Mi literatura no proviene de la realidad chata o de la fantasía propia: Héctor Perea



· Así lo dijo el escritor mexicano al presentar su libro Casa de cielo en el Palacio de Bellas Artes

· Este material está formado por 13 relatos escritos en México e Italia

· Son una miscelánea, filigranas de una prosa aérea, de imaginación casi surrealista: Álvaro Ruiz Abreu



“Mi literatura no proviene de la realidad chata o de la fantasía propia”, expresó en entrevista el escritor Héctor Perea, quien presentó, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, su libro Casa de cielo, una colección de 13 relatos escritos en México e Italia.



Sobre este material, el autor señaló que está integrado por relatos “permeados por la fantasía, pero que parten de una realidad concreta. Detrás hay cierta violencia, desencanto, dislocación, pero todo permeado bajo la neblina de la narrativa. No es un libro de tesis, no indica esos problemas, pero sí se pueden sentir la crueldad, el abuso, cosas que están en el aire y que uno no se puede inventar porque las vive, las escucha”, como en Barrio francés y El hecho.



El también periodista detalló que hay en Casa de cielo una especie de libro de viaje, pero oblicuo: Cuando uno escribe siente que es muy objetivo con lo que ve, pero al escribir uno incluye cosas que quizá no se vieron, aunque forman parte de la experiencia del viaje. Lo que tú ves, escuchas, pruebas y agregas de ti mismo, esos momentos, esas sensaciones, ese ambiente, están en las historias, ejercicios a caballo entre la literatura y el periodismo.



Dijo que “si hay un trabajo con el lenguaje es gracias a lo que mis maestros, entre ellos Juan Rulfo, Salvador Elizondo y Tomás Segovia, me enseñaron. Pero también están los maestros involuntarios, los que he leído: Alfonso Reyes, Sergio Pitol, Juan García Ponce, José Emilio Pacheco.



Para el escritor y catedrático Álvaro Ruiz Abreu, los cuentos de Héctor Perea son una miscelánea, “filigranas de una prosa aérea, de imaginación casi surrealista. Es un libro de viajes, de arte y experiencias íntimas, donde es evidente la fascinación del autor por los paisajes de México y de Italia.



“Gustoso de las obras clásicas, literarias y plásticas, en sus cuentos “cada pequeño trazo narrativo lleva la envoltura de la luz y las sombras, de la perspectiva. Más que historias, hay imágenes, sensaciones, la imaginación que trabaja una y otra vez sobre criaturas reales o ficticias. Más que tramas, Perea escribe impresiones de las cosas y de los seres humanos. Lucubraciones de lo que puede ser y no es”.



Ruiz Abreu resaltó que los personajes de Perea “son seres irreales, ora silueta ora halo de luz, colores y sensaciones. No escuchan música o se divierten, no han venido al mundo para ejercer una rutina, tampoco son seres míticos, son un desplazamiento.



“Los relatos –destacó--, son un intento no por apresar la realidad sino darle libertad, dejarla en su estado natural”.