La dignidad encarnada, es la primera novela escrita por una mexicana en un contexto africano

Es la historia de amor, de voluntad de heredar un mejor futuro a los pequeños hijos de Zubaida y Traquino, su esposo; un ejemplo de cómo no caer en la violencia que envuelve y provoca, una prueba de que se puede y debe hacer uso del derecho a la dignidad que, como seres humanos, todos tenemos.


*Las páginas del libro guardan una riqueza narrativa invaluable. Cada capítulo es un reflejo de la realidad africana: Bertha Alicia Esparza

*Lectura sencilla y muy amena, logra transmitir de manera cruda un sin número de tradiciones y rituales familiares, que pueden resultarnos una barbarie: Henoc de Santiago


La dignidad encarnada, primera novela de Silvia Gurrola y la primera escrita por una mexicana en contexto africano, engloba años de trabajo (iniciado en 1993), pensamientos y experiencias acerca de la equidad e igualdad de género, que han sido de alguna manera objeto de investigación para ella tanto en nuestro país, como el continente africano y el resto del mundo.

Gurrola comenzó su labor humanitaria en Chiapas, trabajando para el Centro de Investigación y Acción para la Mujer (CIAM). En 1994 viajó por primera vez a Mozambique, donde inició la coordinación, dirección y consultoría de programas de salud reproductiva, VIH/SIDA y equidad de género. Desde entonces también ha participado con organizaciones tan importantes como Médicos Sin Fronteras, Save the Children, Family Health International, Management Sciences for Health y Naciones Unidas en países como Armenia, Ghana, Georgia, Guyana, Honduras, Nigeria, Tanzania y Zambia.

Sensible ante la desigualdad y la resiliencia de mujeres y hombres que se revelan ante la injusticia, Silvia destaca la dignidad del ser humano en esta obra que desde su publicación ha sido muy bien recibida tanto por nuevos lectores -como es el caso de la señora que le da apoyo domésticos en su casa junto con su pequeño hijo-, como por lectores experimentados.
Las opiniones vertidas con respecto al primer trabajo literario de Silvia Gurrola coinciden en lo valioso de su aportación tanto en la investigación, como el desarrollo de la historia que va intercalando notas al pie de página que ponen en contexto al lector y le define ciertas palabras que se emplean para denominar objetos y tradiciones de los pueblos de Mozambique, donde Zubaida, el personaje principal, encarna su propia dignidad y promueve la de su comunidad.

Por su lado, la periodista Bertha Alicia Esparza señala que “las páginas del libro guardan una riqueza narrativa invaluable. Cada capítulo es un reflejo de la realidad africana. Es un texto de redención y de espiritualidad profunda. Silvia Gurrola plasmó a la antropóloga que lleva dentro, a la socióloga que analiza al mundo y busca explicar el comportamiento humano relatando un tejido complejo de historias mágicas, de terror y hasta sublimes.”

“En ocasiones la obra parece un ensayo que aporta datos, estadísticas y usa pies de página, pero también se mezcla con la imaginación y un hermoso lenguaje literario. Silvia usa el contexto local para hablar de asuntos universales. Esta obra es como un fractal que representa una muestra del universo”, opina el cuentista y editor Rafael Fernández Flores

El director del Museo del Estanquillo, Henoc de Santiago, quien conoce de cerca la cultura africana asegura que “es fascinante la manera en que Silvia Gurrola, haciendo uso de un lenguaje ágil, que se traduce en una lectura sencilla y muy amena, logra transmitir de manera cruda un sin número de tradiciones y rituales familiares, que pueden resultarnos una barbarie, que pensaríamos que desaparecieron hace muchos años pero que, sin embargo, analizándolos con cuidado, están presentes en muchas otras sociedades y, sin ir tan lejos, más cerca de nosotros de lo que pensamos.”
Como bien señala el cuentista Óscar Garduño Nájera, “Silvia Gurrola va más allá: no trata la dignidad humana como concepto filosófico en sí; trata de la dignidad humana como característica inherente del ser humano, lo cual marca una gran diferencia tanto en el tratamiento narrativo de la historia, como en las tradiciones y costumbres que la autora expone con aquel ojo que quizás en algún momento le aprendimos a los costumbristas españoles.”
Para la periodista y comunicóloga Diana Pérez Ortíz, La dignidad encarnada “es el testimonio directo de la autora, dedicada por mucho tiempo a observar y asistir en temas de salud y género a personas que viven en un contexto cultural muy violento y desigual, a quienes ha cuestionado y de quienes también ha aprendido en África. Es un relato de muchas aristas, retrata muchas formas de abuso, a veces justificado en la cultura, pero muchas más por decisión propia porque los seres humanos siempre tenemos la posibilidad de elegir cómo queremos tratar a otros y tratarnos a nosotros mismos. Los personajes de Silvia Gurrola nos muestran que la fuerza interna no está en la magnitud del acto violento, sino en el perdón, en perdonarse y, en la medida de lo posible, reparar el daño.”