie Cyphers Tomic.



El galardón Javier Romero Molina (Antropología Física) fue para la tesis de maestría de Mirna Isalia Zárate Zúñiga: Desigualdad de género y su impacto en la salud y la nutrición de un grupo de hombres y mujeres de la Ciudad de México, sepultados en los cementerios de San Andrés y Santa Paula, siglos XVIII y XIX.



En el Premio Fray Bernardino de Sahagún (Etnología y Antropología Social) el proyecto ganador fue la investigación de Ana Margarita Valdovinos Alba, La Expedición al Nayarit. Registro de textos y observaciones entre los indígenas de México. La Mejor Tesis de Doctorado en esta disciplina la obtuvo Andrea Carolina Urrutia Gómez, por su trabajo Modelos y prácticas de belleza entre los trabajadores formales en venta y aplicación de maquillaje en Ciudad de México.



Como Mejor Tesis de Maestría fue seleccionada La (des)personalización de las mujeres víctimas de feminicidio en Chimalhuacán, Estado de México. Narrativa desde las familias, de Claudia Itzel Pérez Rodríguez; mientras que la Mejor Tesis de Licenciatura la obtuvo Verónica Sayuri Gallardo Kishi, con la investigación Malabares para llegar a fin de mes. Deuda, finanzas y trabajos en cinco hogares asalariados precarios en la CDMX.



El Premio Francisco Javier Clavijero (Historia y Etnohistoria) fue para el trabajo de Elisa Speckman Guerra, En tela de juicio. Justicia penal, homicidios célebres y opinión pública (México, siglo XX). Asimismo, compartieron el Premio a Mejor Tesis de Doctorado, Isabel Guadalupe Juárez Becerra, por su estudio De la salvación del alma al régimen penitenciario. La Casa de Recogidas de Guadalajara (1745-1871), y Malinalli Hernández Rivera, por Los libros peregrinos. Desmembramiento, tránsito y dispersión de las Bibliotecas Jesuitas Novohispanas, a través de sus Juntas de Temporalidades. 1767-1798.



La Mejor Tesis de Maestría fue la elaborada por Rodrigo Gordoa de la Huerta: La contaduría general de alcabalas de la Real Hacienda de Nueva España, 1677-1756. En tanto, el Premio a la Mejor Tesis de Licenciatura lo recibió Alejandra Hernández Vidal, por su trabajo Los servicios de sanidad durante la Decena Trágica, y David Méndez Gómez, por El mapa de Atenco-Mixquiahuala: su escritura y cartografía.



El Premio Wigberto Jiménez Moreno (Lingüística), en la categoría de Tesis de Doctorado, fue para Alaide Rodríguez Corte, por su trabajo Tipos de referencia nominal en el náhuatl de San Miguel Canoa, Puebla. El galardón se compartió con las tesis de maestría de Shun Nakamoto: Tonología mazateca: San Bartolomé Ayautla, y Los predicados complejos en el maya yucateco, de Rodrigo Petatillo Chan.



Con el Premio Francisco de la Maza (Restauración y Conservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico) se distinguió como Mejor Trabajo a Expediente de ejecución del proyecto de conservación de los edificios dañados por los sismos de 2017 en la Zona Arqueológica de Monte Albán-Atzompa, elaborado por Nelly Margarita Robles García.



Como Mejor Tesis de Doctorado fue considerado el trabajo de Consuelo Córdoba Flores, La beneficencia pública y la Ciudad de México. El postremo eslabón de la política de salud de la modernidad porfiriana (1877-1910); y de Maestría, el de Yuzzel Alcántara Ceballos, Memoria y patrimonio desde el giro afectivo. Despojo, destrucción y defensa como experiencias afectivo emocionales de lo urbano arquitectónico.



El Premio Paul Coremans (Conservación de Bienes Muebles) fue para la tesis de licenciatura de Marilyn Adriana Ortiz Gasca: La conservación en los museos ejercida desde un enfoque social hacia exposiciones y sus contenidos (People-Centered Approaches to Conservation): un estudio de caso. Finalmente, con el Premio Miguel Covarrubias (Museografía e Investigación de Museos) se alzó con la Mejor Tesis de Doctorado, Leticia Pérez Castellanos, por su trabajo La casa del museo (Ciudad de México, 1972-1980). Una etnografía multilocal sobre la acción cultural extramuros.



En tanto, el Premio a la Mejor Tesis de Maestría lo compartieron Luis Ricardo Nathael Cano Baca, autor de San Agustín Acolman. Un espacio museal (1920-2016), y Eréndira Marcela Derbez Campos, por Una mujer clave para el arte en México. Inés Amor y la Galería de Arte Mexicano (1935-1945).