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Teatro 2018-06-11 19:23

Semana de las Nuevas Dramaturgias: Alemania-Austria-Suiza



Semana de las Nuevas Dramaturgias: Alemania-Austria-Suiza



El mundo árabe, en la pieza Sin lugar para la paz. Antígona



A partir de las líneas de la tragedia griega, la obra de Darja Stocker aborda conflictos como la guerra, la desaparición, la migración en el contexto actual


En el marco de la Semana de las Nuevas Dramaturgias: Alemania-Austria-Suiza, el fin de semana se presentó con éxito en el teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque, el semimontaje Sin lugar para la paz. Antígona.



Escrita por Darja Stocker y dirigida por Isael Almanza se ofrece la escenificación y reinterpretación del texto inspirado en Antígona, amalgama los personajes mitológicos de la tragedia griega con la compleja realidad política contemporánea del mundo árabe y la relación con Occidente.



El escenario es un rústico e imponente estrado que se asemeja al espacio donde se sitúan los antiguos tronos para los reyes. A los costados, dos especie de bacones dominan el área, desde el cual, un gendarme con arma en mano monta guardia, en el otro, un sillón estilo imperial, sobresale iluminado por los reflectores.



Los siete personajes del reparto, cuatro en la parte superior y tres sobre la duela flexionan las rodillas intermitentemente como resortes acompañados por movimientos espontáneos del cuerpo siguiendo el irritante sonido de un tic acelerado.



Los de abajo, tres mujeres ataviadas con ropa casual, vestidos holgados hasta las rodillas, cubiertas con gabardinas y una de ellas con una cámara fotográfica de reportero, además de panfletos en mano, en que se destacan consigas, escenas de guerras, fotos de hombres y niños en sufrimiento, se asumen, reclaman y rechazan ser Antígonas.



Exigen justicia ante las masacres, alto a las violaciones de derechos, respeto y paz. Las Antígona reclaman, ante Creonte, rey de Tebas, permiso para realizar los ritos fúnebres de Polinices, muerto en batalla por su hermano Eteocles, también fallecido durante la lucha, cuando ambos se disputaban el trono de Tebas.



Las Antígonas que se niegan mutuamente, cuando están en peligro al ser interrogadas por un guardia delatan a la verdadera Antígona, ésta cuenta a su hermana Ismene las órdenes sobre el decreto de prohibición de Creonte, quien considera traidor a Polinices por infringir las normas y leyes del Estado.



Ambas van en búsqueda de los restos mortales de su hermano. Durante la travesía descubren terror, las luchas de resistencia contra el tirano, las desapariciones forzadas, las masacres contra el pueblo que exige libertad, las palabras de manipulación, el dolor, el olvido, los crímenes y las tragedias de los niños.



Las Antígonas son esas madres, esas mujeres en resistencia ante las injusticias producto de las acciones del rey de Tebas, o de los tiranos del mundo actual sobre cualquier escenario de la región de Medio Oriente y de una Europa expectante.



Quizá por ello el rey Creonte, con una corona sobre su cabeza de la destaca un logotipo de Burger King y de otras marcas comerciales pareciera ser Bashar al-Asad, u otros soberano de esa área del mundo.



Lo describe Ismene al dibujar sobre el estrado un mapa de Tebas, sobre ese mismo mapa, Siria, a los costado sin diagramar las fronteras circundantes, se lee Israel, Líbano, Egipto, Turquía, Rusia, Estados Unidos, Europa, Irak, Irán, la Liga Árabe, Islam y cifras que contabilizan miles de hombres y menores de edad muertos, de desaparecidos, de desplazados y refugiados en cinco años de guerra.



La autora conversó con el público al final de la puesta en escena. Dijo que en su país es común emplear obras antiguas o conocidas para actualizarla con un mensaje contemporáneo sin que necesariamente se haga un rescritura del texto.



El trabajo es resultado de un proceso de investigación que se complementó con vistas a la región árabe y “las fronteras externas que se llaman la fortaleza de Europa. Me topé con personas que sí tienen la altura de una Antígona, de una tragedia griega; por ejemplo, mujeres que están buscando a sus hijos muertos, desaparecidos y que luchan por ellos, que hacen protestas y manifestaciones”.



Asimismo encontró personas en migración. “Son como dos planos, por un lado los refugiados que tienen que salir de Medio Oriente y van hacia Europa, y por el otro, los que protestan en el mundo árabe y acaban en la cárcel o desparecidos. Ver cómo estas madres luchan por suss hijo es una de las cosas más impresionantes que he presenciado en la vida”.



Darja Stocker nació en Zúrich, Suiza, en 1983. Sus obras se han traducido en más de 12 idiomas y montado en más de 30 escenarios. Sus temas han sido los movimientos de resistencia en Alemania, Suiza, Cuba, Egipto, Túnez. Con su obra Sin lugar para la paz. Antígona fue invitada al festival de dramaturgia Autorentheatertage Berlín, y obtuvo el Premio del Círculo de Cultura de la Economía Alemana.



AAD

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