Fue presentado El canto del aeda,

testimonio de un hombre para las jóvenes generaciones





Entre crónica, entrevista, reportaje y relato memorioso, el libro de Pablo Espinosa es pieza clave para conocer a Carlos Montemayor





“Un libro nacido de la amistad, pero sobre todo de la necesidad de que las nuevas generaciones sepan que no estamos solos, y que en este cambio de era, en el que no vemos relevo generacional, existe el ejemplo de un hombre que brinda una posibilidad para el futuro”, dijo el periodista Pablo Espinosa sobre El canto del aeda. Testimonio de Carlos Montemayor, volumen que dedicó al legado de uno de nuestros “titanes de la literatura mexicana”, fallecido en 2010.



Y fue el cariño, el recuerdo y la admiración lo que reunió el domingo 21 de junio a un grupo de amigos, familiares y, sobre todo, lectores, en la presentación del libro, realizada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, para encontrar en las páginas de la nueva publicación “a un Carlos Montemayor vivo”, dijo el escritor Ignacio Solares, acompañado en la mesa por Natalia Toledo, Victoria Montemayor, Susana de la Garza y Margarito Cuéllar.



Entre historias de la convivencia que tuvo con el autor de Mal de piedra, Solares resaltó que El canto del aeda es un trabajo múltiple, proteico, como la vida de Montemayor, en el que se reúnen textos anecdóticos de Victoria Montemayor, Susana de la Garza, Natalia Toledo, Mónica Mateos y Gabriel del Río, que sirven como “retazo introductorio a la versátil personalidad de nuestro escritor chihuahuense”.



En medio de todo esto, subrayó, “se desarrolla la obra de Pablo, donde se combinan la crónica, el reportaje, la entrevista y el relato memorioso de las andanzas del autor con Carlos Montemayor, en una faceta no tan conocida para el gran público, pero que sus amigos disfrutábamos habitualmente en la intimidad de tertulias inolvidables: como tenor”.



Solares destacó la amplia iconografía contenida en el volumen, donde el escritor mexicano aparece con amigos escritores, Fidel Castro durante su viaje a Cuba, indígenas de diversas etnias del país, familiares y luchadores sociales, así como en sus ensayos y conciertos, “de tal forma que este libro es y será fundamental para conocer en todos sus aspectos a Carlos Montemayor”.



Por su parte Susana de la Garza, compañera de vida del escritor, hizo una crónica de sus “aventuras” junto al desaparecido autor, y Victoria Montemayor describió las diversas obras literarias que legó el homenajeado, las cuales “nos instan a luchar por un mundo mejor, de justicia, donde reine la libertad. Sus palabras son puertas que cantan al hombre, al ser, a la vida, y que permanecen en la memoria”.



Natalia Toledo compartió su texto Las semillas que reproducen (contenido en el libro), en el que destaca el trabajo que realizó Carlos Montemayor a favor de las lenguas indígenas, “una de las cosas que me parece importante resaltar, pues recopiló rezos mayas, cantos y ceremonias dedicadas a la petición de la lluvia, en los que descubre sus métricas, su rima en términos musicales, que crean una armonía peculiar”.



Finalmente, Pablo Espinosa leyó un fragmento de la crónica que escribió sobre el encuentro con Fidel Castro, a razón de la participación de Montemayor como jurado en el Premio Casa de las Américas en La Habana, para culminar con la presencia del desaparecido homenajeado en un video donde se puede ver su faceta de cantante.