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Noticias 2015-07-05 19:41

Alejandro Rosas y Rafael Tovar y de Teresa conversan en Oaxaca sobre los claroscuros de Porfirio Díaz

En el marco de su Centenario Luctuoso

Alejandro Rosas y Rafael Tovar y de Teresa conversan en Oaxaca sobre los claroscuros de Porfirio Díaz

Presentan El último brindis de Don Porfirio, el cual se centra

en las fiestas del Centenario de la Independencia

En el marco de las actividades realizadas en Oaxaca para

conmemorar el centenario luctuoso de Porfirio Díaz, los historiadores

Alejandro Rosas y Rafael Tovar y de Teresa —presidente del Consejo

Nacional para la Cultura y las Artes— conversaron sobre los

claroscuros de este histórico personaje, en el Teatro Macedonio

Alcalá.

Aunque el encuentro se centró en el libro de Tovar y de Teresa

El último brindis de Don Porfirio, que aborda las fiestas del Centenario

de la Independencia de 1910 y describe que en esas fechas se realizó

una valoración pública, nacional e internacional, de la etapa final del

mandato de Díaz, ambos especialistas reflexionaron sobre el

significado de Díaz y su gestión, a 100 años de su muerte.

En su participación, el presidente del Conaculta dijo que existe

un lado poco conocido de Porfirio Díaz sustentado en documentos,

como el hecho de que al terminar su mandato dejó en las arcas

públicas 63 millones de pesos en oro, cantidad importante para la

época, además de una detallada comprobación al Congreso de la

Unión de todo lo que se había gastado en los festejos del Centenario,

incluso del desarrollo arquitectónico de todos los monumentos que se

erigieron.

En su charla, Tovar y de Teresa compartió con Alejandro Rosas

la existencia de un documento que revela el traslado de todos los

activos de Porfirio Díaz, desde México al Banco de Londres, por un

millón 506 mil pesos, “cantidad muy sobria para alguien que gobernó

México durante 30 años”.

Al respecto, Alejandro Rosas preguntó a Tovar y de Teresa

“¿Cuál es el Porfirio que tenemos que ver en el 2015?”, a lo que

respondió: Es necesario conocer a Porfirio Díaz en toda su

complejidad, porque fue un hombre inserto en una época de guerras e

intervenciones en la que hubo excesos y represión.

Tovar y de Teresa agregó que hay muchos aspectos que hablan

de ese otro rostro de Porfirio Díaz, como la carta que escribe desde su

exilio a su amigo Enrique Fernández Castelló donde le comenta que

al final de su mandato no quería que corriera más sangre de

mexicanos por mexicanos.

En su oportunidad, Alejandro Rosas coincidió con el autor del

libro en que la figura de Porfirio Díaz jugó un papel relevante, acorde

con el tiempo que le tocó gobernar a México.

Recordó que después del levantamiento en su contra, Porfirio

Díaz le refiere a Federico Gamboa: “Me siento herido, una parte del

país se levantó en armas para derrocarme y la otra se quedó cruzada

de brazos para verme caer”.

“Fue un personaje con sentimientos muy encontrados que se

llevó muchos secretos a la tumba, lo cierto es que en su última etapa

sí se vislumbra el profundo resentimiento que tenía.

“En sus cinco años en el extranjero siempre estuvo preocupado

por la situación que se vivía en el país, tiene noticias de Villa y Zapata

y sigue los acontecimientos desde una perspectiva más amplia en la

que también miraba cómo esos acontecimientos se insertaban con el

resto de los países del mundo”, finalizó Alejandro Rosas.

HBL

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