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Teatro 2020-02-03 18:15

Wilma, espejo escénico del racismo que ha enfermado a la humanidad


WILMA, ESPEJO ESCÉNICO DEL RACISMO QUE HA ENFERMADO A LA HUMANIDAD
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***El Teatro El Milagro recibirá este biodrama escrito, dirigido e interpretado por la artista escénica multidisciplinaria Itzhel Razo

***La propuesta está basada en un hecho real vivido por la propia autora en su natal Yucatán durante su infancia

**Las funciones serán del 13 al 16 de febrero, 20:30 horas
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Una niña yucateca crece como extranjera en su propia tierra, aislada por el racismo impuesto por su abuela. Incapaz de comunicarse con los demás, intenta sobrevivir un huracán sin ayuda de nadie. Las consecuencias son fatales.

Esta es la historia vivida en carne propia por la artista escénica multidisciplinaria Itzhel Razo quien, trastocada por los problemas de racismo, clasismo y discriminación que aún afectan a la humanidad, quiso contar su experiencia a través de la obra Wilma, que se estrenará en el Teatro El Milagro del jueves 13 al domingo 16 de febrero, 20:30 horas.

La propuesta -definida por su autora como una autoficción o biodrama-, narra la historia de una menor que crece como una extranjera en la tierra que la vio nacer: Yucatán. La pequeña es aislada por el racismo impuesto por su abuela de origen irlandés, quien le prohibió tener amigos mayas, convivir con los indígenas de la zona y hablar la lengua originaria. Durante 55 minutos, el espectador será testigo de algunos momentos simbólicos de la infancia de la protagonista a través de anécdotas, fotografías y material audiovisual.

Origen

Razo, quien egresó del Centro Nacional de Danza Contemporánea e hizo estudios de Literatura Dramática y Teatro en la UNAM, explica que al principio tenía deseos de hacer un montaje que refiriera una catástrofe natural haciendo una analogía de una catástrofe social; dicho objetivo, sumado a sus recuerdos personales, la motivaron a crear Wilma.

“Al crecer en Yucatán de inmediato pensé en un huracán porque vino a mi memoria el recuerdo del fenómeno meteorológico Wilma que impactó la península de manera brutal hace algunos años. También pensé en el nombre de mi abuela de origen irlandés Wilma, quien me prohibió acercarme a la cultura maya y a los indígenas y me dio una educación absolutamente clasista”.
Ambos contextos y la coincidencia en el nombre inspiraron a Razo para crear este biodrama, cuya esencia se resume en un fragmento que es mencionado durante la interpretación de la obra: "Los huracanes reciben siempre nombres de personas; los nombres de los más destructivos se retiran de los registros históricos de la misma manera que nosotros borramos de nuestra memoria los nombres de personas que nos causaron un daño irreparable".

Espejo universal

Si bien la historia relatada en Wilma tiene su origen en territorio yucateco, la artista aclara que tiene un carácter universal, incluso atemporal. Al respecto, explica a fondo:

“En realidad mi historia es un pretexto para hablar de algo más. Contando mi historia estoy contando la historia de otras tantas y tantos que han pasado por lo mismo. Aunque es un biodrama, incluyo muchos referentes sociales dentro de la obra, no me quedo en mí. Abarco el tema de manera tanto particular como universal; de lo pequeño intento ir a lo grande y creo que se logra. Me parece que el racismo hacia lo indígena sucede en Yucatán de manera casi cínica, pero en el resto de la República mexicana también. No es en lo absoluto diferente de lo que vemos en nuestro día a día aquí en la Ciudad de México.

Razo, quien también se formó en la Universidad de Dankook en Corea del Sur y en la Universidad Andalas de Sumatra Occidental en Indonesia, considera que hablar de ésta y otras heridas de origen e identidad que tengo fue un motor idóneo para montar esta obra que conecta con muchas cosas universales y sociales.

Papel de la familia, la reflexión

Al preguntarle a la joven creadora cómo influyó su infancia la vida diaria, confiesa que ha sido determinante en su desarrollo personal y profesional porque se volvió autodidacta e independiente:

“Tuve una infancia muy dura. Mi padre murió cuando yo era niña y mi madre trabajaba casi todo el tiempo. Mi abuela Wilma tuvo gran influencia en mí porque me cuidó durante algún tiempo, dejando una huella difícil de olvidar. Siempre tuve fascinación por la cultura maya y por Yucatán, pero crecí restringida y censurada; sentí que estaba en una prisión, crecer en la sociedad yucateca fue complejo porque hay demasiadas reglas, demasiados tabúes y demasiados mitos. O eres aceptada o eres rechazada, no hay puntos medios. Al ser huérfana y de familia de inmigrantes, nunca fui aceptada ni por los nativos mayas ni por la élite meridiana. Viví y crecí en la periferia”.

Sobre el mensaje o reflexión que quiere transmitir a través de su obra, Razo explica que al poner el dedo en la llaga sobre su historia familiar y abrir sus heridas al público, intenta transmitir que el núcleo familiar determina nuestro pensamiento y nuestro destino y hay que buscar huir de aquello que no nos hace feliz, libres y plenos “El racismo es una educación, una incapacidad para aceptar lo diferente, y eso viene desde la casa”.

Propuesta escénica

La artista detalla que el proceso creativo en torno a Wilma fue muy enriquecedor, ya que utiliza muchos recursos para contar la historia, como el cuerpo, la voz, el movimiento, la pintura y la multimedia:

“Hay proyecciones de video y utilizo fotografías de mi infancia y de mi familia que son los personajes de la historia”. El diseño sonoro es un huracán de principio a fin, ya que pasamos por todas las fases de la alerta temprana para ciclones. En tanto que a nivel de iluminación hacemos analogías de la alerta azul, la verde, la amarilla, la naranja y la roja para llevar al espectador a momentos de clímax que van desde la calma hasta la devastación. En escena sólo hay un ventilador, un foco, una pantalla y mucho henequén”.

Finalmente, Razo destaca el uso que hace de la lengua maya, tanto en voz en off como en expresiones dichas por ella misma.

Créditos

Dramaturgia, dirección, producción general y actuación: Itzhel Razo
Espacio escénico: Itzhel Razo y Luis Alcocer Guerrero
Iluminación: Luis Alcocer Guerrero
Música y diseño sonoro: Rodrigo Castillo Filomarino*
Colaboración artística, asistencia técnica y asesoría de puesta en escena: Luis Alcocer Guerrero
Asesoría actoral: Manuel Domínguez
Video: Ana García

*Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte / Fonca

FUNCIONES

Jueves 13, viernes 14, sábado 15 y domingo 16 de febrero, 20:30 horas

Teatro El Milagro
Ubicación: Calle Milán 24, colonia Juárez

Costo:


Otra temporada

Cabe destacar que Wilma después tendrá funciones en el foro Carretera 45 los días 20, 21 y 22, así como 27, 28 y 29 de marzo (Calle Juan Lucas de Lassaga 122, colonia Obrera)

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