Arturo Ripstein en la proyección de El imperio de la fortuna



· La Cineteca Nacional celebra la carrera cinematográfica del director mexicano con una retrospectiva que conjunta 14 de sus largometrajes más reconocidos



· “La única manera de acercarse a una adaptación es arrebatársela al autor”: Garciadiego



El miércoles 16 de enero se proyectó en la Sala 9 de la Cineteca Nacional El imperio de la fortuna (1986), largometraje de una de las duplas cinematográficas más prolíficas de nuestro país: Arturo Ripstein y Paz Alicia Garciadiego. Dicho largometraje, inspirado en la obra literaria El gallo de oro (1980), de Juan Rulfo, forma parte de la retrospectiva que celebra el trabajo de Ripstein y que dio inicio el pasado 11 de enero.



Al terminar la proyección del filme, se presentaron el director y la guionista para charlar con el público acerca del proceso por el cual fue concebida esta cinta y algunas de las posteriores en donde también colaboraron. “Los guiones de Paz son enormemente descriptivos, son como novelas con diálogos adicionales, y eso ayuda muchísimo a que sea la misma película la que hacemos todo el equipo y no interpretaciones”, declaró el cineasta.



“Cuando uno se saca un Oscar, puede resolver los problemas de México; cuando se saca dos, puede resolver los de América Latina; cuando se saca tres, ya puede resolver los del mundo entero. Y yo no llevo ninguno”, afirmó entre las risas de los asistentes. “Lo que filmo es lo que veo, es mi entorno y mi cercanía con la realidad que me provoca. Yo nunca he pretendido hacer cine que sea ni política ni sociológica ni antropológicamente válido. Hago cine porque es mi manera de entender la vida”.



Además de ser esposos, Ripstein y Garciadiego han sido compañeros de trabajo en una larga lista de filmes. El imperio de la fortuna fue su debut como equipo y les otorgó nueve premios Ariel. “Siempre preferí escritores y trabajé con buenísimos hasta que me encontré a Paz, quien terminó siendo sin duda la que me ayudó a hacer, probablemente, las mejores cosas que he hecho. Y terminó siendo, también sin duda, la voz de mis ojos”, comentó.



Garciadiego ha destacado en festivales de talla internacional y ha logrado reconocimientos por adaptaciones de reconocidos escritores, como Gabriel García Márquez, sobre lo cual declaró: “La única manera de acercarse a una adaptación y que tengas posibilidades de que salga bien es arrebatársela al autor, faltarle absolutamente el respeto y hacerla tuya. Si no lo haces, te va a salir una película de tercera, mediocre. La lealtad del guionista es con la película”.



Bajo esta arriesgada premisa es que este equipo cinematográfico realizó filmes como La mujer del puerto (1991), Principio y fin (1993), Profundo carmesí (1996) o La perdición de los hombres (2000), entre otros títulos que se podrán disfrutar en las salas de la Cineteca Nacional. “Yo no filmo para convencer, filmo para conmover”, finalizó Ripstein. “Filmo por miedo y por rencor, porque me cuesta, porque es mi venganza contra la realidad, entonces busco una realidad que tenga cierta coherencia, busco una circularidad en mis películas. Me gusta comenzar y terminar en el mismo lugar como la serpiente que se muerde la cola”